sábado, 24 de noviembre de 2018

Los caballeros andantes de Martín de Riquer.

Martín de Riquer. Los caballeros Andantes Españoles. Revista de Occidente fundada por José Ortega y Gasset. Año III°, Segunda Época, Nro. 25. Madrid, 1965






“también el coraje envicia
a quién le da noche y día;” *

Señalaba el académico e historiador medievalista Martín de Riquer, conde de la Casa de Dávalos (1914 – 2013), que su par  holandés Johan Huizinga (1872 – 1945), en El otoño de la Edad Media, refirió  hechos de caballería documentados acaecidos en Francia, Borgoña y Flandés, pero muy escasamente a otros similares ocurridos por ese tiempo en España,  debidamente registrados en las crónicas de Juan II de Castilla, El “Passo Honroso”  de Suero de Quiñones o El Victorial de Gutiérre Díez de Games durante el siglo XV español. Ello revela que el caballero andante, profesión a veces rentada y/o premiada por reyes y señores, no fue un personaje meramente literario sino de la vida real, como lo fueron los albañiles y banqueros de la misma Edad Media, documentado en fuentes francesas tales como Manstrelet y Olivier de la Marche, o en las portuguesas de Zurara.

Dice asimismo que “Hechos de armas” se encuentran también registrados en los archivos de la Corona de Aragón y en manuscritos de la Biblioteca Nacional de Madrid, señalando el autor que logró rescatar alrededor de doscientos episodios de luchas caballerescas, en los que participaron españoles de aquel tiempo con el propósito de darlos a la estampa.

Citaremos entre los mencionados en el artículo, los casos de:

Pere de Cervelló, camarlengo de Martín I de Aragón quién un 18 de mayo de 1399 festividad de Pentecostés, decide con la venia del rey partir a París a fin de enfrentar a dos caballeros  franceses de una Orden recientemente creada por un tal Boucicot (apelativo del afamado chevalier  Jean Le Meingre),  conocida como L’ Ecú Vert á la Dame Blanche. Enfrentó allí no solo a dichos caballeros, sino también a su compatriota P. de Perellós, quién el 23 de diciembre había fugado de Zaragoza con rumbo a Francia “a fin de cumplir ciertas armas con un caballero de dicho reino”. Aceptó a la postre el primero de ellos, el desafío de un jovencísimo y por entonces inexperto escudero bretón llamado Guillaume du Chastel, lance que se concretó en Segovia el 15 de septiembre de 1401, bajo el auspicio de Enrique III de Castilla, quién ofició como juez de la contienda. En la ocasión, el retador solicitó al rey un salvoconducto para trasladarse a Castilla con  doscientas acompañantes  y  otros tantos caballos.

Pero Niño quién fue invitado en 1406 por seis caballeros franceses, para ocupar en su Orden el lugar del citado mosén Guillaume du Chastel, destacado en la guerra contra los ingleses y muerto en batalla en 1404, en circunstancias del desembarco de Darmouth.

Ramón de Perellós, vizconde de Perellós y de Rada, quién obtuvo permiso del rey Ricardo II de Inglaterra, mediante un salvoconducto firmado en Westminster el 6 de Septiembre de 1397, para ingresar con veinte de sus hombres, en la gruta de ultratumba conocida como Purgatorio de San Patricio en el noroeste de Irlanda. Su intención era interesarse sobre la suerte corrida por Juan I de Aragón en lo relativo a su salvación personal.

Miquel d’ Orís oriundo de la comarca de Vich, quién se estableció en París en 1400, dispuesto a enfrentar a cualquier caballero inglés que se atreviese a desafiarlo, reto transmitido públicamente por su heraldo moro Alí en Calais y aceptado por John Prender Gast, de la corte del conde de Sommerset. 

Felipe Boyl por su parte enfrentó en 1415 al caballero castellano Lope Alfonso de Montemolín en la plaza portuguesa de Ceuta; encuentro presidido por Don Pedro de  Meneses conde de Viana, habitual juez de esos encuentros. Con posterioridad  Boyl se presentaría en Inglaterra paseándose con un cartel de desafío en idioma inglés, reto  aceptado por el escudero John Astley. El encuentro se produciría en Smithfield el 30 de enero de 1442 ante el Rey Enrique VI de Inglaterra, quién premió al valenciano con cien libras a raíz de su desempeño.

Gutierre de Quijada, señor de Villa García “un des plus redoutés chevaliers de toutes les Espaignes”, quién participó en el Passo Honroso de 1458  matando al caballero Suero de Quiñones y enfrentando más tarde en Saint Omer, a Jean de Luxembourg, bastardo de Saint - Pol, señor de Haubourding.

Al parecer los “chevaliers  errants” vagaban por el mundo provocando a otros caballeros a la lucha, presentándose en justas y torneos, o atraídos por el desafío de otros caballeros.

Armadura para campo y torneo de 1540

Relata Riquert que uno de los más afamados estilos de convocatoria fue el conocido como “Passo de Armas”, por cuanto congregaba a gran cantidad de aventureros, levantándose tablados y palcos para el público asistente y jueces intervinientes. Las condiciones de tales encuentros eran fijadas previamente en los capítulos dados a publicidad por reyes de armas, farautes, poursuivants y trompetas. El retador o mantenedor del passo, hacía saber que durante un determinado número de días se establecería en un punto señalado de un camino transitado, a fin de romper lanzas con los aventureros que aceptaran su desafío; que de producirse, podía concluir con la rendición o eventualmente la muerte de uno o mas de los participantes, convirtiéndose en el último caso en mártires de la caballería, que rara vez se autorizaba fuesen enterrados en sagrado.

Menciona el autor entre los más destacados, el Passo de la Fuerte Ventura, consistente en una fortaleza construida en madera con torres, estandartes, un grifo dorado, un navío y una rueda de la fortuna, celebrado en Valladolid el 18 de mayo de 1428, en el cual murió el mantenedor Álvaro de Sandoval. El Passo Honroso ocurrido en puente de Orbigo  en el  camino de Santiago, entre los días 10 de julio y 9 de agosto de 1434, defendido por Santiago Suero de Quiñones con otros nueve mantenedores. Se rompieron durante el mismo ciento sesenta y cinco lanzas aunque se habían prometido trescientas, asistiendo al mismo sesenta y ocho aventureros.

En 1440 Ruy Díaz de Mendoza defendió en Valladolid un passo convocado en ocasión de las bodas del infante Don Enrique y la princesa Doña Blanca, el que debió ser interrumpido al morir los caballeros Pedro Puertocarrero y Juan de Salazar, quedando otros tres gravemente heridos. Durante el Pas de L’Arbre de Charlemagne en Dijon (1443), el caballero español Pedro Vázquez de Saavedra enfrentó al duque de Charny. Por su excelente actuación el duque de Borgoña lo premió y convirtió en su chambelán, sirviéndose posteriormente de él en embajadas y guerras por mar y tierra. Participó en el mismo, el caballero y destacado escritor castellano mosén Diego de Valera quién enfrentó al mantenedor Tibauit de Rougemont. Valera sería más tarde derrotado por Jacques de Challant, señor de Manille, en un encuentro personal ocurrido en Dijon, en el que fue derribado de su corcel.

El 13 de noviembre de 1455 en la Plaza Born de Barcelona se realizó el Pas du Pin Aux Pommes D’Or, cuyo desembolso ascendió a treinta mil florines para su costeador y mantenedor el Chevalier du Pin conde de Foix. Consistió en defender un pino provisto de manzanas de oro, bajo el cual estaba sentada La Dama de la Foresta Secreta, a la cual los caballeros perdidosos estaban obligados a obsequiarla con un rubí.

