viernes, 27 de julio de 2012

El saladero de Rosas, una reliquia provincial

" Tacuara federal"
Óleo sobre tela de José María Fojo, cm. 50,0 x 35,0 - Año 1999
Col. José Luis Mignelli - Argentina.
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por  José Luis Mignelli

“La Sociedad Rosas & Terrero, de la que participó un tiempo
                                             Luis Dorrego, fue próspera …”

Carlos Ibarguren
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En 1815, Juan Manuel de Rosas, quien por entonces  contaba  veintidós años de edad, se asoció con su primer amigo Juan Nepomuceno Terrero y con Luis Dorrego, bajo la razón social Rosas & Terrero.  Esta tuvo por objeto comercial la explotación ganadera y el acopio de frutos del país, así como también la salazón de carnes y pescados. Dice Ibarguren (1) que esta última actividad fue desarrollada en un lugar denominado Las Higueritas,  cerca de la reducción de los Quilmes.
Otros historiadores, revisionistas o no, aportan en sus escritos semejante información, coincidiendo en que el primigenio establecimiento industrial  encontrábase  ubicado en el entonces vasto partido de Quilmes. (2)
Por tradición familiar y en razón de que mi bisabuelo materno poseyó hornos de ladrillos en Monte Chingolo, siempre supe que la industria de la  familia se encontraba ubicada en las inmediaciones de lo que había sido el saladero de Rosas.

Frente original de la casa
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Pese a indicios y certezas, su ubicación no fue por todos  conocida, sino cuestión de iniciados. Así, Teófilo Hirox Funes, en su Ensayo Histórico sobre la Fundación de Lanús, alude al tema incidentalmente calificándolo como suficientemente documentado, al señalar que: “Alguien dice que don Juan Manuel de Rosas (siempre su nombre presente en esta rememoración lanusense!) fundó mucho más allá, y mucho tiempo antes, un saladero de activa vida industrial. La referencia parece cierta y documentada pero conviene situarla al margen de esta enumeración, ya que su ubicación precisa debió estar en las cercanías de Monte Chingolo…” (3)
En un trabajo publicado en 1989 por la Sociedad de Arquitectos de Lanús, puede leerse respecto a Las Higueritas que: “Junto al camino principal de acceso habían hallado restos de piletones de ladrillo vasco de 1.20 m de profundidad. En ese lugar no crecía nada debido al salitre que afloraba. Este hecho alimentó la idea de que allí había funcionado un saladero. En la década del treinta llegó una comisión buscando un sauce, un paraíso y un ombú que presumiblemente rodeaban una construcción en la que, a partir de 1815, funcionó un saladero perteneciente a la sociedad integrada por Dorrego, Rosas y Terrero…” (4).
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Faena en el saladero
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Por intermedio de mi madre, supe que una de las socias del Círculo de Docentes Jubilados de Lanús que ella preside, es la actual  propietaria de la casa del saladero, habitando en parte de la misma. Sus padres habían comprado la propiedad en 1922, ocupándola previamente en calidad de puesteros.
Debo a la gentileza de esta señora la oportunidad de visitarla, en vísperas de cumplirse  el 25 de Noviembre de 1991, el  176º Aniversario de la fundación de aquella industria. La casa habría sido construida en 1778 por el padre del General Wenceslao Paunero y consta de tres cuerpos contiguos de distintas alturas. Las paredes están asentadas en barro y conchilla. La fachada principal orientada hacia el Río de la Plata (SE) se encuentra hoy encerrada en el interior de la manzana y es pared de 0.90 m de espesor, asegurada con zunchos de hierro forjado consistentes en dobles eses (S), unidas por pernos que traban el conjunto.
Techos
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Razones de habitación y cambio en la explotación económica, hicieron que el edificio sufriera con el tiempo numerosas modificaciones en parte de su exterior e interior, conservándose la estructura general felizmente intacta. En el amplio salón donde presumiblemente funcionó la industria, todavía puede verse el techo de ladrillos con tirantería y alfarjías de madera (artesonado), vestigio de cegadas arquerías y ventanas coloniales con rejas de hierro forjado. Las azoteas, embaldosadas en rojo, ostentan la marca Pierre Sacomann *) de Marsella. La construcción necesariamente evocada en  frecuentes  páginas de historia, se yergue aún allí, en el número 940 de la calle Magdalena de Lanús Este, a una cuadra de la transitada Centenario Uruguayo y a 100 m. de las inactivadas vías del ex Ferrocarril Provincial.
En su actual frente, placas oscurecidas por el tiempo recuerdan la importancia de aquel asentamiento industrial. Las más antiguas datan de 1938 y 1940 y dicen así:
 “Homenaje al primer establecimiento industrial argentino de carnes, creado en el país por el Brigadier General Juan Manuel de Rosas. 25 noviembre 1815 – El Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas – 25 noviembre 1938”.
 “Al primer establecimiento industrial argentino de carnes creado en el país en 125º aniversario de su fundación. El Centro Comercial de Lanús. 1815 – 25 de noviembre – 1940”.

