miércoles, 24 de octubre de 2012

Las Armas Blancas de San Martín.


"El general San Martín". Litografía coloreada de Jean Théodore Gericault

Por José Luis Mignelli


“Y redactó su testamento, partiendo la herencia en dos, dejó su corazón en Buenos Aires y su sable a Juan Manuel de Rosas.”
                                                               

Leopoldo Lugones, 1897


En 1811 San Martín abandona la Península Ibérica con el deliberado propósito de ofrecer su vida y su persona a la causa de la Independencia Americana. A su paso por Londres a fines de ese mismo año, adquiere un Shamshir montado a la turca, es decir, en crosse de pistolet, una de las armas blancas orientales por entonces de moda entre la oficialidad inglesa y europea de la época. Conforme a su declaración, el sable lo acompañaría en toda la guerra por la Independencia de la América del Sud.

Concluida la Campaña Libertadora y retirado San Martín en Francia 1) el corvo permanecerá en Mendoza, hasta que en 1837 su hija e hijo político a su pedido se lo llevarán a Grand Bourg. 2) El acontecimiento siguiente es por todos conocido. Como consecuencia de la Intervención Francesa de 1838 – 1840, agravada luego por la Anglo- Francesa de 1845 – 1850, legará su sable a Juan Manuel de Rosas conforme a la clausula 3ª de su testamento, fechado el 23 de Enero de 1844, por “la satisfacción que como argentino he tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República, contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla.”3)

Dice Grenón, 4) que San Martín sobrevivió seis años a esta donación. En rigor se trató de un legado, por lo que Rosas sólo pudo recibirlo a partir del 17 de Agosto de 1850, fecha en que se produjo el fallecimiento del Libertador, y mediante el envío que del arma le hiciera Mariano Balcarce. Retirado Rosas en Inglaterra con motivo de Caseros, el sable lo acompañará en su obligado exilio de Southampton, hasta que en 1877 retornará a su presunto lugar de origen (Londres), en circunstancias de la muerte de Rosas acaecida el 14 de Marzo de ese año. En efecto, conforme al Art. 18ª del testamento del dictador porteño, 5) el sable quedaría a la postre en manos de su hijo político Máximo Terrero, quién junto a su esposa Manuelita tenían domicilio en la capital inglesa.

En 1896 el Dr. Adolfo P. Carranza, fundador y primer director del Museo Histórico Nacional, apoyado en la influencia de Don Antonino Reyes, se dirige por escrito al matrimonio Terrero, solicitando la donación del sable con destino a la casa de su dirección. Manuelita contestará afirmativamente, señalando que al fin su esposo (el verdadero legatario), había decidido donar a la Nación Argentina “ese monumento de gloria para ella”, contando para ello con su entera aprobación y la de sus hijos Manuel Máximo y Rodrigo Tomás. Poco después comisionaran a su sobrino, el notable Juan Manuel Ortiz de Rozas, para que en nombre de la familia Rosas – Terrero, hiciera entrega de la reliquia al Presidente Uriburu. 6)

Sable desenvainado, lateral izquierdo

Vaina, lateral izquierdo

El sable, cuyo itinerario histórico hemos reseñado en forma sucinta y que por cinco veces cruzara el Atlántico, fue finalmente depositado el 4 de Marzo de 1897 en el Museo Histórico Nacional, ubicado por entonces en el edificio todavía existente en el Jardín Botánico de la Ciudad de Buenos Aires y poco después (1/Octubre/1897), en las instalaciones de Parque Lezama. Como consecuencia de las sustracciones de que fuera objeto en los años 1963 y 1965 respectivamente, su guarda fue confiada en forma definitiva al Regimiento de Granaderos a Caballo General San Martín, por decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nro. 8756, del 12 de Noviembre de 1967. En este último año, el Capitán Omar Augusto Blanco publicaba un artículo en el que señalaba las principales: “Características del Sable Corvo del General San Martín.” (La Prensa, 14/Mayo/1967)

El estudio mas completo que se ha realizado sobre el sable desde un punto de vista eminentemente histórico es el de Ramallo, obra que contiene también valiosos apéndices. 7) Desde el punto de vista técnico descuella la publicación realizada por el Regimiento de Granaderos a Caballo General San Martín, 8) la que recoge los numerosos estudios a que fuera sometida el arma por distintos organismos oficiales, tales como: El Gabinete Scopométrico de la Policía Federal, La Dirección de Investigaciones Forestales de la Administración Nacional de Bosques, el Laboratorio de Ensayos de Materiales e Investigaciones Tecnológicas del M.O.P. de la Provincia de Buenos Aires, la Comisión Nacional de Energía Atómica y las diligencias practicadas por la Embajada Argentina en el Reino Unido de Gran Bretaña. Dada la extensión y minuciosidad en muchos aspectos técnicos de este trabajo, intentaremos resumir sus principales conclusiones:

Dimensiones y peso del arma: Largo de la hoja 818 mm., largo total 948 mm., ancho de la hoja 27 mm., espesor máximo de la hoja 5 mm., largo de la vaina 845 mm., peso del sable con dragona 910 gramos, y peso de la vaina 680 gramos.

Identificación de las partes de madera:

Cachas: Ébano de las Indias Orientales, también conocido como ébano de Ceylán o ébano negro, parcialmente segrinado en la parte inferior próxima a la cruz. La cacha interna presenta una quebradura en su extremo superior. Están fijadas a la espiga mediante tornillo embutido y perno y separadas entre si por una "molette."

Vaina: Haya europea. Posee brocal y contera en metal dorado y dos abrazaderas (superior e inferior) con anillas de sujeción.

Identificación del cuero de la vaina: No fue posible establecer de que animal procede ni el procedimiento de transformación aplicado.

Estudio metalográfico y radiográfico: Se señala que “la hoja examinada mostraba el aspecto de un acero pulimentado. Atacado con un reactivo macrográfico, presenta el dibujo de la hoja llamada damasquinada”. (Sic) Asimismo se señala que no fueron encontradas “ni en la hoja, ni en la espiga, por control radiográfico, marcas colocadas ex profeso, que puedan identificar el arma examinada o su posible fabricante.” La cruz de la empuñadura “posee una estructura de fundición.” En su cara externa presenta un rosetón con un trébol de cuatro hojas y olivas en el extremo de los gavilanes. Uno de los ellos (el interno), presenta una torsión hacia abajo.