Observa finalmente el autor que las novelas de caballería del siglo XV como el Curial e Güelfa, el Tirant lo Blanche o el Amadís de Gaula entre otras,  fueron  reflejo de la sociedad  de aquella época retroalimentándose ambas en forma reciproca. Por nuestra parte, concluiremos señalando que a personajes como los arriba descritos, les serían tal vez aplicables versos plasmados cinco siglos más tarde, dedicados a otros sujetos de probado coraje aunque de cuestionada honestidad y oscuro linaje, que dicen: “hombres de amor y de guerra / y en el peligro  primeros, / la flor de los cuchilleros / y ahora los tapa la tierra.”*
                                                                                                           
                                                                                                            José Luis Mignelli

*Jorge Luis Borges (Milonga de dos hermanos. Para las seis cuerdas. Buenos Aires, 1965)

                                                                                                    
Glosario:
Aventurero: caballero que acepta un desafío.
Capítulos: condiciones del reglamento a las cuales se debían ajustar los encuentros de un Passo de Armas, establecidos por el promotor del mismo.
Chambelán: camarlengo, camarero.
Chevaliers errants: caballeros andantes.
Faraute: heraldo, mensajero, entremetido.
Mantenedor o retador: el caballero desafiante posicionado en el lugar a defender.
Poursuivants: (lit. perseguidores, perseverantes). Alusión a “persevante de armas”, oficial de armas de menor rango dependiente de un noble o colegio heráldico.
Redoutés chevaliers: caballeros de temer o capaces de inspiran temor a causa de su destreza.
Reyes de Armas: título de dignidad y máximo honor concedido por los reyes a meritorios y esforzados caballeros, desprovistos de armas y asistentes a los torneos para decidir en situaciones dudosas, así como sobre los premios y remuneraciones a adjudicar a los participantes. Estaban encargados además del registro de los blasones (escudos con sus símbolos) y a la observancia de las leyes heráldicas.
Romper lanzas: referencia a un encuentro o desafío en el que se producía la rotura de las lanzas (labradas generalmente en madera de fresno), portadas en justas y torneos, al golpear contra el escudo y/o armadura del oponente dando en tierra con él.
Trompetas: alusión al portador del instrumento y al toque del mismo, solicitando atención  en forma previa al anuncio de un acontecimiento.




sábado, 1 de septiembre de 2018

Los cuchillos de combate. Su Origen y Evolución.



A la memoria del ingeniero José María Fojo, asesor de computación de este blog quién ya mora en otras luces.                                                                                          
                                                                                   

                                                                                                Por José Luis Mignelli
En un cajón hay un puñal.
Fue forjado en Toledo, a fines del siglo pasado;
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Es más que una estructura hecha de metales; los hombres lo pensaron y lo formaron para un fin muy preciso; es, de algún modo eterno, el puñal que anoche mató a un hombre en Tacuarembó y los puñales que mataron a César.
Jorge Luis Borges. El Puñal
                                                                                                             
Reiteradamente descrito como la más antigua herramienta humana, el cuchillo, voz derivada del latín cultellum, asienta también su prestigio y vigencia en su doble calidad de arma – instrumento. 1) Desde su origen en la Edad de Piedra, durante el Paleolítico Inferior conocido como período Musteriense, habrían aparecido los primeros cuchillos elaborados preferentemente en pedernal u obsidiana o en su defecto en ofite, pizarra o cuarzo. 2) Se trataba de instrumentos meramente utilitarios, provistos de anchas hojas con punta redondeada, cuyos filos curvos permitían bajo presión un corte acabado. Con anterioridad el hacha primitiva desprovista en su origen de empuñadura, había reinado por un dilatado período. También hubieron  cuchillos elaborados con materiales alternativos y escasa capacidad de corte aunque si de penetración, tales como huesos, asta, marfil, espinas de grandes peces y dientes de animales, algunos de los cuales resultarían alternativamente utilizados en la confección de cabos.

La aparición del cobre en pequeños trozos y en yacimientos a cielo abierto, que a la postre resultaron agotados, permitió a los artesanos la confección de hojas algo mas duras y resistentes sin llegar a la excelencia, cuyo martillado en frío permitía obtener un filo relativamente duradero. Su ventaja adicional consistía en ser susceptibles de reparación ante deformaciones y rajaduras, así como de refundidos sucesivos, una vez que los artesanos llegaron a dominar ese  procedimiento. 
   
Similares características mantuvieron en principio gran parte de los cuchillos líticos durante el interregno del cobre y del bronce (1500 AC), así como muchos de los forjados durante la Edad del Hierro (1000 AC), con su consiguiente evolución  consistente en la carburización de ese mineral, que daría  al cuchillo su versión definitiva al proveerlo de una hoja, su alma y verdadera esencia, dotada de resistencia, dureza y filo durable. Fue también durante la época del bronce en que aparecieron los primeros cuchillos de combate, los que requerían de hojas más estrechas, de contorno triangular u ojival, provistas de filos rectos u oblicuos para facilitar la penetración.

Un centro de importancia en la producción de hojas de bronce fue la provincia de Luristan en la antigua Persia, hoy república de Irán, que se caracterizó por la calidad y variedad de su producción total. Así también el Talychistan, región que deriva su nombre de una lengua iraní viva conocida como talysh o talyche, al  sur del mar Caspio y  en Azerbaiyán.

Dado que el conocimiento de la metalurgia ascendió desde el sur de Europa en el Mediterráneo hacia el norte de ese continente, los artesanos de Escandinavia que vivían los estertores de una dilatada Edad de Piedra, copiaron en pedernal u obsidiana el diseño de las primeras dagas de metal traídas por mercaderes trashumantes. Estas copias líticas continuaban llevando  el  consiguiente riesgo de fragilidad, consubstancial a la naturaleza del material empleado, capaz de brindar  filos cortantes pero también de quebrarse  sin posibilidad  alguna de reparación. Especímenes estos cuyo espacio de tiempo transcurrió c. 1800/1500 AC, conocido como Dolktid, o período de las Dagas Escandinavas.

La ventaja del hierro sobre el bronce, metal este último obtenido por la aleación  del cobre con un diez por ciento de estaño y algo de arsénico, en su proporción más idónea, consistía en su abundancia. Su primera fuente de abastecimiento fueron los meteoritos, conocidos por los sumerios como metal del paraíso y por los egipcios como cobre negro de los cielos. En su defecto podía también obtenerse mediante hornos cavados en las laderas de las elevaciones montañosas, en los que se depositaba mineral de hierro entre capas de leña. Al quemarse esta con ayuda del viento que avivaba la llama en forma continua, convertíase la leña en carbón y el mineral en hierro metálico.

En una primera evolución se obtenía un hierro acerado cuya distribución de carbono estaría lejos de la uniformidad. Solo se obtendría verdadero acero con la debida proporción de carbono, mediante el martillado repetido de la pieza en caliente, en el que los cristales de ferrita y cementita, se convertirían sucesivamente en perlita y austenita, momento indicado para la consumación del templado, mediante la súbita inmersión de la pieza en agua fría que la llevase al estado de martensita. Este último estadío requería a su vez del revenido en caliente,  para eliminar su excesiva fragilidad, brindando resistencia ante los golpes y flexibilidad.

El hierro fue desarrollado por primera vez por los artesanos de las montañas de Anatolia, durante el Imperio Hitita (1500 AC), quienes concibieron el modo de trabajarlo, mas complejo que la fundición del cobre y el bronce, cuyo producido podía ser volcado en moldes de piedra o arcilla compuestos por piezas dobles. Los hititas guardaron celosamente su secreto, en razón de la ventaja militar que les confería y por imperio de la prohibición legal vigente. Lo cierto es que habrían sido los primeros en contar con armas de hierro, y que las piedras de sus murallas estaban encadenadas con zunchos de ese material unas con otras. No fue hasta la caída de este imperio hacia el 1280 AC, que el secreto del hierro se expandió por el medio oriente, y de allí entre griegos y egipcios, llegando más tarde a las islas británicas y el Indostán (1200 AC), por la cultura Hallstatt. 3) cuyos artesanos reprodujeron en principio el diseño de las dagas de hojas triangulares u ojivales de la época del bronce, pero mas tarde desarrollaron nuevos diseños privilegiando hojas más estrechas, vaciadas a dos mesas separadas por una espina, de doble filo y sección romboidal. La cultura de origen celta La Téne (500 AC) 4) que la sucedió, optó en cambio por dagas de un filo  vaciadas a partir del lomo, diseño que brindaba alternativas utilitarias. Bajo los francos aparecería el Scramasax, cuyo uso se extendió a  germanos y vikingos, y consistió  en  un cuchillo de gran porte desprovisto de cruz, cuya hoja vaciada a una mesa presentaba un lomo recto cuyo extremo se curvaba para encontrar el filo y formar la punta. No obstante lo expuesto en cuanto a su diseño, en la catedral francesa de Aix La Chapelle (Francia), se conserva un ejemplar de Scramasax cuya titularidad se atribuye a Carlomagno, *) cuyo lomo remata en un contrafilo incurvado. Definido como “el arma de los hombres libres”, fue considerado apto para la caza como para  la guerra, y contó con una versión reducida en tamaño entre los pueblos germánicos conocida como Hauswerh y Bauerwerh, al que los franceses llamaron  Braquemard. 5)