Placas conmemorativas en el frente actual
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Si consideramos la escasa atención que se ha dispensado en el pasado a la conservación de zonas y lugares históricos de nuestro país, puede concluirse que constituye un privilegio y motivo de  legítimo  orgullo para los bonaerenses de Lanús,  la permanencia de este edificio, con seguridad el más antiguo del partido. Cabe preguntarse al respecto si el Estado permanecerá  impasible,  o si por el contrario, dispondrá medidas tendientes a su restauración y conservación, apoyando económicamente en esta tarea a su propietaria (5), quien lo habita orgullosamente.
La casa del saladero merece y acredita razones valederas para ser preservada, por estar vinculada a la historia económica de la Provincia de Buenos Aires. Así lo exigen el respeto por la memoria de los que en el trabajo nos precedieron con visión, emprendimiento y esfuerzo, y el reclamo todavía inaudible de las generaciones que nos sucedan.
                                                                                                 Lanús, Noviembre de 1991
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*) Nota: Baldosas de esta marca “con sus características anclas en los extremos”, fueron también halladas en las excavaciones del Caserón de Rosas en Palermo, así como otras de reemplazo de la marca Dubosc de la ciudad francesa de Le Havre. (Ver Daniel Schávelzon y Jorge Ramos. Excavación Arqueológica en el Caserón de Rosas en Palermo. Informe de la segunda temporada de excavación (1988). Revista del instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, Nro.26  correspondiente  a  Octubre  -  Diciembre de 1991).
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Referencias:
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1)      Carlos Ibarguren. "Juan Manuel de Rosas. Su vida, su drama su tiempo". Página 43 Editorial Theoría. Buenos Aires, 1972.
2)      Ernesto H. Celesia. "Rosas. Aportes para su historia". Páginas 37/38. Ediciones Peuser. Buenos Aires, 1954 y Juan A. Pradère. "Juan Manuel de Rosas. Su Iconografía". Tomo 1, Página 21.  Editorial Oriente. Buenos Aires, 1970.
3)      Teófilo Hirox Funes. "Ensayo Histórico sobre la Fundación de Lanús". Página 6. Lanús, 1963.
4)      Diana Borejko, Gloria Espinosa y C. Leonor Yañez.  "Lanús: De Rural a Urbano". Página 11. SAL. Sociedad de Arquitectos de Lanús. Sub-comisión de Preservación. Patrimonio Rural. Buenos Aires, 1989 (del testimonio de Doña Cleofé Oliva Faustina Rossetti de Roagna).
5)      Doña Leticia Roagna de Cristiano.

Publicado en La Nueva Provincia de Bahía Blanca, con fecha 21/Enero/1992 y en la Revista del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, en su Nro. 31º correspondiente a Abril  - Junio de 1993.
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