Origen del arma: En lo que hace a este punto enuncia el estudio tres posibilidades: “a) del cercano oriente, muy posiblemente Persia. En este caso se trataría de una legítima hoja de Damasco. b) europeo, según la técnica de la soldadura. c) europeo, según la técnica empleada para obtener verdaderas hojas de Damasco.” Seguidamente excluye las dos últimas hipótesis. La b) por cuanto en las hojas obtenidas por técnica de soldadura, se observa una simetría de la que carece el corvo y toda legítima hoja de damasco y la c) por que obligaría a datar la hoja después de 1821, habiendo adquirido San Martín el sable en 1811. Consultados los Sres. Robertson y Kennard, directores de la sección de armas antiguas del Victoria and Albert Museum y de la Armería de la Torre de Londres respectivamente, opinaron sobre el sable que “la hoja es de mayor antigüedad que la empuñadura, calculándose la diferencia en cien años.” Concluye el estudio señalando “que el sable durante la pertenencia del General San Martín, debe haber presentado el dibujo damasquinado (Sic) original” ya que “la denominación sable de latón,” que aparece en una manifestación, coincide con el aspecto bronceado que puede presentar este tipo de hojas.” A nuestro juicio esta presunción parece contradecir una descripción de época del arma, que debemos a la pluma de Alberdi, quién tuvo oportunidad de examinarla en ocasión de una visita que le hiciera al Libertador en Francia. Dice así: “Tuve el placer de tocarla y verla a mi gusto; es excesivamente curva, algo corta, el puño sin guarnición” (¿cazoleta?) “en una palabra de la forma vulgarmente denominada moruna. Esta admirablemente conservada, sus grandes virolas son amarillas labradas y la vaina que la sostiene es de cuero negro graneado, semejante al del jabalí. La hoja es blanca enteramente sin pavón ni ornato alguno.”(La Nación, 19 de Febrero de 1897)(La negrita es nuestra).

"La batalla de Maipú". Detalle: los generales San Martín y O'Higgins
después de la batalla. Litografía coloreada, ca. 1819, de Jean Théodore Gericault

Por nuestra parte concluiremos señalando que el Shamshir (Chamchir), en rigor la verdadera cimitarra, es una de las mas bellas armas blancas del Medio Oriente y aunque originaria de Persia, extendió su influencia a otros países del Mundo Islámico tales como la India y Turquía. Su cómodo puño puede ser típicamente persa rematado en una perilla metálica o a la usanza turca, es decir en crosse de pistolet, siempre complementado con una cruz simple de gavilanes rectos con un par de oreillons dobles.

Su hoja de acentuada curvatura y un solo filo corrido al exterior, presenta lomo redondo y mesas normalmente desprovistas de canales o vaceos. Dicha curvatura, a la que se califica de irregular por acentuarse en las proximidades de la punta, así como por la profundidad de su flecha, incrementa los efectos del golpe al herir en forma oblicua. Requiere asimismo de una vaina parcial y longitudinalmente ranurada junto al brocal, sin lo cual no puede ser envainada. Es un arma de corte por excelencia, con gran parte del peso acumulado hacia el débil de la hoja, en razón de la mencionada curvatura.

Sólo pueden competir con el Shamshir, el Kilij y la Pala turcas. Estas dos últimas cimitarras se diferencian de aquella, en que sus hojas presentan vaceos a fin de aligerarlas y en que en el último tercio observan un ensanchamiento llamado yelman o contrafilo realzado. La Pala, término asimilable a cimitarra en turco, es considerada una optimización del Kilij, ya que si bien su hoja posee menor longitud, gana en anchura y por consiguiente en peso y poder de corte. 9)


“La espada de San Martín que le regalé es según tradición de mi padre, la que llevó San Martín en Bailén”  
                                                            

Gonzalo Bulnes, 1910

 La espada de Bailén
.
.Durante su permanencia en España San Martín observó brillante y activa vida militar, participando el 19 de Julio de 1808 en la Batalla de Bailén contra el invasor napoleónico, en la que obtuvo por sus meritos medalla de oro y el grado de Teniente Coronel de Caballería. Una de sus espadas lleva el nombre de esa batalla, y se ha discutido si fue la que le sirvió en dicha acción, o por el contrario le fue obsequiada como consecuencia de su desempeño en ella por el General Pedro Caro y Sureda, Marqués de la Romana. Existen varias referencias sobre la misma, correspondiendo el mérito por el trabajo más exhaustivo al General Espíndola por su opúsculo “La Espada de San Martín en Bailén”, 10) quién como el nombre de la obra lo indica, sostiene el primero de los puntos de vista citados. También Grenón (OC), se ocupó de ella señalando que “el puño es de plata trenzada”.

En 1844 San Martín la obsequió en París al General chileno José Manuel Borgoño, por quién profesaba gran afecto y había sido uno de los jefes de la artillería en Maipo. Muerto Borgoño en 1848, sus hijos regalaron la espada al Presidente chileno Manuel Bulnes, de quién la heredó su hijo Gonzalo en 1866. Al ser nombrado este último Embajador de Chile en la República Argentina, obsequió a su vez la espada al General argentino José Ignacio Garmendia (1910), quién poseía colección de armas blancas. Fallecido Garmendia en 1925, fue abierta su sucesión y rematado su museo de armas en 1931. En esa oportunidad el Ingeniero Domingo S. Castellanos y su esposa Teresa Aubone y Garmendia de Castellanos, nieta del citado General, adquirieron la espada conservándola por años en su domicilio de la Ciudad de Córdoba. Hoy forma parte de la colección Porcel y pudo ser vista en varias exposiciones.

De las ilustraciones contenidas en la obra de Espíndola, así como de nuestra observación directa del arma, puede concluirse que se trata de una espada de conchas española, del tipo llamada Bilbo o Boca de Caballo con sus valvas desiguales, ubicándose la mayor en el lado externo. Presenta puño provisto de pomo y perilla, guarnición con aro guardamano y cruz de gavilanes con sus extremos vueltos en sentidos opuestos. Los brazos de la empuñadura o brazos inferiores de la guarnición, se cierran hacia la hoja formando el bigote, el que es atravesado en su interior por el recazo y al que están sujetas las valvas por medio de cuatro tornillos. La hoja es recta y de doble filo, con un vaceo central en cada mesa, en los que puede leerse desde la empuñadura hacia la punta: en el izquierdo el nombre y en el derecho el apellido de su hacedor, el afamado espadero español Sebastián Hernández. Conforme a Espíndola la espada carece actualmente de vaina y su peso es de 900 gramos. Sus principales dimensiones son: largo total 112,07 cm., largo de la hoja 101 cm., largo de los filos 94 cm., largo de los vaceos centrales 20 cm. y largo de los canales laterales que presenta el recazo 7cm. Señala asimismo que la punta esta redondeada.

Cabe por último señalar que existen referencias acerca de otras dos espadas que pertenecieron a San Martín, en las obras de Grenón y Ramallo arriba citadas. Dice el primero que una espada “con puño y vaina guarnecida en plata” fue obsequiada por el Libertador al Gobernador de Mendoza General Toribio de Luzuriaga. Este la habría donado posteriormente al Presidente Manuel Quintana, 11) quién la obsequió a su vez al General José Ignacio Garmendia. En 1931 habría sido adquirida por el Sr. Carlos Aubone Garmendia.