Si bien los jefes romanos utilizaron una daga muy corta con hoja de contorno romboidal o triangular llamada Parazonium, no tuvieron las dagas mayor desarrollo entre ellos, presumiblemente por su similitud con la corta espada que caracterizó al legionario, a la que agregarían mas tarde la Falcata ibérica, igualmente reducida en longitud y provista de un filo en arco. Sería a partir de la Edad Media  que las dagas ganarían mayor difusión entre los distintos estamentos de la sociedad, multiplicándose su demanda y surgiendo nuevos diseños. En razón de lo expuesto, describiremos sucintamente a algunas de ellas,  como: I) la daga Redonda o “Roundel dagger”, así llamada por cuanto pomo y guarnición consistían en piezas similares de forma discoidal, aunque el primero podía ser a veces esférico. Conocida por los franceses como “Dague á Rouelles”, fue portada por los caballeros de Europa occidental entre los años 1400  y 1569 DC. Sus hojas presentaban normalmente dos filos, aunque también las hubo de uno solo  y  su sección podía ser triangular o lenticular. A causa de su rigidez, la hoja era apta para penetrar la cota de malla o los intersticios del arnés blanco. II) La daga Baselard,  cuyo nombre deriva de la ciudad de Basilea en Suiza, presentaba una empuñadura semejante a una letra “I” latina, de molde y mayúscula, o a una “H” recostada sobre la horizontal, por cuanto también en ella pomo y guarnición consistían en piezas idénticas rectas o curvas, ubicadas en los extremos opuestos del cabo. Fue portada por caballeros italianos y alemanes durante los siglos XIV y XV, pero  abandonada por éstos, fue adoptada por civiles y soldados de infantería hasta el siglo XVI. Su evolución final fue la daga Holbein (Holbein dagger), un diseño cuya reviviscencia se operó en la  década de 1930’s con las “dress daggers”, portadas por las SA, SS, NSKK, y NAPOLAS en la Alemania Nacional Socialista. Dominique Venner y Ch. H. Tavard sostienen, basados en una fuente francesa de 1722, que la daga Holbein estuvo inspirada en un puñal usado por los  romanos y que puede observarse en la cintura de los soldados representados en la columna de Trajano en Roma. Su nombre derivaba de la profusa decoración de sus vainas con escenas de “La danza de la muerte” obra pictórica del pintor renacentista Hans Holbein el joven. III) La  daga de Gavilanes o “Quillón dagger”, la que data en sus orígenes del siglo XIII y copia los gavilanes (quillons), o defensas característicos de la espada pero en dimensiones adecuadas a su  tamaño. IV) La daga Testicular o “Ballock  dagger”, llamada también Riñonera (Kidney dagger), por razones pudorosas, ya que se caracterizaba por presentar dos protuberancias a cada lado del cabo en calidad de guarnición, que se asemejaban a los genitales masculinos. V) Los Estiletes provistos de hojas cortas y estrechas de sección triangular o cuadrangular, con filos romos, cortos gavilanes rectos rematados en discos o botones y cabos de madera, asta o metálicos, a veces de forma helicoidal, o en forma de una columna compuesta por figuras geométricas superpuestas. VI) La daga de Campesinos o “Peasant dagger”, que más arriba mencionamos en ocasión de referirnos a la evolución del Scramasax entre los  germánicos. VII) Los diversos modelos de  daga para la mano Izquierda, “dague Main Gauche” o “Left Hand dagger”, características del siglo XVII y utilizadas  en los  duelos de armas dobles en los que el Rapier se acompañaba con una daga o una rodela en la siniestra. VIII) La daga italiana de Cinco Dedos o “Cinquedea”, procedente del norte de Italia cuyo nombre deriva para algunos, de los cinco dedos de anchura de su hoja junto a la cruz y para otros, de una antigua daga  veneciana  caracterizada por los cinco dedos de longitud de su hoja. Apareció la Cinquedea a mediados del siglo XV extendiéndose su uso hasta 1520. Destacábase por su profusa ornamentación con cabos de marfil, madera, hueso o bronce, así como por los canales continuos o fragmentados, que surcaban las mesas confluyendo hacia la punta. Su cruz de estilo arábigo en forma de herradura, curvaba los gavilanes hacia la punta, aunque también los hubo rectos. IX) La daga Mediterránea o “Mediterranean dirk”, fue originaria de Cerdeña extendiendo su influencia a Francia y España. Data en sus orígenes de mediados del siglo XVII,  manteniendo su presencia hasta bien entrado el XIX. Las hubo de uno o dos filos y carecían de cruz, presentando en cambio un complejo y elaborado botón de hoja. Cabe por fin mencionar al dirk escocés, una daga a veces procedente de restos de espadas quebradas, cuya aparición data de fines del siglo XVII y al “sgian dubh” voz gaélica que significa pequeño cuchillo negro, portado hasta hoy por los escoceses en la media de su traje tradicional. Este habría surgido a causa de la derrota sufrida por los jacobitas de Stuart en Escocia, a manos de la Inglaterra de los Hannover, en la Batalla de Culloden, librada el 16 de Abril de 1745 y  conocida como la “aflicción o tristeza de Culloden”. A consecuencia de la misma se prohibió a los escoceses la portación de su broad sword y del dirk, utilizándose a partir de entonces el sgian dubh,  de solo tres o cuatro pulgadas de longitud de hoja como símbolo de resistencia. La versión militar de estos cuchillos supone como norma un cabo de ébano labrado en cris cross, guarniciones de plata y pomo con incrustaciones de una variedad de cuarzo conocida como “cairngorm”. Su hoja es de contorno isoscélico, de un solo filo  y vaciada a una mesa, con el lomo trabajado en “file work” en las cercanías de la empuñadura. Muy pocos presentan canales en sus hojas y los de uso civil pueden tener cabo de asta.



"Dress daggers" para oficiales del Aire: Francia, 1934 y Luftwaffe. Segundo modelo, 1937. 

Entre los cuchillos 7) de ataque y defensa del siglo XIX no puede omitirse la mención del Bowie, que comprende para los estadounidenses a todo cuchillo de gran tamaño, incluido el Palillo de Dientes de Arkansas, una daga de hoja aguzada y doble filo, cuyo uso fue también reglamentado o prohibido, como el mismo Bowie, por algunas legislaturas estaduales durante la primera mitad de aquél siglo; aunque la violencia alcanzara a veces a las autoridades mismas. Así lo prueba el suceso acaecido el 4 de Diciembre de 1837 en la Sala de Representantes del Estado de Arkansas, cuando un cambio de palabras entre el  Mayor J. J. Anthony del condado Randolph y el orador (speaker), en uso de la palabra Coronel John Wilson concluyó con un dramático resultado. La irritación creció al punto de que Wilson poniéndose de pie avanzó hacia Anthony, no sin antes desenvainar un cuchillo Bowie con hoja de nueve pulgadas de longitud. Anthony hizo lo propio desenvainando el suyo propio, que superaba al de Wilson en tres pulgadas más de hoja. Si bien un amigo común intentó infructuosamente de interceder en  la disputa, el choque fatal se produjo. Wilson recibió una cuchillada en un brazo que le produjo un desmayo, por la abundante perdida de sangre sufrida, no sin antes herir mortalmente a Anthony en el pecho. Wilson fue finalmente exonerado y expulsado de la Sala de Representantes, siendo declarado por la justicia culpable de homicidio excusable.


Smithsonian Bowie de Randall.

