Manuel Belgrano
Óleo de P. C. Ducros Hicken
Museo Histórico Nacional
Por José Luis Mignelli
“Tengo el honor de dirigirme a
Ud. a efectos de comunicarle los datos que he podido obtener sobre el origen del
sable del General Miguel de Güemes.”
Tcnl. Bernard Belondrade. Agregado de la Gendarmería Nacional de Francia. (7/VI/1994)
El 1º de Octubre de 1819 José
María de Nadal en representación de su primo, el comerciante porteño Miguel
Riglos, ofreció en Salta al Gral. Martín Miguel Juan de la Mata Güemes (1785 –
1821), un fino sable de parada. Éste acusó recibo el 19, sin que la donación se
hubiese perfeccionado con la entrega del arma. Ésta se encontraba en tránsito y
en manos de su portador, un paisano de apellido Zuviría. A la muerte del prócer,
ocurrida el 17 de Junio de 1821, como consecuencia de las heridas sufridas en
una escaramuza con tropas realistas, el sable acompañó su féretro, quedando
posteriormente en poder de su primogénito Luis Güemes Puch. Éste lo obsequiará
más tarde a su amigo, el gobernador de Salta y guerrero de la Independencia
Rudecindo Alvarado (1792 – 1872).
General Güemes
por Eduardo Schiaffino
En 1881 Antonina Alvarado viuda
de Moyano e hija del General Alvarado, donó el sable al Congreso de la Nación.
Una década después, la Cámara de Diputados mediante nota cursada por su
prosecretario A. M. Tallaferro, de fecha 10 de Septiembre de 1890, cedía el
sable en calidad de depósito al Museo Histórico de la Capital. La entrega se
realizaba con cargo de devolución, para el supuesto de que el repositorio de
reciente creación fuese clausurado. Su impulsor y primer director Adolfo P.
Carranza, demostraba por entonces una febril actividad, recolectando objetos y
documentos históricos para el mismo. El museo funcionaba por entonces, en el
edificio todavía existente, en el Parque Botánico de la Ciudad de Buenos Aires.
(1)
Se ha sostenido que el sable de Güemes, había
pertenecido en forma pretérita a Belgrano (1770 – 1820), no conociéndose
evidencia que así lo acredite. Por el contrario, se ha señalado que el creador
de la bandera no se encontraba en Salta por aquella fecha y aún que Güemes y
Belgrano no tuvieron contacto físico (2), aunque sí una vasta y afectuosa
comunicación epistolar. Se atribuye a la donante haber mencionado la previa
pertenencia del sable a Belgrano, en circunstancias de efectivizar la donación.
Pero ¿de dónde habría surgido su personal convencimiento al respecto?
"La Agonía y Muerte de Güemes"
Cuadro al óleo de Antonio Alice, fechado en 1910.
Medalla de Oro de la Exposición Internacional de Arte del Centenario.
Actualmente se encuentra en la Legislatura Provincial de Salta.
Cuadro al óleo de Antonio Alice, fechado en 1910.
Medalla de Oro de la Exposición Internacional de Arte del Centenario.
Actualmente se encuentra en la Legislatura Provincial de Salta.
Grenón, en su conocida obra sobre
armas blancas de la República Argentina, no hace referencia al sable de Güemes.
Describe en cambio un sable de Belgrano, dibujándolo de su mano, entre otros
existentes en el Museo Histórico Nacional. Sus características distintivas: aro
de oro y cabeza cascada, son semejantes al que nos ocupa. Conforme a Grenón
(3), la Asamblea Constituyente decretó la entrega de un sable al prócer, en
premio por su actuación en la Batalla de Salta (20/II/1813), con las siguiente
especificación: “un sable con guarnición de oro; grabándose en la hoja la
siguiente inscripción: La Asamblea Constituyente al benemérito General
Belgrano”.