Al renunciar San Martín por razones de salud al mando del Ejército del Norte, obsequió a su edecán La Madrid “una hermosa espada de su uso con guarnición y vaina de acero.” Este la perdería en 1817, durante el encuentro nocturno de Cuesta de las Carretas, cerca de Yamparáez; cayendo mas tarde en poder de un jefe colombiano. José Gabriel 12) alude a esta circunstancia, al señalar que el guerrero “siguió su pista largo tiempo. Cuando la tuvo cerca, el oficial de Sucre a cuyas manos fue a dar finalmente, no quiso proporcionarle la satisfacción de recuperarla.” Conforme a Ramallo (OC) existen dos referencias bibliográficas sobre esta espada, debidas a la pluma de un mismo autor y donatario del arma. En sus Observaciones sobre las Memorias Póstumas del Brigadier General José María Paz (1855), el General Gregorio Araoz de La Madrid sostiene que San Martín le obsequió la espada diciéndole que era la que le sirvió en el Combate de San Lorenzo. En sus propias memorias en cambio, introduce la descripción del arma arriba citada, pero omitiendo todo comentario acerca de que fuera la que el Libertador blandió en aquella gloriosa acción. Creemos en justicia con Ramallo, que debemos dar fe a lo expuesto por La Madrid en sus propias memorias (1841/1850), cronológicamente más próximas al episodio en cuestión.


Notas y Referencias:


1) San Martín llega al puerto francés de El Havre el 23 de Abril de 1824, siendo rechazada su permanencia por las autoridades de inmigración francesa, al juzgar los libros que se encontraban entre su equipaje de un “republicanismo exaltado”. Recuérdese al respecto, que eran tiempos de la Restauración en Francia, iniciada en 1814 como consecuencia de la caída de Napoleón. Parte entonces con rumbo al puerto inglés de Southampton, viajando mas tarde a Londres y por el interior de Inglaterra y Escocia. Finalmente se instala con su hermano Justo Rufino en Bruselas (1824 – 1830), para radicarse finalmente en Francia, donde se instalará en Grand Bourg y París con la ayuda de su amigo, el acaudalado banquero y financista Alejandro Aguado y Ramírez, Marqués de las Marismas del Guadalquivir, del que llegaría a ser su albacea. La Revolución de 1848 que comenzó con el levantamiento de la barriada de Saint - Antoine y la consiguiente caída de la monarquía que dio por tierra con Luis Felipe, lo obligarán en su vejez a buscar refugio en Boulogne - sur – Mer (Boloña del Mar), frente al canal.

2) El corvo permanecía en Mendoza, junto al resto de su equipaje y papeles, al cuidado de Doña Josefa Ruiz Huidobro. En carta de 1835 a su hija e hijo político quienes se encontraban en Buenos Aires, adjunta un “Inventario del cajón de armas de Mendoza” mencionando al corvo como “sable árabe dorado.” ¿Puede presumirse que todo ese cajón viajó a Francia junto con el sable? Pedro Luis Barcia al referirse a algunas de las tareas cotidianas de San Martín en el exilio, hace referencia al “trapicheo”, “como llamaba a la tarea de limpiar y lustrar su colección de armas” (Vid Pedro Luis Barcia. Grand Bourg: Un acto sacramental de la historia. En José de San Martín Libertador de América. Instituto Nacional Sanmartiniano. Manrique Zago Ediciones SRL. Buenos Aires, 1993)

3) Testamentos de San Martín y Rosas. Editorial Theoría. Buenos Aires, 1954

4) Pbro. Nicolás Grenón SJ. Sables Históricos. Edición oficial de 300 ejemplares sin numerar. Talleres Gráficos de la Penitenciaría. Córdoba, 1933

5) Testamentos de San Martín y Rosas. Editorial Theoría. Buenos Aires, 1954. Conforme al Art. 18ª de su Testamento, Rosas lega el sable a “mi primer amigo el Señor Dn. Juan Nepomuceno Terrero.” En caso de muerte de éste “pasará a su esposa la Señora Da. Juanita Rábago de Terrero y por su muerte a cada uno de sus hijos, e hija, por escala de mayor edad.” Al momento de la muerte de Rosas, Máximo Terrero encabezaba la lista de posibles legatarios. Rosas en vida, atesoró el sable en Rockstone House, su residencia en la ciudad y a partir de 1864 en su chacra de Burgess Farm, en las afueras de Southampton
Nunca tuvo Rosas la intención de legar el sable de San Martín, a Solano López. Conforme a Juan Pablo Oliver, la maliciosa especie provendría de Jorge M. Mayer (Alberdi y su Tiempo. Eudeba. Buenos Aires, 1963), quien así lo afirmó en la página 754 de su obra sin fundamento alguno. (Vid J. P. Oliver. Fin de una polémica. Rosismo, comunismo y lopizmo. Boletín del I.J.M.R.I.H., Año II, 2da, época, Nro. 6. Septiembre de 1969). Sí es cierto que Rosas en un arrebato epistolar, a vuela pluma y en correspondencia cambiada con su ex ministro de Hacienda Roxas y Patrón, de fecha 17 de febrero de 1869, le manifestó su intención de legar a Solano López su espada diplomática y militar, por haber mantenido el equilibrio entre las repúblicas del Plata, Brasil y Paraguay. Jamás documentó sin embargo tal intención, circunstancia indicativa de que aquella expresión no había pasado de un momento de enojo o exasperación. Pudo también Rosas en su cogitación, argüir afirmativamente por la aplicación del principio anglo sajón: "Right or not right it is my country", o anticiparse en décadas a la conclusión del erudito historiador mexicano Carlos Pereyra, quien sostuvo que al invadir territorio argentino "subió López al pináculo de la insensatez política". Lo cierto es que en la cláusula 16° de su testamento y antes de la muerte de Solano López, legó a su ex ministro, benefactor  y corresponsal en la soledad del exilio, sus papeles, manuscritos, libros, pabellón que tremoló en la Campaña al Colorado y su espada con puño de oro y hoja grabados, que le obsequiara la Legislatura por su Campaña al Desierto de 1833/34. El legatario, sin perjuicio de manifestar su gratitud por el alto honor de la distinción, señala que a su juicio, los bienes que conformaban el legado, debían ser depositados por Rosas en un establecimiento público del Estado de Inglaterra, a nombre de sus nietos, a fin de que sirvan en el futuro como pieza de justificación histórica de su gobierno, en un archivo o repositorio de Buenos Aires.
      Rosas le contesta el 2 de mayo de 1869, manifestando que ha decidido mantener el legado tal como había sido redactado, pero agregando que los legatarios: J. M. Roxas y Patrón y su esposa Manuelita Vivar, podrán disponer de esos bienes como juzguen conveniente, antes o después de su muerte. La espada en cuestión, cuya vaina de oro había vendido Rosas para atender urgentes necesidades económicas, se encuentra hoy depositada en el Museo Histórico Nacional.