La historia del cuchillo Bowie es conocida por lo que mencionaremos sucintamente los aspectos más técnicos y controvertidos de la misma. Al parecer el primer Bowie fue un cuchillo rústico de caza, cuya confección habría confiado Rezin Pleasant Bowie a uno de sus operarios llamado Jesse Cliffe, y que obsequió mas tarde a su hermano James**) como arma de defensa. Su diseño correspondía al de una daga Mediterránea, careciendo por tanto de punta clip, recazo y cruz, al que se adicionó mas tarde por razones de seguridad un óvalo metálico para evitar que en una situación extrema, la mano resbalara accidentalmente hasta el filo. Éste sería el cuchillo de nueve pulgadas y un cuarto de longitud de hoja, que habría empuñado James Bowie en la llamada batalla de “Vidalia Sand Bar”. Mas tarde Rezin encargaría al artesano Daniel Searles de Baton Rouge, Louisiana, cuchillos de similar diseño y mejor factura, con los que solía distinguir a sus amistades. Uno de ellos, obsequiado a H. W. Fowler U.S.D., se conserva hasta el presente en el repositorio de El Álamo en Texas. En el invierno de 1830 o 1831, James Bowie habría visitado al artesano James Black del pueblo de Washington, Condado de Hempstead, Arkansas, solicitándole la realización de un cuchillo sobre la base de una plantilla de madera que le entregó como modelo. Dice la tradición que en el momento de retirarlo, Black ofreció a Bowie por el mismo precio un modelo alternativo, el que incluiría por primera vez un contrafilo incurvado y por el que Jim habría finalmente optado. Sería este el cuchillo con el que se defendió en el frustrado asalto que sufriera en un paraje conocido como “Natchez Under The Hills”. Versiones alternativas han puesto en duda que Black haya confeccionado el primer Bowie, su presunta artesanía en la hechura y templado de las hojas, así como  su afamado “hickory test” de aprobación final, y hasta por fin su misma existencia. Se ha sostenido también que la punta clip correspondería a un diseño o interpretación del Bowie, realizado por las  firmas inglesas del rubro cuchillería, que introdujeron sus productos en la década de 1830’s, a partir de una visita realizada en 1836 por George Wostenholm, titular de Washington Works de Sheffield, con intención de estudiar las posibilidades del mercado estadounidense para su marca I*XL (combinación de letras cuya fonética inglesa reza: “Yo excedo o supero”). Sin embargo un cuchillo seleccionado por el mismo Bowie para su uso por las tropas de Texas, del que un ejemplar se exhibe en el museo de El Álamo, presenta el clásico contrafilo incurvado. El arma en cuestión había sido obsequiada por el Coronel J. Bowie a  Don Augustine Barrera en 1835. B. R. Hughes señala que el Washington Telegraph, en una temprana edición correspondiente al 8 de Diciembre de 1841 y en un artículo titulado “The Bowie Knife”, afirma que el primer cuchillo Bowie fue realizado en el condado de Hempestead, Arkansas, por el artesano James Black para un hombre llamado James Bowie asesinado en El Álamo. Asimismo y en apoyo de esa documentación, el mismo Hughes aporta el testimonio de Gwendolyn M. Burke, nieta de Rezin y por tanto sobrina nieta de James, quién afirmó en una  carta, que su tío abuelo viajó efectivamente a Arkansas a fin  de obtener un cuchillo. Ratifica lo expuesto al señalar “we have all grown up with the understanding that he did.” La afirmación de la autoría del primer Bowie por Black, surgía también de las memorias del gobernador de Arkansas, Daniel Webster Jones quién lo cuidó y protegió, como antes lo habían hecho sus padres, en los últimos años de su vida. A. H. Garland, quién también fue gobernador de Arkansas en el período 1874 – 1876 y dos veces senador de los Estados Unidos, afirma en una carta dirigida al juez W. H. Pope fechada en 1895, que había conocido en su niñez y en el pueblo de Washington a James Black. Sostiene al respecto que era un blacksmith y silversmith (herrero y platero), procedente de Filadelfia al que los niños llamaban “Uncle Jimmy Black”, quién trabajaba duro y bebía mucho también, perdiendo finalmente su visión como consecuencia de la alta exposición al fuego durante el trabajo en su taller. Garland sostiene que Black relató en más de una oportunidad, la visita que James Bowie realizó a su herrería, en la que le solicitó la hechura de un cuchillo empleando los mejores materiales disponibles, en base a una plantilla que le suministró confeccionada en madera blanda. Ante la requisitoria de Black, Bowie le habría manifestado que necesitaba el cuchillo como arma de defensa personal, durante las travesías que solía realizar por el dilatado estado de Arkansas. Sin perjuicio de errores y contradicciones, varios autores confirman  la historia de James Black, como hacedor del primer  Bowie, entre ellos Maro O. Rolfe (Arkansas, A History. Madison, 1904), Fay Hempstead (Pictorial History of Arkansas. Saint Louis, 1890), Weston A. Goodspeed (Biographical and Historical Memoirs of Northest Arkansas. Chicago, 1889), W. H. Pope (Early days in Arkansas. Little Rock, 1895), Dallas T. Herndon (High Lights of Arkansas History. Little Rock, 1922) y hasta el mismo Raymond W. Thorp en su Bowie Knife del año 1948, quién los cita expresamente.



John Wayne Commemorative Bowie. Limited Edition.

Lucy Leigh Bowie descendiente de la familia, escribió en 1916 que los hermanos Bowie viajaron al norte en 1832 con destino a Filadelfia, a fin de que Rezin recibiera asistencia médica del Dr. Pepper, un acreditado médico de esa ciudad,  por un problema en su vista. Rezin aprovechó la oportunidad para visitar también al artesano Henry Schively, domiciliado en el 75 de la calle Chestnut de aquella ciudad, a quién exhibió uno de sus cuchillos. Mejorado el diseño, el artesano lo colocaría mas tarde en el mercado. La versión introducida por Schively  presentaba  una hoja acortada a solo ocho pulgadas de longitud total, con recazo plano y una cruz de cortos gavilanes. Mantenía sin embargo el lomo recto pero con un profundo bisel en forma de media luna, practicado en solo una de las mesas.



Custom Bowie de Buck.

Debe decirse que el contrafilo incurvado no constituía una novedad en esa época, ya que algunas armas blancas del medio oriente y sus copias europeas,  presentaban en el remate de sus hojas un pequeño contrafilo en forma de media luna. Robert Barincou en un trabajo titulado Le Bowie Knife, exhibe un ejemplar de bayoneta de taco española del siglo XVIII, biselada y vaciada a una mesa, que también remata en un prolongado contrafilo incurvado. Una variante de la spear point y de la clip point, descrita por Harold L. Peterson  fue la slanted point, consistente en un contrafilo inclinado pero recto, de posición oblicua respecto del lomo y el filo de la hoja.

Numerosas firmas inglesas introdujeron cuchillos Bowie en el mercado americano de aquella época, entre ellas  Joseph Rodgers,  Moss & Gambles, James Rodgers & Co., Joseph Allen & Son, E. M. Dickenson,  William Jackson & Co., John Lingard, y Wade & Butcher. La demanda de estos cuchillos se incrementó en ocasión de la guerra entre Méjico y Estados Unidos (1846 -  1848), que concluiría con el tratado de Guadalupe Hidalgo de ese último año,  así como en ocasión de la fiebre del oro en California  y de la guerra entre los estados, en la que aparecerían los “Battle Bowies” de rústica hechura, con una empuñadura guardamano conocida como “D – guard”,  y largas hojas con punta clip o de lanza. Los Bowies de fina factura inglesa solían presentar leyendas alusivas a la ocasión y al  comprador, como “California Knife” o “Good as Gold” durante la fiebre del oro que dio comienzo en  1849, o “Death to Abolition” durante la Guerra de Secesión (1861/65), para el mercado confederado. Una de sus posteriores evoluciones pudieron ser los “folding Bowies”, plegables de tamaño reducido, producidos por firmas inglesas como Samuel C. Wragg, R. W. Butcher, o R. J. Lingard. Así también los tardíos Bowies de San Francisco, con cabos finamente decorados, hojas spear point, guarnición o cruz apenas insinuada y vainas enteramente metálicas de plata; producidos por las prestigiosas  Michael Price o Will and Finck  de aquella ciudad. La segunda produjo también las primeras Push Daggers, con cabos de posición transversal respecto de sus hojas de doble filo y mesas separadas por una cresta, que obligaba a empuñarlas en forma parecida a un Katar. Recreadas hoy por Cold Steel, también existen versiones realizadas por artesanos de la talla de James J. Barry, Bob Hayes o Stephen Schwarzer, entre otros. 



Confederate Bowie de Randall, Custom Bowie de Buck  y I*X.L. spear point Bowie.

La decadencia del Bowie fue consecuencia de la evolución de las armas de fuego, ya que las primeras pistolas de percusión, avancarga y monotiro, cedieron su paso a los primeros repetidores de "cap and ball”. Estos últimos fueron desplazados a su vez por los revólveres de retrocarga y cartucho metálico, con el consiguiente aumento de la secuencia de fuego a partir de la década de 1870, circunstancia por la que el cuchillo pasó a desempeñar un papel secundario en la defensa personal.



Clip point bowie I*XL de George Wostenholm.

Más allá de los conflictos que el uso de los Bowies ocasionaron entre civiles, de lo que dan buena cuenta las prohibiciones dictadas con fuerza de ley por las legislaturas de Mississippi, Alabama y Tennessee, su producción fue oportunamente dispuesta en el campo estrictamente militar. Entre estos Bowies de uso castrense, cabe mencionar en primer lugar al Hicks, de 1840, fabricado por la firma Andrew Hicks de Cleveland, Ohio, con destino a un arsenal  desconocido. Este presenta cabo de palo de rosa, con pomo y un corto guardamano de bronce sujetos por numerosos tornillos y hoja con punta clip. Un modelo de 1849,  fue provisto en cambio con una hoja spear point y marcas de ejército (U.S.), en el recazo de  la misma. Su producción había sido confiada en este caso a Ames Manufacturing Company de Cabotville, Massachusets, para su uso por los Mounted Rifleman.