¿El sable descrito por Grenón,
era el de Güemes? ¿Grenón concluyó afirmativamente sobre su pertenencia a
Belgrano, en base al rótulo con que era expuesto en el MHN y sin confirmar que
la leyenda difundida por El Redactor de la Asamblea, figurase en la hoja? Si
así fue, cabe preguntarse porque no hizo mención a las sucesivas y posteriores titularidades,
en cabeza de los generales Güemes y Alvarado. ¿Las pistolas con llave de chispa
e incrustaciones en plata y oro, con las que Belgrano fue distinguido por sus
triunfos en Tucumán y Salta, pudieron ser un premio sustitutivo del sable? Al
costo de 637 pesos y siete reales, el Cabildo de Buenos Aires costeó un par de
pistolas de los prestigiosos armeros Tatham & Egg*) de Inglaterra. (Vid Acuerdo
del Extinguido Cabildo de Buenos Aires del 25 de Noviembre de 1814). Conforme a
documentación histórica divulgada por el Instituto Nacional Belgraniano, el 21
de Agosto de 1814 las armas fueron remitidas al prócer con un oficio y en manos
de su portador D. Francisco Joaquín Muñoz. Belgrano acusó recibo el 25, en el margen
del mismo documento y agradeciendo el envío, desde su convalecencia, la chacra familiar
del Caserío de Perdriel en San Isidro. Al fallecer en 1820, pasarán más tarde por
decisión familiar a Juan Nepomuceno Terrero, quién las obsequió a Juan Manuel
de Rosas en 1834. (4) Las pistolas de calibre “16 en libra”, disparador “al
pelo” y finamente labradas con motivos de viñas y trigos, llevan la siguiente
dedicatoria en los planos de sus cañones octogonales de 10,5 pulgadas de
longitud: “La ciudad de Buenos Ayres at (al) General Belgrano.” “Vencedor en
Tucumán y Salta.” “La libertad de la patria establecida.” El escudo de la
Asamblea del Año XIII está cincelado en las empuñaduras, con la inscripción
“Provincias Unidas del Río de la Plata.”
Pistolas del General Belgrano, de la firma Tatham & Egg
Aporta confusión, la existencia
de otra pistola que perteneció a Belgrano depositada en el MHN y donada al
repositorio por Estanislao Zeballos. Su origen es español, de la Villa de Ripoll.
Presenta la típica culata con terminación en forma de bola ornamentada en bronce,
llave a la española y arco de guardamonte provisto de espolón para apoyo del
dedo medio, rematando el extremo de la caña en una abrazadera en metal
amarillo. El nombre del General fue grabado en la parte superior del cañón y carece
de punzón de fabricante. El Museo la registra también como una distinción del
Cabildo porteño a consecuencia de sus victorias en Tucumán y Salta, acción esta
última conocida alternativamente como Batalla del Campo de Castañares. De lo
expuesto, puede concluirse que pudo tratarse de un obsequio improvisado en la
emergencia, mientras la caja con pistolas de presentación, engalanadas con
hojas de parra y enredaderas representativas de “la riqueza agraria de las Provincias
Unidas” se alistaba en Inglaterra.
Pistola de Ripoll del General Belgrano (MHN)
Un trabajo reciente sobre el
prócer, señala que: “Este jefe a mediados de marzo de 1813, al entrar al
territorio jujeño dejaba estampado en el libro de Actas del Cabildo: “Aquí concluyó
el Cabildo establecido por la tiranía, y que fue repulsada, arrojada, aniquilada
y destruida con la célebre y memorable victoria que obtuvieron las armas de la
patria el 20 de Febrero de 1813, siendo el primer soldado de ellas Manuel
Belgrano.” “
“Agradecía al gobierno de Buenos Aires
el honor de recibir el sable con guarnición de oro en la hoja. La inscripción
decía: “La Asamblea Nacional Constituyente al benemérito General Manuel
Belgrano.”” (5) Recuérdese que poco había transcurrido desde la batalla y por
tanto el prócer aludiría a la adjudicación de la distinción, sin acusar recibo
de momento, por la recepción material del premio. ¿Se concretaría la entrega? Después
de las victorias sobrevinieron Vilcapugio y Ayohuma (ambas batallas en 1813), y
con ellas el fracaso de la Segunda Expedición al Alto Perú, lo que motivó el proceso
de Belgrano a causa de esas derrotas. No fue hasta Septiembre de 1814 en que
obtuvo el sobreseimiento definitivo por parte del Director Supremo Gervasio
Antonio de Posadas. Curiosamente había recibido las pistolas poco antes de su
rehabilitación.