6) El repositorio fue fundado el 24/5/1889 por el Intendente Municipal Francisco Seeber e inaugurado el 30/8/1890, como Museo Histórico de la Capital. El 26/9/1891 fue finalmente nacionalizado por un decreto del PEN. Un grave diferendo se produjo entre Juan Manuel Ortiz de Rozas, quien como su abuelo llegaría a Gobernador de la Pcía. de Buenos Aires y el Dr. Adolfo P. Carranza, a consecuencia de la designación del primero por parte de la familia Rosas – Terrero, como legítimo representante de la misma, encargado de entregar el sable al Presidente José Evaristo Uriburu. De todo ello da buena cuenta Nicolás Ortiz de Rozas en su documentado: El Sable de San Martín. Cuándo y cómo retornó al país. Referencias y Datos para la Historia. La Plata, 1950. Previo paso por la Legación Argentina en Londres donde la encomienda que lo contenía fue debidamente sellada y emitida una certificación, el sable fue despachado en el paquebote Danube de la Cía. Mala Real (Royal Mail Company), hasta el puerto de La Plata. Arribó allí con fecha 28 de Febrero de 1897, siendo transportado a la corbeta La Argentina de la Armada que lo conduciría finalmente a Buenos Aires. El 4 de Marzo luego de la ceremonia de entrega en la Casa de Gobierno, fue depositado en el M.H.N., por la comitiva militar creada al efecto y presidida por el General Donato Alvárez. Junto con el sable, Manuelita envió en forma directa a Carranza otros dos donativos para el museo. Estos eran: la Bandera Argentina portada durante la Expedición al Desierto realizada por D. Juan Manuel de Rosas, entre los años 1833 – 1834 y un trofeo de guerra del General Juan Antonio Álvarez de Arenales tomado a los realistas durante la Campaña de la Sierra y en ocasión de la Batalla de Pasco ocurrida el 6 de Diciembre de 1820. Dicho trofeo consistía en una bandera española obsequiada a Rosas, por el Coronel José Arenales, hijo del citado general.

7) Jorge María Ramallo. Historia del sable de San Martín. Editorial Theoría. Buenos Aires, 1963

8) Regimiento de Granaderos a Caballo Gral. San Martín. El sable corvo del Libertador de América. Buenos Aires, 1969

9) Testimonios de soldados franceses en la Campaña de Egipto (1798 – 1801), describen las terribles heridas y desmembramientos que producían estas cimitarras, cuyos tiros de esgrima consistían en una rara combinación de “scie” y “marteau”. El alto contenido de carbono de sus hojas las hacían extremadamente filosas, pero al parecer más frágiles. Por esta razón los mamelucos, evitaban parar con ellas los golpes del adversario, optando por eludir el choque de los aceros imprimiendo diestros movimientos elusivos a sus cabalgaduras. Vid. Jacob, Alain. Les Armes Blanches du Monde Islamique. Jacques Grancher Editeur. Paris, 1985. Habrían sido los cruzados (1095 – 1291), los primeros en enfrentarse a las armas curvas de los infieles; y se ha dicho, que no fueron impresionados positivamente por ellas, ya que vieron en lo torcido de las hojas un reflejo de sus desvíos en materia religiosa.

10) General de Brigada (R) Adolfo Salvador Espíndola. La Espada de San Martín en Bailén. Comisión Ejecutiva del 150ª Aniversario de la Revolución de Mayo. Buenos Aires, 1961 Conforme al autor, la descripción, fotos y dibujos de la espada y el cofre que la contenía, fueron realizados el 10 de Mayo de 1948, por el entonces Mayor David Jorge García Santillán en el domicilio del Ingeniero Castellanos. Grenón (OC), señala que también este último poseía colección de armas blancas, cuyo inventario reproduce parcialmente junto a ilustraciones de algunas de ellas, incluida la espada de Bailén. (Vid lámina de la pág. 99, nro. 10)

11) No parece posible la aseveración de Grenón a este respecto, salvo que Luzuriaga, nacido en 1782 y muerto en 1842, haya obsequiado la espada al niño y no al Presidente Manuel Quintana nacido en 1835 y fallecido en 1906. Después de mencionarla genéricamente como espada, Grenón señala que se trata de un corvo parecido al shamshir del Libertador.

12) Gabriel, José. La Madrid. El valor legendario. Emece. Colección Buen Aire. Buenos Aires, 1944



Glosario:

Acero de Damasco: Recibe su nombre de la ciudad de Damasco donde fue hallado por primera vez por los occidentales. El mineral de hierro circulaba desde la costa oriental de África hasta la India, donde se lo convertía en tortas o lingotes de acero con alto contenido de carbono. Este producto llamado Wootz era a su vez introducido en el mundo árabe, donde se lo utilizaba en la producción de espadas altamente estimadas por la calidad y belleza de sus hojas. Es frecuente confundir Acero de Damasco y Damasquinado. Este último consiste en la ataujía de metales finos como el oro y la plata, sobre el hierro y el acero.

Badelaire: Término aplicado a varios sables pequeños, de hoja curva e inspiración oriental, utilizados en Europa durante los siglos XIV, XV y XVI. (Vid Cimitarra)

Balcarce, Mariano: Albacea e hijo político del Libertador e hijo del General Antonio González Balcarce.

Bigote: Ensanchamiento formado en los brazos inferiores de la empuñadura en las espadas antiguas, atravesado en su interior por el recazo.

Bilbo: Por la Ciudad de Bilbao en España. Espadas de conchas fabricadas en serie para la caballería en los tallares vizcaínos. Se conocen también ejemplares con hojas firmadas por grandes espaderos españoles. (Vid José Miguel Echeverría. Coleccionismo de Armas Antiguas. Ediciones Everest. León, 1978)

Blanco, Omar Augusto: Autor del artículo arriba citado. El trabajo abunda por primera vez en material fotográfico y radiográfico, golpes y deterioros sufridos por el sable, así como pesos y medidas del arma y su vaina;  a cuya hoja asigna una curvatura estimada en 20°.  Lamentablemente, nada aporta en cuanto a la tipología y origen del arma con excepción del lugar y año de compra. Señala que San Martín habría utilizado otros sables en Arjonilla y Albuera  pero sin identificarlos, con excepción de la espada de Bailen labrada por Sebastián Hernández, respecto de la cual dice, fue la que blandió en esa batalla. En cuanto a la naturaleza de los metales que integran el corvo, y sin perjuicio de adelantar algunas conclusiones a las que asigna  carácter  provisorio, su estudio remite en definitiva al futuro dictamen de Cyrill Stanley Smith, autor de A History of Metallography. Ignoramos si dicho dictamen se emitió y si fue publicado alguna vez.  