También se produjeron cuchillos bayoneta Bowie como el Dahlgren, diseñado por el almirante homónimo para el fusil Plymouth Whitneyville (1861/62), con marcas de la marina (U.S.N), durante la Guerra de Secesión. Su hoja de doce pulgadas de longitud correspondía también al estilo spear point,  con grandes biseles y contrafilo en ambas mesas en las inmediaciones de la punta. Fabricado por Ames, la cruz con anillo era de bronce y el cabo, de bronce y nogal. Mucho después adoptaría Estados Unidos un cuchillo bayoneta Bowie para el  Krag Jorgensen 1892/94/96, calibre .30 - 40, así como un bolo machete bayoneta experimental para el mismo fusil, del que solo se habrían fabricado cincuenta ejemplares para su uso en la jungla  de Filipinas. Un último Bowie denominado V44 sería incorporado en 1934 como cuchillo de supervivencia, realizado por firmas americanas como Case, Collins, Western y Kinfolks, para su uso por el personal de vuelo que operaba sobre las selvas de Panamá y Hawai. Se conocen también ejemplares de terminación menos esmerada y procedencia australiana, fabricados por Mars de Brisbane, Marsden de Sidney, y la Dufor Forge. Una versión tardía de este cuchillo fue el apodado “Carlson’s Raiders Gung Ho Knife”, para su uso por los Marine Raiders, del que solo se fabricaron mil unidades numeradas. El cabo y la cruz de esta serie, consiste en una pieza única de aluminio pintada de verde. Su hoja más pesada y sin las goteras que caracterizan la del anterior, tiene una longitud de nueve pulgadas y un cuarto.




Versión comercial del V44 realizada por Case.

También en España se produjeron cuchillos bayoneta Bowie en cantidades limitadas, como el modelo 1898 para la carabina Mauser Nro. 2,  destinado a la Compañía de Aerostación. La Fábrica de Toledo produjo solo cuarenta unidades de este modelo, con filo parcial en arco y contrafilo incurvado. Una segunda versión de carácter experimental, con destino a los cuerpos de Artillería e Ingenieros, poseía en cambio una hoja recta de mayor longitud, pero también con punta clip.

Entre los cuchillos de combate del último tercio del siglo XIX no deberíamos omitir al cuchillo de abordaje español de 1867, con hoja de tipo yatagán y doble filo, del que este blog se ocupó oportunamente. Estados Unidos por su parte adoptó en 1880 y 1890 dos cuchillos de ancha hoja vaciada a dos mesas separadas por una espina y punta de lanza, conocidos como Hunting e Intrenching Knife respectivamente, cuyas vainas podían  sujetarse del nuevo cinturón porta cartuchos Mills Woven. En ambos  modelos el cabo gallonado era de madera, presentando el primero guarnición de hierro y de bronce el segundo, habiéndose fabricado más de once mil ejemplares de estos cuchillos en el período 1881 – 1893. Sus antecedentes inmediatos pudieron ser las bayonetas de cubo con hoja  tipo “trowell”, modelos 1869 y 1873 para el fusil Trapdoor Springfield. La última de ellas presentaba un cubo que podía rotar, para recibir un cabo en madera de nogal facilitando su uso como pala; función también desempeñada eficazmente por la  llamada “intrenching tool” de 1880, con su cabo gallonado de madera. Otro antecedente pudo ser el cuchillo bayoneta y pala Bowie de 1870, diseñado por el coronel  Rice del 5° Regimiento de Caballería, con cabo de bronce escamado y cruz con anillo del mismo material, hoja con lomo aserrado y punta clip, producido por Ames. Si bien W. H.  Cole omitió mencionarla, si lo hizo William Frederick (Bufalo Bill) Cody en sus páginas autobiográficas, describiéndola como “arma y útil de labranza y construcción a la vez, y sobre todo muy apta para cavar trincheras…” Su característica distintiva era la posición invertida de la hoja que girada 90°,  ubica el cabo en posición equidistante respecto del lomo y del filo.

En ocasión de la primer guerra mundial los alemanes estuvieron provistos con sus “nahkampfmesser” o cuchillos para el combate cercano, fabricados por acreditadas firmas de Solingen, como D. Peres, J. H. Becker, E. Busch, Clemen & Jung, Richard Abr. Herder, H. Koller, J. A. Henckels, Robert Klass, Carl Eichorn, Anton Wingen, Puma Werk, y Eduard Wüsthof entre otras. Los estadounidenses introdujeron por su parte los modelos “U.S. 1917 – 1918 trench knife”, provistos con  hoja de sección triangular de nueve pulgadas de longitud y empuñadura en madera de nogal, que contaba adicionalmente con una manopla o puño guardamano. Fueron producidos por Henry Disstone & Sons responsable de su diseño, así como por Landers, Frary & Clark, 6) entre otras firmas americanas. Un modelo más elaborado correspondiente al mismo conflicto fue el “Mark 1 trench knife”, también con manopla y hoja vaciada a dos mesas, doble filo y sección romboidal, basada en un diseño francés de 1916. Su empuñadura consistía en una pieza de bronce fundido con el nombre y año del modelo grabado en ella,  provista adicionalmente de un pomo rompe cráneos o skull crusher. Desarrollado en Francia por la firma Au Lion para el ejército expedicionario americano, su producción también incluyó a firmas estadounidenses como L.F. & C., H.D.S., y Oneida Comunity Ltd.

Por su parte los franceses contaron en la ocasión con cuchillos de emergencia fabricados con hojas de la espada bayoneta Lebel de 1886. Algunos llevaban las iniciales de su fabricante como CV (Chéron Vogt et Cie.), o GP (Georges Pagé). Otros consistieron en conversiones de arsenal de la espada bayoneta Gras modelo 1874, o del sable bayoneta yatagán para el fusil de aguja Chassepot modelo 1866. Su mejor esfuerzo fue el excelente cuchillo – puñal modelo 1916, provisto de una hoja con doble filo, vaciada a dos mesas separadas por una espina y sección romboidal. En el talón de las mismas figuraba el nombre de su fabricante de la ciudad de Thiers, como Astier o Prodon, a los que Bernard Levine agrega los de Besset, Conon y Bernard.

Una de las dagas de combate con mayor difusión en tiempos también pretéritos pero  más cercanos, fue la utilizada y diseñada específicamente, para los comandos ingleses durante la segunda guerra mundial. Después del fracaso del ejército expedicionario británico y su dramática evacuación desde las playas de Dunkerke,  Winston Churchill había enviado al Gral. Ismay una carta fechada el 4 de Junio de 1940, en la que expresaba su deseo y necesidad de formar tropas especiales altamente entrenadas, para dar golpes de mano tras las líneas enemigas en el continente. La dotación inicial de quinientos hombres y un Cuartel General compuesto por 35 oficiales,  fue dividida en diez cuadros integrados por 37 hombres de acción y tres oficiales, los que recibirían su entrenamiento en el castillo de Achnacarry (Lochaber, Escocia), requisado para ese fin. El nombre "comandos” fue copiado de una fuerza homónima  Bóer, durante la guerra del Transvaal (1899 – 1901), en la que el propio Churchill había participado en su juventud.

Los capitanes William Ewart Fairbairn y Erik Anthony Sykes, con servicios acreditados en la Policía Internacional de Shangai, fueron seleccionados para su entrenamiento, siendo el primero de ellos autor del libro Get Tough. Los primeros cuchillos de combate utilizados por los comandos ingleses fueron los modelos RBD de Wilkinson, el BC 41 y el Midle East Knife, incluyendo dos de ellos una manopla guardamano. El binomio Fairbairn – Sykes no los consideró suficientemente adecuados a los propósitos de la nueva unidad y con autorización del War Office, contactaron a John Wilkinsom – Latham de la acreditada fábrica de espadas Wilkinson Sword Ltd., de Londres. Entre los tres concibieron la producción de una daga que al parecer, estuvo inspirada en un diseño anterior del Capitán Samuel Sylvester Yeaton de los USMC.

Se conocen tres modelos (patterns), originales de la daga. El primero de ellos (1941), reconoce a su vez  tres versiones o evoluciones sucesivas. La primera de ellas presenta una hoja de acero de siete pulgadas y media, de doble filo, vaciada a dos mesas separadas por una espina y pulida a espejo. Posee un recazo plano y una cruz recurvada de tres pulgadas de longitud. El recazo lleva de un lado la leyenda The F – S fighting Knife, la  que alude a sus diseñadores y en el otro el nombre de la empresa que la produjo, arriba mencionado. Su cabo era de bronce niquelado y segrinado a mano, lo que elevaba su costo de producción en tiempos de guerra y escasos recursos. La segunda versión semejante a la anterior, se diferenciaba por la longitud de la cruz acortada ahora a dos pulgadas. En una tercera versión,  igual a las anteriores, la cruz es sencillamente levemente recurvada.