Junto con el sable Belgrano recibiría un
premio pecuniario consistente en la suma de 40.000 pesos y que él destinó en
forma inmediata, a la fundación de cuatro escuelas en Tarija, Jujuy, Tucumán y
Santiago del Estero. La donación no se cumplimentó en forma inmediata, ni aún
mediata. Escribió al respecto Enrique Mario Mayochi en 1995: “En la segunda
mitad de la presente centuria, la autoridad nacional de la Argentina resolvió
honrar la memoria de Belgrano erigiendo las cuatro escuelas concebidas por él.
La primera en inaugurarse fue la de Tarija en Bolivia. Por su parte el actual
gobierno dispuso que se levantasen las otras tres, decisión que al presente
tiene principio de ejecución con la de Tucumán.” Sin embargo la suma parece
haber estado disponible desde un principio, ya que existe constancia de que su
albacea y heredero testamentario, retiró de la misma el importe de 6.666 pesos para
atender a la educación de Manuela Mónica del Corazón de Jesús Belgrano Helguero,
hija natural del General. (6) ¿Pudo acontecer el mismo incumplimiento respecto a la entrega del sable? De haber ocurrido, no sería el único caso. En un oficio fechado el 1 de Marzo de 1817, suscrito por el Director Supremo de las Provincias Unidas Juan M. de Pueyrredon y dirigido al General San Martín, aquél le anuncia el envío de un premio consistente en un sable y un par de pistolas, con la que había sido distinguido. Al pie de dicho documento, escribiría el Libertador años después:
"Grand Bourg, a siete leguas de París, 17 de Julio de 1840.
Esta donación, como todas las demás hechas por los diferentes estados sudamericanos, ha quedado en ofertas hasta la fecha.
San Martín."
"Grand Bourg, a siete leguas de París, 17 de Julio de 1840.
Esta donación, como todas las demás hechas por los diferentes estados sudamericanos, ha quedado en ofertas hasta la fecha.
San Martín."
Réplica del sable
El arma en cuestión se encuentra hoy
en el MHN, reubicado desde 1897 en el edificio de la calle Defensa 1600 en
Parque Lezama y registrado bajo carpeta Nro. 1459, que contiene la siguiente
descripción:
“Fecha de Entrada: Septiembre 16
de 1890
Objeto: Sable que perteneció al
Gral. Belgrano, pasando posteriormente a poder de los Grales. Güemes y
Rudecindo Alvarado respectivamente.
Medidas: largo 1,03 m; de la hoja
0,86 m.
Descripción: Hoja de acero muy
corva con figuras y adornos dorados en su tercio superior, de un solo filo,
lomo redondo, ancho vaceo en ambas mesas desde la espiga hasta la misma punta.
Carece de bigotera, no lleva marca de fábrica ni inscripción alguna. Guarnición
de aro de bronce dorado y cincelado con varias figuras simbólicas y
ornamentales. Asta de bronce cincelada.
Vaina dorada con dos abrazaderas
y anillas correspondientes, teniendo a su derecha tres aplicaciones de bronce
representando varias escenas de guerra. El resto de la vaina se halla repujada
artísticamente.
Donante: Honorable Cámara de
Diputados.
Fdo. Alejo B. González Garaño,
Enrique A. Vidal y R. Zabala”
....................................................................................................................................
Observaciones: este sable está
fechado en el registro del Museo a nombre del Gral. Rudecindo Alvarado. En la
empuñadura no tiene una de las cachas de nácar, y la que conserva se encuentra
quebrada faltándole un trozo.” (Sic)
Por nuestra parte señalaremos que
el arriaz se compone de aro guardamano, gavilán de parada y escudetes y que la
curvatura no parece excesiva si la comparamos con otras de su época, o atendiendo
a su flecha, es decir a la máxima profundidad registrada entre el lomo de una
hoja y una línea idealmente tendida entre el hombro y la punta de la misma.