Canal o Gotera: Hendidura estrecha y profunda que puede surcar las mesas, el lomo o el recazo de una hoja.

Carranza, Adolfo P.: (1857 – 1914) Abogado, Doctor en Jurisprudencia y Publicista. Fundó la Revista Nacional cuyo métier era la Historia Americana, Literatura y Jurisprudencia. A sus instancias y afanes se atribuye la fundación del Museo Histórico de la Capital en 1889 (luego Museo Histórico Nacional), del que fue director desde su fundación hasta su muerte acaecida en 1914.

Cimitarra: Nombre genérico acuñado en Europa aplicable a ciertas armas blancas de pueblos orientales. Ellas son: el shamshir (persas o iraníes), el quilij y la pala (turcos y mongoles) y el talwar (afganos e indios). El vocablo  también aplica a una suerte de “badelaire”, consistente  en un sable corto de hoja curva e inspiración oriental, con una medialuna o contrafilo incurvado en la punta, utilizado en la Europa del siglo XV. Vid Jacob, Alain (OC).

Corvo: Vocablo con el que generalmente se menciona al sable del Libertador. El término procede del latín “curvus” y significa: curvo, arqueado o combado. En razón de lo expuesto, “corvo” y “curvo” operan como sinónimos y reconocen en “curvus” idéntica raíz latina. (Vid Salvat, 1978 y Sopena, 1949). En veterinaria se llama “corvo” al caballo con sus remos delanteros arqueados. La segunda de las enciclopedias arriba citadas, registra otra acepción de “corvo” consignando que en Chile y Perú, el término también aplica a “cierto puñal, de forma más o menos arqueada y de dos filos.” (El corvo chileno). 

Crosse de Pistolet: Empuñadura de sable a la usanza turca en forma de culata de pistola. Las cachas de la misma podían ser de marfil, ébano o cuerno.

Flecha: Es la máxima profundidad registrada entre una línea idealmente tendida entre el hombro y la punta de la hoja y el lomo de la misma.

Gavilanes: (s. gavilán, gavión) Extremo de los hierros de la cruz que se forman a uno y otro lado de la misma. Pueden ser rectos o vueltos en sentidos opuestos. En el último caso el gavilán de guardia o externo asciende hacia el pomo y el de parada o interno baja hacia la hoja, alejándose ambos en sentido opuesto al eje del arma. Conforme a Grenón (OC), la palabra procede del árabe “colibán” que hace referencia al garfio o uña del gavilán.

Hernández, Sebastián: Conforme a la “Nómina de los últimos y más famosos armeros de Toledo, que labraron espadas hasta la entrada del presente Siglo XVIII, en que acabó la fábrica", existieron dos famosos espaderos con este nombre: el viejo (Vivo en 1637) y el mozo quién también labró en Sevilla. Figuran en dicha nómina bajo los números 89 y 90 respectivamente y sus cuños son muy parecidos, conteniendo ambos una corona con una cruz sobre un número 3 (Vid Ocete Rubio, Rafael. Armas Blancas en España. Grupo Editorial Tucán S.A. (s/l), 1988. Casariego, J. E.. Tratado Histórico de las Armas. Editorial Labor. Barcelona, 1988)

Molette: Lámina metálica envolvente que opera como solución de continuidad, entre los bordes internos de las cachas.

Oreillons (Orejones): También llamados escudetes, langets o double langets. Evitan las vibraciones de la hoja dentro de la vaina. Contribuyen a evitar la entrada de agua o humedad cuando la cruz es “simple” o la guarnición “de estribo”. Cuando mantienen firmemente envainada el arma, se los denomina “escudetes con guía para fijación en el brocal de la vaina.” En combate permiten atrapar y trabar la espada del adversario. El término aplica adicionalmente a las tiras de metal que presentan las moharras de lanzas y partesanas, a fin de proteger el asta y reforzar la sujeción a la misma. En este caso se las conoce también como barretas o aletas y pueden ser en cuanto a su longitud, iguales o desiguales. (Vid Bernardo Barceló Rubí. Armamento Portátil Español (1764 – 1939). Editorial San Martín. Madrid, 1976)

Nomenclatura: A - Empuñadura con forma de "Culata de pistola",
B - Oreillons o "Double Langets", C - Gavilanes, D - Hoja
.
Ortiz de Rozas, Juan Manuel: Nieto del Restaurador, hijo de Juan Bautista y Mercedes Fuentes y prolífico padre de diez hijos. En Febrero de 1852 siendo un niño, marchó al exilio junto a su familia. Fue Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Senador Nacional, Miembro del Consejo Nacional de Educación, Convencional Constituyente, Director General de Escuelas, dos veces Ministro de Hacienda de la Provincia de Buenos Aires, dos veces Presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires, Presidente del Banco Hipotecario, Soldado en la Guerra del Paraguay herido dos veces en combate y Ayudante del General Conesa. Por fin Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, fallecido en ejercicio de su mandato en 1914.

Pala: Como se señaló en el texto, el término significa cimitarra en turco. En castellano y dentro de la nomenclatura aplicable a las armas blancas, “pala” es la porción plana de la hoja próxima a la punta, sin canales o vaceos.

Reyes, Antonino (1813 – 1897): Edecán de Rosas y Jefe de la Secretaría en el Cuartel General de Santos Lugares, entre los años 1843 y 1852. Sus memorias fueron arregladas, redactadas y publicadas por Manuel Bilbao bajo el titulo Vindicación y Memorias de Don Antonino Reyes. Tomo I (Único publicado). 7986 – Imprenta del Porvenir – Defensa 139. Buenos Aires, 1883

Shamshir (Chamchir): Cola de León en iraní. Cimitarra o sable corvo de origen persa. Se lo conoce también como sable de mameluco. Una versión reducida y estilizada del Shamshir del Libertador, fue adoptada en 1947 como parte integrante del uniforme de los generales combatientes. A partir de 1950 y conforme al decreto del PEN Nro. 12581, del 22 de junio de ese año, su uso se extendió a todo el generalato. Dicha versión es conocida como modelo 1945 y su hoja posee curvatura regular. También existe un facsímil del corvo con curvatura irregular destinado a regalos gubernamentales. (Vid Fargosi, Alejandro E., Sables del Ejército Argentino desde 1870. Ayer y Hoy Ediciones. Buenos Aires, 1999)

Tercio: Una de las tres partes en que se divide idealmente una hoja. Primero o fuerte, segundo o medio y tercero y último, llamado también flaco, fino o débil de la misma.