En el segundo modelo (1941), el recazo fue eliminado y la cruz es recta. La hoja continua vaciada a dos mesas separadas por una espina, con excepción de un pequeño triángulo plano junto a la guarnición. Al parecer, este se debía a que las hojas ya no se forjaban a mano, circunstancia que elevaba su costo, utilizándose a partir de ese momento un martinete mecánico.

En el tercer modelo (1943),  considerado definitivo se eliminó el pequeño triángulo, el cabo dejó de ser de bronce segrinado, presentando un gallonado formado por círculos concéntricos.  El material empleado en el mismo era una aleación y todo el acabado (cabo, cruz y hoja), era de color negro.

La multiplicidad de pedidos por parte de otros cuerpos, motivaron que su producción se extendiese a otros fabricantes, algunos desconocidos hasta hoy como las marcadas  B2,  y  el “Broad Arrow”  de aprobación británico. Diseños alternativos a la daga F –S, fueron la  daga para la O.S.S. y otras dos versiones americanas llamadas V 42 con pomo redondo o cónico, fabricadas por Case en 1943, de las que se produjeron 3.600 ejemplares con destino a los depósitos navales. Conocidas como Comando Ranger Knives, fueron utilizados por la First Special Service Force, llamada también “Devils Brigade”. Otra alternativa fue el USMC Raider Stiletto, fabricado por Camillus Cutlery Co. de N.Y., del que una canción de época (1943), aseguraba que “había sido forjado en el mismo infierno”. Utilizado por los “Roosvelt’s Raiders”, su hoja alcanzaba siete pulgadas y un cuarto de longitud. En 1991 se realizó una versión mejorada y conmemorativa del mismo, la que fue encargada a H. G. Long de Sheffield (c. 1846). En cuanto a la daga F – S  primigenia, sería recreada a fines del siglo anterior, con siete distintos modelos diseñados por el Teniente Coronel Rex Appelgate, ex miembro de la Oficina de Servicios Estratégicos de los Estados Unidos durante la guerra  y el mismo  Fairbairns. Más fuertes y utilitarias que las originales, ya que el punto álgido de aquellas había sido siempre su fragilidad y falta de versatilidad para funciones complementarias. Los seis modelos de hoja fija de la nueva versión fueron confiados a Böker de Solingen y el plegable a Gerber de Portland, Oregón. Todos ellos con hojas blastinadas.

Sin embargo el grueso de las fuerzas estadounidenses optaron durante el conflicto por cuchillos más fuertes, que constituían una solución de compromiso entre letalidad y funcionalidad para usos alternativos, de ahí su descripción como “combat utility knives”. Entre los múltiples cuchillos ofrecidos por las fábricas americanas para los soldados que marchaban al frente, como Cattaraugus, Imperial, Robeson, Geneva, o Ka - Bar, junto a versiones artesanales de mayor costo y calidad, como el modelo Nro. 1 de Randall, o los ofrecidos por John Ek, deben mencionarse los modelos oficiales USN Mark 1, USN Mark 2 y su similar USMC que se diferenciaba  del anterior por la sola inscripción en su recazo de las siglas de la  infantería de marina estadounidense y su vaina de cuero. Estos cuchillos presentaban hojas con diferentes acabados, punta clip, vaciadas a una mesa y provistas de un solo filo. Los dos últimos modelos presentaban además una “blood gooter” en cada mesa, destinadas en rigor a aligerar su peso. En todos ellos las empuñaduras estaban constituidas por rodajas o arandelas de cuero. En 1942 se adoptó el cuchillo de trinchera M3 del que nueve firmas estadounidenses fabricaron aproximadamente 2.600.000.- ejemplares entre 1943 y 1944; entre ellas A.C.C., Camillus, Utica, Pal y Böker de U.S.A. ***) Este cuchillo considerado muy eficiente, evolucionaría finalmente en el cuchillo bayoneta M4 concebido en primer lugar como cuchillo y solo secundariamente como bayoneta para la carabina M1. Así lo establece su descripción oficial en inglés “bayonet Knife” y no “knife bayonet”, nombre aplicado a los adoptados en el último tercio del siglo XIX. El M3 es en rigor un puñal provisto de filo, contrafilo en el último tercio y punta, y la empuñadura se compone también de rodajas de cuero, con  pomo y cruz de acero, uno de cuyos extremos se inclina unos 40° hacia la punta. Este diseño de hoja continuó en uso hasta nuestros días, para los cuchillos bayoneta M5, M6 y M7 destinados a los fusiles M1, M14 y M16 respectivamente.



U.S.N. Mark 1, M 3 y M 4.

Los alemanes por su parte, continuaron utilizando durante el nuevo conflicto sus cuchillos de trinchera de la primera guerra mundial así como nuevos diseños, algunos marcados   con la sigla RZM, correspondiente al Departamento de Ordenanza del Reich. Desarrollaron asimismo poco antes de su inicio (1937), el cuchillo de gravedad para paracaidistas, cuyo uso se extendió a la Luftwaffe, fabricado por la  Metal Fabrik Plant (Stephens) y por Gebrüder Weyesberg (Hughes). Remozado en 1975 por Carl Eickhorn y Othello en la República Federal Alemana para su Bundeswehr, pero utilizando en esa oportunidad materiales modernos y piezas reemplazables.  La primigenia versión alemana  había sido copiada por los británicos durante la  misma guerra, circunstancia acreditada por su similitud con el posterior Ibberson Gravity Knife. En cualquiera de sus dos versiones se trataba  de un cuchillo utilitario para uso de paracaidistas enredados, provisto de una hoja alojada en el interior de la empuñadura, que puede ser accionado con una sola mano, mediante un mecanismo de destrabe y que utiliza a la fuerza de gravedad para su apertura. Complementariamente, podía tener o no una lezna en el otro extremo de la misma. Un intento por reproducir la daga F – S por parte de los alemanes, pudo ser el modelo experimental realizado por Peters Daniel Krebs de Solingen en 1942, basado en especímenes capturados en el fallido raid a Dieppe. El arma en cuestión, íntegramente construida en acero y enteramente empavonada, posee hoja de doble filo con dos mesas separadas por una gotera que alcanza casi a la  punta, y cruz con largos gavilanes con sus extremos curvados hacia el pomo.




Cuchillo de presentación de la marina estadounidense en azul y oro, conmemorativo de la segunda guerra mundial.

Numerosos cuchillos de combate fueron utilizados por los americanos durante la guerra de Vietnam, entre los que  se destacan en atención a la fama adquirida, los destinados al SOG, sigla correspondiente al Studes and Observation Group, dependiente del  Military Assistance Comand Vietnam y respecto de los cuales, no se supo a veces con precisión el nombre y lugar específico del fabricante, aunque su origen fuera claramente asiático llevando algunos de ellos la inscripción Japan Sword. Es curioso que la prestigiosa empresa SOG Speciality Knives con domicilio en Lynnwood. WA., cuyo nombre rememora a aquel afamado grupo de estudio y observación, tampoco explicita hoy el lugar de origen de muchos de sus productos. Otras marcas preferidas por los militares en el conflicto fueron los modelos producidos por Randall, Gerber, John Ek, Marble, Milpar, Ruana, Western, Kevin Parsons y  Buck. Entre los plegables mencionaremos al C – 4, un modelo experimental destinado a desarmar explosivos, del que sólo se produjeron 200 unidades. Junto a ellos continuaron utilizándose los oficialmente provistos Mark 2, con marcas de ejército (U.S.), que con lomo liso o aserrado produce hasta hoy Ontario además de KA – Bar, este último con presentación y terminación esmerada. 8)



Gerber Mark I y II, Fairbairn - Sykes de Rodgers, Cold Steel Tanto, Cold Steel  Recon Tanto, Astro de Randall, Black Ka Bar, U.S.M.C. Ka Bar, Cold Steel Recon Bowie.