Vaceo: Canal longitudinal que surca las mesas de una hoja, menos profundo pero más ancho que el conocido como canal o gotera. Reduce el peso de la hoja sin alterar y aún incrementando su resistencia.


Nota: Fue publicada la primera versión de este artículo en la Revista Magnum, Nro. 32, Año 3, correspondiente a Mayo de 1992 y en el Nro. 34 de la Revista del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, correspondiente a Enero/Marzo de 1994


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sábado, 25 de agosto de 2012

El "Bowie Knife" de don Juan Manuel


 Brigadier General don Juan Manuel de Rosas
Por José Luis Mignelli


“Va el cuchillo de Rosas.” Victoria Aguirre, 1914
 

Con posterioridad a la repatriación de Rosas (1793-1877), concretada el 30 de Septiembre de 1989, fueron dados a la estampa dos libros en los que se relata la organización y culminación del traslado de los restos mortales de quien fuera por un dilatado periodo Gobernador de la Provincia de Buenos Aires y Encargado de las Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina. En uno de ellos, el último por orden cronológico de aparición titulado ¡Perdón Juan Manuel! de Eugenio Rom, se reproduce una fotografía en la que aparecen una guitarra y un cuchillo de neto cuño inglés con la leyenda “Guitarra y facón de Rosas en Los Cerrillos”. La imagen no nos conmovió, pues inmediatamente recordamos haber visto años atrás ese cuchillo en el Museo Histórico Nacional (MHN) sito en Parque Lezama y en la sala dedicada a la Confederación Argentina y a su jefe. Sí nos sorprendió en aquella primera oportunidad, que no consistiese en un cuchillo criollo derivado de la Daga Mediterránea, (1) sino por el contrario de un arma instrumento típicamente estadounidense en su diseño o concepción, aunque de fina factura inglesa, que sin mayor preámbulo intentaremos describir. El cuchillo presenta hoja y empuñadura provista de guarnición y pomo. Estos últimos en metal labrado y en forma de shell,*) consisten en piezas similares ubicadas en forma opuesta, separadas entre si por el cabo y atravesadas en su interior por la espiga, la que remata en una voluminosa perilla en la parte superior del pomo. La empuñadura en madera negra es de forma oval, aunque presenta el aspecto de un grueso cabo en torsión helicoidal ascendente. La hoja biselada y vaciada a una mesa, corresponde al tipo Bowie-Bowie o Classic, presentando lomo cuadrado, prolongado contrafilo que remata en punta clip, filo, choil y recazo con la inscripción de la marca y localización geográfica de su fabricante: Moss & Gambles, Sheffield. (2)

  "Bowie Knife" de don Juan Manuel de Rosas

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Cabe preguntarse en qué período de su vida pudo haber adquirido Rosas por cualquier título (compra o donación) este cuchillo, el que por su aspecto corresponde a lo que se ha llamado época de oro del cuchillo Bowie: 1830-1870, y que obligaría a presumir que ello no pudo haber ocurrido durante su juventud en Los Cerrillos sino más tarde, posiblemente a partir de 1840 o durante sus años en Inglaterra.

Es importante señalar que la cuchillería inglesa fue masivamente exportada a Estados Unidos desde el centro cuchillero de Sheffield, cubriendo la demanda existente en ese país a partir de 1830. Al cabo de un tiempo, los productos ingleses habrían adquirido el diseño de hoja presuntamente atribuido al blacksmith James Black (1800-1872), (3) lo que habría sucedido como consecuencia del contacto entre las firmas comerciales inglesas, con los productos de artesanos y herreros americanos. (4)

La documentación existente en el Museo es escueta respecto a esta pieza y consiste en una carta de la donante que dice así: “Va el cuchillo de Rosas. Mil disculpas por la tardanza y si no sirve lo devuelve.” Victoria Aguirre. Arenales 883.

La donación fue efectuada el día 5 de Diciembre de 1914, año de cambio en la dirección del Museo, la que transitaba del fallecido Adolfo P. Carranza al notable Juan A. Pradère. Este último era experto en la figura de Rosas y había publicado ese mismo año la iconografía del dictador porteño, (5) por lo que la procedencia y legitimidad de la pieza no ofrecerían dudas. Como curiosidad señalaremos que el arma no figura en los Tomos II y III, continuación de la citada iconografía, publicada en 1970 y 1972 respectivamente y debidos a la valiosa pluma de Fermín Chávez. En su lugar, una pequeña daga con hoja de sección elíptica, rematada en una spear point romboidal y cabo de marfil, es reproducida dos veces en el Tomo III. Primero en color, atribuyéndola erróneamente a Rosas y luego en blanco y negro, adjudicándole esta vez sí correctamente su propiedad al Coronel Ciriaco Cuitiño. La no inclusión del Bowie, habría obedecido en consecuencia a un error por omisión o confusión, en el inventario a reproducir.

Existe sin embargo un dato orientador y certero que puede guiarnos en la pesquisa. Por encima del nombre del fabricante grabado en el recazo, se encuentran las marcas reales inglesas consistentes en las letras V y R (abreviatura de Victoria Regina) separadas por una pequeña corona. Esto significa que el cuchillo en cuestión fue fabricado durante el reinado de Victoria, es decir entre los años 1837 y 1901. Por su parte la palabra Sheffield, no acompañada de England, obliga a datar el producto antes de 1891, por lo que su fabricación quedaría comprendida en el período 1837-1890.

El "Bowie Knife" de don Juan Manuel de Rosas. Nomenclatura.

Esto permitiría concluir que el cuchillo pudo haber sido adquirido por Rosas durante sus años en la Residencia Palermo de San Benito, a la que se habría mudado después de los carnavales de 1839, (6) o durante su exilio en Southampton. La última posibilidad parece objetable ya que el cuchillo no figura en su último y minucioso testamento, aunque cabe considerar la posibilidad de que habiéndolo adquirido en Inglaterra, lo hubiese obsequiado en vida. En aquél exhaustivo y pormenorizado testamento, no faltaban armas. Una lectura a través de sus treinta páginas originales, permitirá encontrar a la espada con puño de oro, con que lo distinguió la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires, por su Campaña al Desierto de 1833-1834; el corvo que le legara el Libertador de América; una escopeta que debía retornar en principio a su antiguo dueño (Mr. David Robinson); y dos pistolas “fierro del Tucumán” como él las llamara, y que legó (estas últimas), a su hijo político Máximo Terrero. (7)
 

Referencias:
 

(1)            Ver al respecto: Abel A. Domenech. Del Facón al Bowie. Buenos Aires, 1988. Nuestro cuchillo criollo y el bowie reconocerían una paternidad común en la daga mediterránea.

(2)            El señor Abel A. Domenech me ha facilitado de su archivo los siguientes datos del fabricante: Moss & Gambles. Franklin Works. Russell Street, Sheffield. (c. 1876). También pueden encontrarse en: Bowie Knives of the Ben Palmer Collection. By Ben Palmer, W. F. Moran & Jim Phillips. Página 123. Phillips Publications, Williamstown. N.J., 1992. “Moss & Gambles Brothers; Franklin Works, Russell St., Sheffield (circa 1876)”.

(3)            James Black había nacido el 1 de Mayo de 1800 en New Jersey. A la edad de 8 escapó a Filadelfia, Pennsylvania, pero a poco fue detenido y confiada su guarda a un platero de apellido Henderson, quién lo inició en su oficio. Siendo muy joven viajó a Nueva Orleáns y al Oeste Americano. En 1824 se estableció en la ciudad de Washington, Hempstead County, Arkansas, como ayudante del herrero William Shaw, con cuya hija (Anne) se casó en 1828. A partir de ese momento se estableció en forma independiente, en franca competencia con su suegro. Se dice que había descubierto un método para el templado del acero, que confería a sus hojas gran dureza, sometiéndolas a prueba contra un bloque de nogal (Hickory Test). En 1831 habría sido visitado por el Coronel James Bowie (1795-1836), quién le encargó un cuchillo bajo precisas especificaciones, acompañadas de una plantilla de madera. En ocasión de la entrega, Black le habría ofrecido a Bowie un modelo alternativo, diseñado conforme a su propio criterio y por el cual éste habría finalmente optado. En 1835 su esposa muere y en 1839 Black pierde la vista, debido a un golpe que su suegro le propina con un bastón, como remate de una disensión familiar. Poco mas tarde será desahuciado por los médicos, en cuanto a la posibilidad de recuperar la visión. Black cae entonces en un profundo abatimiento, viéndose imposibilitado de trabajar y perdiendo la guarda de sus cinco hijos. En vista de su situación desesperada, es recibido caritativamente en calidad de huésped, en la plantación de los hermanos Jacob y John Buzzard en Red River y mas tarde por su médico el Dr. Isaac N. Jones, su esposa e hijo, hasta la muerte de Black acaecida el 22 de Junio de 1872. En las memorias del ex gobernador de Arkansas, Daniel Webster Jones (hijo de su médico y benefactor), publicadas en 1903, Black es mencionado como el primer hacedor de un cuchillo Bowie. El Blacksmith Shop de Black fue reconstruido en 1960 y es un lugar histórico de visita.

(4)            Laercio Gazinhato. A Faca Bowie. Número especial de la revista Magnum de Brasil. Diciembre 1990 – Enero 1991, página 33.

(5)            Juan A. Pradère. Juan Manuel de Rosas. Su Iconografía. Casa Editora J. Mendesky e Hijo. Buenos Aires, 1914 y Fermín Chávez. Iconografía de Rosas y de la Federación. Tomos II y III. Buenos Aires. Editorial Oriente, 1970 y 1972 respectivamente.

(6)            María Sáenz Quesada. Mujeres de Rosas. Segunda edición. Página 122. Buenos Aires. Planeta, 1991 (conforme a un relato del Gral. Gregorio Aráoz de Lamadrid).

(7)            Testamento del Brigadier Gral. Juan Manuel de Rosas. Firmado en Southampton, el 28 de Agosto de 1862, y ante los testigos que indica la ley, en Burgess Farm, el 22 de Abril de 1876. Máximo Terrero conforme al Art. 18 del testamento, también resultará a la postre, legítimo legatario del sable del Libertador. Testamentos de San Martín y Rosas. Ediciones Theoría. Buenos Aires, 1954.


*) Nota: Con el fin de ilustrar y facilitar la asociación de ideas, los autores anglosajones establecen semejanzas entre partes de las armas blancas con objetos, productos o frutos de la realidad cotidiana. Así, a los pomos de ciertas espadas medievales, se los llama por su forma "Brazil nut" y a los cabos de las primitivas bayonetas de taco del siglo XVII, "onion shape grip". Por nuestra parte creemos que las piezas en cuestión (pomo y guarnición), también se visualizan con facilidad como conchas marinas. Véase al respecto, el emblema de una conocida petrolera internacional acreditada en plaza. Apelando una vez mas a la similitud, también se denomina a este tipo de terminación “fishtail”, que significa “coladura” o “cola de pescado” (Vid al respecto: B. Adams, J. B. Voyles  y T. Moss. The Antique Bowie Knife Book. Ejemplar Nro. 206 de una tirada limitada de 1.100 ejemplares. Edición auspiciada por The Antique Bowie Knife Association y publicada por Museum Publishing  Co.  Inc.. Conyers. Georgia, 1990. Págs. 284/285)

Agradecimiento: A las autoridades del Museo Histórico Nacional por haberme facilitado el acceso a la información existente en el Museo sobre esta pieza. El cuchillo se encuentra registrado así: “Nro. 3347, Carpeta 3442. (Registro antiguo: folio 207, Nro. 1625.) Medidas: cuchillo 41 cm. y vaina 28 1/2 cm. Descripción: Hoja de acero recta. Lomo cuadrado. De un sólo filo hasta su mitad inferior. La hoja afinando hacia su extremo. Empuñadura de madera negra torneada con guarnición de plata labrada. Vaina de cuero marrón con boquilla y contera de plata. En uno de los lados un pasador del mismo cuero.”
 

Publicado en la Revista Magnum de Buenos Aires en su número 34, Año 3, correspondiente a Julio de 1992 y en la Revista del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, en su número 30, correspondiente a Enero – Marzo de 1993.


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viernes, 27 de julio de 2012

El saladero de Rosas, una reliquia provincial

" Tacuara federal"
Óleo sobre tela de José María Fojo, cm. 50,0 x 35,0 - Año 1999
Col. José Luis Mignelli - Argentina.
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por  José Luis Mignelli

“La Sociedad Rosas & Terrero, de la que participó un tiempo
                                             Luis Dorrego, fue próspera …”

Carlos Ibarguren
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En 1815, Juan Manuel de Rosas, quien por entonces  contaba  veintidós años de edad, se asoció con su primer amigo Juan Nepomuceno Terrero y con Luis Dorrego, bajo la razón social Rosas & Terrero.  Esta tuvo por objeto comercial la explotación ganadera y el acopio de frutos del país, así como también la salazón de carnes y pescados. Dice Ibarguren (1) que esta última actividad fue desarrollada en un lugar denominado Las Higueritas,  cerca de la reducción de los Quilmes.
Otros historiadores, revisionistas o no, aportan en sus escritos semejante información, coincidiendo en que el primigenio establecimiento industrial  encontrábase  ubicado en el entonces vasto partido de Quilmes. (2)
Por tradición familiar y en razón de que mi bisabuelo materno poseyó hornos de ladrillos en Monte Chingolo, siempre supe que la industria de la  familia se encontraba ubicada en las inmediaciones de lo que había sido el saladero de Rosas.