En la segunda mitad del siglo XX continuaría multiplicándose el número de cuchillos militares desarrollados por empresas como Gerber con sus dagas Mark 1 y Mark 2 (1967), así como su más tardío cuchillo Patriot para paracaidistas militares y modelos para sobrevivencia en condiciones extremas. También el modelo Astro de Randall, diseñado como cuchillo de supervivencia por el artesano W. D. “Bo” Randall y el astronauta Gordon Cooper,  para los integrantes de la misión Mercury de la Nasa o los Jet’s Pilot Knives disponibles a partir de 1957. La firma Glock de Austria presentó su feldmesser 78, económico, de buen diseño y calidad, para dotación de la GSG 9, sigla que identifica a la policía antiterrorista, a partir del cuchillo bayoneta para el fusil Steyr St. G 77. En Alemania Puma Werk y Robert Klass fabricaron un nuevo cuchillo de combate para su Bundeswehr  diseñado por Eickhorn (c. 1865), responsable también del desarrollo y producción del cuchillo bayoneta KCB, sigla que encierra las funciones de cuchillo, cisalla y bayoneta, para el fusil Stoner M63 A 1 calibre .223, adoptado por Holanda, aunque también se los produjo sin mecanismo de engarce, en calidad de solo cuchillos de combate y aun desprovistos de la misma cisalla. Su hoja biselada y vaciada a una mesa de 175 mm.  de  largo, presenta punta clip, 30 mm. de ancho y 3,5 mm. de espesor, filo liso y lomo aserrado con 49 dientes. Su ventaja consiste en que la cisalla (improvisada con el cuchillo y la vaina), puede ser utilizada sobre líneas eléctricas con la prevención de no tocar la cruz. El modelo  inspirado en un diseño de cuchillo bayoneta para el fusil Avtomat Kalashnikova (AKM), posee a nuestro juicio superior calidad respecto del original soviético. Los primeros ejemplares llevaban el cuño de la ardilla con la espada grabado en la hoja, sobre la sigla NWM (Fábrica Holandesa de Armas y Municiones), pero también los hubo con las letras AES (Annette Eickhorn Solingen), dentro de tres figuras geométricas ubicadas en el recazo, y/o la leyenda West Germany grabada en el falso pomo. En algunos ejemplares la identificación consiste en una etiqueta dorada de papel pegada en la vaina, conteniendo el emblema de la ardilla junto al nombre, ciudad y país del fabricante. Finalmente la línea de productos KCB fue producida por Weyersberg con el logo de la corneta, correspondiente a la firma WKC (Weyersberg Kirschbaun & Co.) de Solingen (c.1883). De toda la línea KCB se produjeron además modelos alternativos con  hojas más largas.


Feldmesser 78 de Glock, versión de Eickhorn, versión de Puma, AB200 de D.G.F.M., M 3, U.S.N. Mark 1, U.S.N. M K 3 Mod. 0 y Eickhorn (versión modernizada del M3).

También la marca SOG introdujo nuevos cuchillos de combate, entre ellos el Pentagon  y el SEAL Pup Elite, con  cabo y guarnición en una sola pieza de Zitel  destinado como su nombre lo indica, a los  comandos de aire, mar y tierra  de la marina estadounidense. Bajo la denominación Sog Bowie 2.0, reproduce también hasta hoy un modelo oportunamente utilizado por el MACV – SOG en Vietnam. Por su parte Buck presentó en 1984 su modelo 184 denominado Buckmaster, direccionado en principio a los Navy Seals y utilizado parcialmente por esa fuerza. Se trata de un clásico cuchillo de supervivencia, con cabo hueco y anclajes desmontables en la guarnición, con una hoja tipo Bowie y lomo aserrado, semejante al concebido por el artesano de Arkansas Jimmy Lile, también reinterpretado por Aitor con su modelo Jungle King I. Un cuchillo de este tipo fue desarrollado por FAMAE de Chile para los carabineros de ese país, también con cabo hueco y guarnición enteriza de plástico en una sola pieza conteniendo implementos utilitarios, a lo que se suma la particularidad de que puede ser desenvainado desde el brocal o en forma lateral, ya que la vaina también de plástico verde posee uno de sus bordes abierto.

En nuestro país Fabricaciones Militares produjo el cuchillo AB 0200, muy sólido y bien manufacturado en sus distintas variaciones, pero que nunca tuvo carácter reglamentario. También versiones del cuchillo bayoneta del fusil FAL provistos por alguna razón de un falso pestillo y apaga llamas, que lo convierte de hecho en  bayoneta de parada, las que siempre se caracterizaron por presentar un mecanismo de engarce simulado en el pomo. Se realizaron asimismo conversiones del sable bayoneta modelo 1909 y del machete de artillería del mismo año, a cuchillo de combate para la infantería de marina y de paracaidista respectivamente, proveyendo al  último de una doble punta clip. Más tarde empresas como Jorfra, Erizo y Yarará comenzaron a producir diseños específicos para distintas especialidades de las Fuerzas Armadas, así como  los artesanos Perpiña y Porcel de Rosario para  Gendarmería Nacional. El primer antecedente de un cuchillo de combate para la República Argentina, pudo ser  el diseñado por el Sr. Miguel Enrique Manzo Sal en 1952, para una hipotética futura ejecución por Fabricaciones Militares, con hoja de doble filo y empuñadura de cuero, descrito en detalle por Abel A. Domenech en El Cuchillo Táctico. Celso Juiz señala en una publicación reciente, la adopción por parte de la Escuela de Fuerzas Especiales y Paracaidistas de Chile, del cuchillo Predator I de la Fox Knives Military Division, acreditada firma italiana de Maniago habitual proveedora de la OTAN. 9)

Culminamos este brevísimo relato acerca del origen y evolución de los cuchillos de combate en el mundo occidental, señalando que la prestigiosa Puma Werk de Alemania (c. 1770), presentó al filo del cambio de siglo su cuchillo  Tac, modelos 1, 2 y 3 con punta  Tanto, del que se afirmaba que lucía capaz de forzar la tapa de acceso a un tanque T 56. Asimismo  Puma y Eickhorn, introdujeron por aquellos años sus propias versiones del cuchillo de campo Glock.




Daga militar de doble filo producida por Eickhorn y cuchillo de supervivencia para los carabineros de Chile, producido por FAMAE.

Referencias:

1) Señala Michel Noiret que en la cosmogonía azteca el cuchillo de silex o Tecpatl, constituía una divinidad por ser hijo de la diosa universal que lo engendró (¿o lo concibió y dio a luz?), durante la edad de fuego. Repudiado por sus hermanos en razón de su extraño aspecto,  éstos lo arrojaron a la tierra partiéndose en mil pedazos y multiplicándose en otras tantas divinidades. Lo cierto es que el cuchillo ha cumplido una función ritual asociada a sangrientos sacrificios, así como  también se constituyó en algunos casos en símbolo de la autoridad político militar. Ello no obsta a la utilidad del mismo desde tiempos primitivos y por ello es calificado por Dominique Pascal como “primer útil y primera prolongación de la mano” del hombre. Dice Abel A. Domenech (Del Facón al Bowie), que el ancestro del primer cuchillo apareció dos millones de años atrás, y “fue obra del Australopitecus, ese lejano antecesor del hombre. La herramienta en cuestión fue un simple trozo de piedra rota accidentalmente, o naturalmente, cuyo filo sorprendió de alguna manera a la primitiva mente de nuestro antepasado.” Mas tarde llegarían las etapas del astillado mediante el procedimiento de golpear unas piedras con otras, un filo alternativo en el borde opuesto y una punta aguzada que le permitiría su utilización como lezna.

2) El pedernal consiste en concreciones recubiertas por una pátina llamada sílice. Dice Harold L. Peterson que en Escandinavia y en especial en Dinamarca podían hallarse bellísimas piedras de silex, cuyos  colores variaban desde el amarillo al ámbar, o a un marrón oscuro casi negro. El cuarzo por otra parte podía encontrarse en diversos colores tales como rojo, verde, negro y blanco. Por su parte Frederick Wilkinson, apunta la existencia de los eolitos o piedras del amanecer, formadas por choques casuales o por la acción de las olas y el viento, utilizadas por el hombre primitivo como armas arrojadizas.

3) Civilización de la alta Austria correspondiente al bronce tardío y primera época del hierro. (c. 700/500 AC) 

4) Civilización de origen celta correspondiente a la segunda época del hierro. (c. 400 AC)

5)  Al parecer nunca habría quedado en claro entre los investigadores, la etimología y semántica de  palabra scramasax, utilizándose alternativamente la expresión “hand sax.”  Aun así, señala H. L. Peterson  que el termino “sax” podría aludir a una espada corta de un solo filo y el prefijo “scrama”, a un instrumento con capacidad para provocar heridas. Por su parte el malogrado historiador y experto en armas francés Dominique Venner, señala que el nombre en cuestión procede de los romanos y deriva del latín “secare”, que significa cortador o talador. 

6) Dice Bernard Levine   que la firma Landers, Frary & Clark se originó en los años 1862/63, convirtiéndose en  corporación en 1865. En 1933 llegó a ser la empresa del rubro cuchillería más importante del mundo, cesando sus actividades en 1954.

7) Todo cuchillo se compone básicamente de dos piezas, una hoja provista de una espiga, de vástago o completa y un cabo, a las que puede adicionarse otra intermedia en calidad de separador en  diseños más elaborados. Esta última puede consistir en una cruz, virola, guarnición o bolster, a las que podría agregarse el botón de hoja, aunque en rigor este forma  parte de la misma, como puede observarse en la daga mediterránea y en un  sucedáneo nativo de la misma, nuestro cuchillo criollo. Omitimos el tratamiento de los machetes por consistir estos en herramientas, que solo ocasionalmente pueden utilizarse como armas defensivas, tales como el Collins de 1945, de la prestigiosa y desaparecida casa de Hartford, Connecticut, o el utilizado por los cuerpos médicos de la U.S.M.C., cuya punta redonda le restaba intencionalmente carácter letal, producido entre otras firmas por Chatillon de New York. No obstante,  dice Gilles Bongrain que el mote “machette” procedería de una voz griega que significa “el sable”, la que apunta específicamente a un arma blanca muy concreta y no a un útil de trabajo. En cuanto al Dirk Naval y el Couteaux Castrense, si bien fueron y son armas de combate, devinieron finalmente en un símbolo de la autoridad militar, para ser portadas en calidad de “dress dagger” por oficiales y cadetes de institutos militares. El Dirk naval había sido introducido en Inglaterra a fines del siglo XVIII, en tiempos de la vela, para su uso a bordo o en tierra firme, aunque su reglamentación fue errática, haciéndolo Estados Unidos poco después (c. 1802). Las hojas podían ser curvas, o rectas con uno o dos filos y los cabos de diversos materiales como marfil, hueso, o skin fish (piel de tiburón o de raya), que por su rugosidad aseguraba un buen grip. Una alternativa a los cuchillos de hoja fija fueron los plegables, cuyo origen se remonta al parecer a los romanos, como la navaja, en su versión específica para afeitar realizada como las tijeras en acero muy templado ausente de revenido, y que junto a las cortaplumas o cuchillos de bolsillo, conformarían con las chairas destinadas a asentar filos, el rubro de la cuchillería. Este incluiría además a las  armas blancas cortas como el puñal y la daga. La voz navaja podría derivar del latín “novaltis” que significa renovación, en alusión a la renovación diaria del rostro a la que eran afectos los romanos,  logrado mediante la acción de afeitarse. Abel A. Domenech citando a J. B. Himsworth, señala que para este autor los primeros plegables deben atribuirse a los romanos y datarían del siglo I de la Era Cristiana. Por su parte W. L. Cassidy entiende que los plegables pueden proceder de la agricultura (versión de cuchillo que se produce hasta el presente por varias firmas, para su utilización en injertos), o de una  evolución de la navaja de afeitar. (Vid Abel A. Domenech OC). Por su parte Bernard Levine  ilustra un ejemplar de plegable romano que dataría de los siglos dos a cuatro de nuestra era, cuya empuñadura representa a un perro persiguiendo a una liebre. En otro ejemplar de origen galo romano (c. siglos tres a cuatro DC), el motivo es una pareja humana abrazándose. Ambos presentan empuñadura de bronce y carecen de resortes, por lo que operarían con sólo un remache en un extremo del cabo, que  permitía a la hoja bascular. En el campo militar los plegables llegarían a ocupar su lugar, con diseños como el “Navy Pilot’s” de la marina americana producido por Colonial, provisto con un pouch de lona marcado U.S.N., o el “Escape Pocket Knife”, un multihojas que prevé entre otras piezas una tenaza en un extremo del cabo,  fabricado para la Oficina de Servicios Estratégicos de los Estados Unidos. Camillus y Ulster, también fabricaron oportunamente cortaplumas de cuatro hojas en acero inoxidable, provistas de una hoja maestra, punzón, abrelatas, destornillador y descapsulador de botellas, con marcas de ejército (U.S.) o de la marina (U.S.N.), aunque  sin duda el diseño mas afamado de esa tipología fue el “soldier” suizo,  producido  por Victorinox y Wenger. El mismo, fue objeto de sucesivas evoluciones desde su creación a fines del siglo XIX, siendo  reemplazado en 2007  por un “folding knife” multiuso, cuya hoja maestra posee el nuevo sistema de apertura rápida con una sola mano y filo aserrado concebido por Spyderco. El nuevo modelo producido por Victorinox, es alternativamente realizado por esta firma en versiones para el Bundeswehr de Alemania y la Dutch Marine Air Force Service. 



 Pocket Knives militares y navales.

8) Entre los cuchillos preferidos en la guerra de Vietnam y por fabricante, M. W. Silvey menciona a los siguientes: los modelos 1, 2, 14, 15, 16, 17 y 18 de Randall, los correspondientes a los nros. 1, 2, 3, 4 y 6 de John Ek,  las primeras versiones del “Pilot’s Survival Knife” realizadas por Marbles y Milpar con mayor longitud de hoja, la versión del cuchillo no magnético para la marina producido por Imperial Cutlery Co., el Buck modelo 120 y una versión del Mark 2 con lomo aserrado marcado “Rangers”. También otros modelos de Randall, con hojas procedentes de Solingen, ya que por ser esta firma un taller artesanal y por tanto con capacidad de producción limitada, no podía cumplir con toda su demanda en tiempos de guerra, motivo por el cual también comercializó  dagas F – S de fabricación inglesa.  Como curiosidad señalaremos que el veterano de origen “mohawks” Peter La Gana titular de American Tomahawk & Co., produjo un modelo con destino a las tropas en el frente de batalla; arma de combate que hoy forma parte del equipo del “soldado del siglo XXI”, previsto en el  programa del Pentágono. 

9) La adopción del Predator I supone para esas fuerzas el abandono del corvo chileno, un cuchillo de hoja curva y doble filo, reglamentario en  la  infantería del ejército de Chile desde 1963. Originado al parecer en una antigua herramienta española conocida como Trinxet o en el cuchillo calabozo de idéntico origen (Vid Celso Juiz OC), se conocen al menos dos versiones del mismo: el Atacameño o Garra de Puma y el Pico de Cóndor, los que poseen distinto grado de curvatura.


Llamadas:

*) Emperador (Imperator Augustus), del Imperio Franco o Carolingio ubicado en el centro del Mediterráneo (774 – 843 DC), e hijo del rey Pipino el Breve. Coronado por el Papa León III en Roma en 800, vivió y murió en la ciudad de Aquisgrán (Alemanía). Combatió entre otros a los musulmanes que procedían de España, creando la llamada “Marca Hispánica”. Es considerado una figura prestigiosa, protector del papado y padre de la Europa occidental.

**)Coronel James Bowie (1796 – 1836), revolucionario independentista, texano por adopción, muerto en ocasión del asedio y asalto a la Misión de El Álamo en San Antonio de Béxar, Texas, por las tropas del ejército de México, comandadas por el Mariscal Antonio López de Santa Anna.
La familia reconoce como antepasado a John Bowie, un escocés “Highlander” del linaje Campbells de Argyle, radicado en Maryland en el siglo XVIII. Rezin Bowie, padre de James, combatió en la guerra de la independencia americana bajo las órdenes del Gral. Marion. Encontrándose prisionero en Savannah se relacionó y contrajo matrimonio con una dama de la familia Catesby Jones. El matrimonio que vivió sucesivamente en Georgia, Tenessee y Louisiana, tuvo siete hijos, cuatro varones y tres mujeres. Rezin (hijo) y James fueron muy unidos y socios en empresas de agricultura (cultivo de algodón y caña de azúcar), compra venta de tierras, y tráfico de esclavos en relación con el pirata de la Barataria y héroe de Nueva Orleáns Jean Lafitte; dominando ambos hermanos los idiomas francés y español. James Bowie habría arribado a Louisiana con su familia a los cinco años de edad, instalándose en la Parroquia de St. Mary en el Bayou Teche (Arroyo de la Serpiente y sitio de la heroína protagonista del poema Evangeline de Longfellow), aunque más tarde se mudaron al Distrito de Opelousas. En 1831 contrajo matrimonio con María Úrsula de Veramendi, hija del Vicegobernador de Texas y Coahuila Juan Martín de Veramendi, la que le dio dos hijos.

***) Hermann y Robert Böker fabricantes de espadas de Solingen,  se establecieron en Estados Unidos en 1837. Herman fundó H. Boker & Co. en New York, y Robert la Casa Roberto Boker de México, importando productos del rubro cuchillería desde Alemanía e Inglaterra. No fue hasta 1869 en que un primo fundó  Heinrich Böker & Co., en Solingen, enviándoles sus productos de la marca “Böker- Tree Brand”, a fin de comercializarlos en el mercado americano. Las barreras aduaneras de 1891 los obligarían mas tarde a producir, motivo por el que compraron a la Valley Forge Cutlery Co. de Newark, New Jersey. Actualmente Böker U.S.A es una sucursal de Heinr. Böker Baumwerk GmbH. de Solingen. Una nueva filial de la Casa Matriz en China, produjo en 2007 bajo la marca  Böker Plus, una réplica del cuchillo de trinchera M3 de la segunda guerra mundial.
          

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