Frente original de la casa
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Pese a indicios y certezas, su ubicación no fue por todos  conocida, sino cuestión de iniciados. Así, Teófilo Hirox Funes, en su Ensayo Histórico sobre la Fundación de Lanús, alude al tema incidentalmente calificándolo como suficientemente documentado, al señalar que: “Alguien dice que don Juan Manuel de Rosas (siempre su nombre presente en esta rememoración lanusense!) fundó mucho más allá, y mucho tiempo antes, un saladero de activa vida industrial. La referencia parece cierta y documentada pero conviene situarla al margen de esta enumeración, ya que su ubicación precisa debió estar en las cercanías de Monte Chingolo…” (3)
En un trabajo publicado en 1989 por la Sociedad de Arquitectos de Lanús, puede leerse respecto a Las Higueritas que: “Junto al camino principal de acceso habían hallado restos de piletones de ladrillo vasco de 1.20 m de profundidad. En ese lugar no crecía nada debido al salitre que afloraba. Este hecho alimentó la idea de que allí había funcionado un saladero. En la década del treinta llegó una comisión buscando un sauce, un paraíso y un ombú que presumiblemente rodeaban una construcción en la que, a partir de 1815, funcionó un saladero perteneciente a la sociedad integrada por Dorrego, Rosas y Terrero…” (4).
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Faena en el saladero
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Por intermedio de mi madre, supe que una de las socias del Círculo de Docentes Jubilados de Lanús que ella preside, es la actual  propietaria de la casa del saladero, habitando en parte de la misma. Sus padres habían comprado la propiedad en 1922, ocupándola previamente en calidad de puesteros.
Debo a la gentileza de esta señora la oportunidad de visitarla, en vísperas de cumplirse  el 25 de Noviembre de 1991, el  176º Aniversario de la fundación de aquella industria. La casa habría sido construida en 1778 por el padre del General Wenceslao Paunero y consta de tres cuerpos contiguos de distintas alturas. Las paredes están asentadas en barro y conchilla. La fachada principal orientada hacia el Río de la Plata (SE) se encuentra hoy encerrada en el interior de la manzana y es pared de 0.90 m de espesor, asegurada con zunchos de hierro forjado consistentes en dobles eses (S), unidas por pernos que traban el conjunto.
Techos
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Razones de habitación y cambio en la explotación económica, hicieron que el edificio sufriera con el tiempo numerosas modificaciones en parte de su exterior e interior, conservándose la estructura general felizmente intacta. En el amplio salón donde presumiblemente funcionó la industria, todavía puede verse el techo de ladrillos con tirantería y alfarjías de madera (artesonado), vestigio de cegadas arquerías y ventanas coloniales con rejas de hierro forjado. Las azoteas, embaldosadas en rojo, ostentan la marca Pierre Sacomann *) de Marsella. La construcción necesariamente evocada en  frecuentes  páginas de historia, se yergue aún allí, en el número 940 de la calle Magdalena de Lanús Este, a una cuadra de la transitada Centenario Uruguayo y a 100 m. de las inactivadas vías del ex Ferrocarril Provincial.
En su actual frente, placas oscurecidas por el tiempo recuerdan la importancia de aquel asentamiento industrial. Las más antiguas datan de 1938 y 1940 y dicen así:
 “Homenaje al primer establecimiento industrial argentino de carnes, creado en el país por el Brigadier General Juan Manuel de Rosas. 25 noviembre 1815 – El Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas – 25 noviembre 1938”.
 “Al primer establecimiento industrial argentino de carnes creado en el país en 125º aniversario de su fundación. El Centro Comercial de Lanús. 1815 – 25 de noviembre – 1940”.

Placas conmemorativas en el frente actual
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Si consideramos la escasa atención que se ha dispensado en el pasado a la conservación de zonas y lugares históricos de nuestro país, puede concluirse que constituye un privilegio y motivo de  legítimo  orgullo para los bonaerenses de Lanús,  la permanencia de este edificio, con seguridad el más antiguo del partido. Cabe preguntarse al respecto si el Estado permanecerá  impasible,  o si por el contrario, dispondrá medidas tendientes a su restauración y conservación, apoyando económicamente en esta tarea a su propietaria (5), quien lo habita orgullosamente.
La casa del saladero merece y acredita razones valederas para ser preservada, por estar vinculada a la historia económica de la Provincia de Buenos Aires. Así lo exigen el respeto por la memoria de los que en el trabajo nos precedieron con visión, emprendimiento y esfuerzo, y el reclamo todavía inaudible de las generaciones que nos sucedan.
                                                                                                 Lanús, Noviembre de 1991
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*) Nota: Baldosas de esta marca “con sus características anclas en los extremos”, fueron también halladas en las excavaciones del Caserón de Rosas en Palermo, así como otras de reemplazo de la marca Dubosc de la ciudad francesa de Le Havre. (Ver Daniel Schávelzon y Jorge Ramos. Excavación Arqueológica en el Caserón de Rosas en Palermo. Informe de la segunda temporada de excavación (1988). Revista del instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, Nro.26  correspondiente  a  Octubre  -  Diciembre de 1991).
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Referencias:
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1)      Carlos Ibarguren. "Juan Manuel de Rosas. Su vida, su drama su tiempo". Página 43 Editorial Theoría. Buenos Aires, 1972.
2)      Ernesto H. Celesia. "Rosas. Aportes para su historia". Páginas 37/38. Ediciones Peuser. Buenos Aires, 1954 y Juan A. Pradère. "Juan Manuel de Rosas. Su Iconografía". Tomo 1, Página 21.  Editorial Oriente. Buenos Aires, 1970.
3)      Teófilo Hirox Funes. "Ensayo Histórico sobre la Fundación de Lanús". Página 6. Lanús, 1963.
4)      Diana Borejko, Gloria Espinosa y C. Leonor Yañez.  "Lanús: De Rural a Urbano". Página 11. SAL. Sociedad de Arquitectos de Lanús. Sub-comisión de Preservación. Patrimonio Rural. Buenos Aires, 1989 (del testimonio de Doña Cleofé Oliva Faustina Rossetti de Roagna).
5)      Doña Leticia Roagna de Cristiano.

Publicado en La Nueva Provincia de Bahía Blanca, con fecha 21/Enero/1992 y en la Revista del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, en su Nro. 31º correspondiente a Abril  - Junio de 1993.
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