Una copia más corta del sable
(880 mm), es portada como símbolo jerárquico por los Comandantes Inspectores de
Gendarmería Nacional, conforme al Decreto Nro. 7149 de fecha 26 de Junio de
1957, que reglamentó los uniformes de esa fuerza. Una consulta efectuada por ésta,
al Agregado de la Gendarmería Nacional de Francia, acerca de la presunta
procedencia gala del original, arrojó resultado positivo, señalándose que el
sable no corresponde a un modelo del Instituto de Egipto bajo el Primer
Imperio, sino al período subsiguiente de la Restauración (1814). Asimismo, que
no fue realizado por un arsenal o manufactura real, sino por un armero civil
que no estampó su nombre o punzón en la hoja. (7) También la Fuerza Aérea
Argentina decidió, en ocasión del Bicentenario del General Belgrano (1970),
instituir para sus Brigadieres una réplica del sable. Por razones
presupuestarias esta decisión no se efectivizó hasta 1979.
Referencias:
(1) El Museo de la Capital fue creado el 24/V/1889 por el Intendente
Municipal Francisco Seeber e inaugurado el 30/VIII/1890 como Museo Histórico de
la Capital. Con fecha 26/IX/1891 fue nacionalizado por un decreto del PEN.
(2) Luis Güemes Ayerza. “El sable del Gral. Güemes.” Revista de Gendarmería Nacional.
Nro. 40 del año 1970, y José Eugenio San Julián. “El origen del sable del
General Güemes”. Revista de Gendarmería Nacional. Nro. 129 del año 1994. Los
autores de estos artículos, niegan categóricamente que el sable de Güemes haya
pertenecido alguna vez a Belgrano, opinión no compartida por el Instituto
Nacional Belgraniano. (Dice San Julián: “No existió encuentro físico entre
Belgrano y Güemes, como tampoco testimonios probatorios de la donación del
primero al segundo, de un arma que jamás usó ni tuvo en sus manos.”
(3) Pbro. Nicolás Grenón SJ. Sables
Históricos. Edición oficial limitada a 300 ejemplares sin numerar. Talleres
Gráficos de la Penitenciaría. Córdoba, 1933. (“La Asamblea Constituyente en
Buenos Aires y en Sesión de 8 de Marzo, al decretar premios de honor para los
vencedores de Salta, para Belgrano entre otras cosas se le dé “un sable con
guarnición de oro; grabándose en la hoja la siguiente inscripción: La Asamblea
Constituyente al benemérito General Belgrano.” (El Redactor, Nro. 3)”)
(4) Vid. Adolfo Saldías. Papeles de
Rozas. Dos Tomos. Talleres Gráficos Sesé y Larrañaga. La Plata 1904 y 1907.
(Tomo I, Págs. 122 / 123). Adolfo Saldías. Papeles de Rozas. Tomo I (único
publicado). Ediciones Antártida. Antonio Dos Santos - Editor. Buenos Aires,
1948. (Págs. 151 / 152). **) Un artículo publicado en La Nación de Buenos Aires
el día 14 de Octubre de 2006 por Loreley Gaffoglio, dice que “Al fallecer
Belgrano, en 1820, las armas quedaron en poder de su albacea y abogado, Juan Terrero”
(Sic). Conforme a la autora, fue Máximo Terrero hijo de Juan Nepomuceno, quién “casado
con Manuelita Rosas, decidió en 1835 ofrendárselas a su suegro, Juan Manuel de
Rosas,…” (Sic). Debe señalarse que heredero y albacea del prócer fue su hermano,
el canónigo Domingo Estanislao Belgrano y que Máximo Terrero no era por
entonces yerno de Rosas, sino un secreto pretendiente de su hija, afecto al que
esta no era indiferente. El mismo artículo incurre en contradicción, al ilustrar
el texto con la dedicatoria sobre reserva en dorado de la caja, que dice: “A su
amigo Jn. Ml. de Rozas – Jn. N. Terrero”, la que revela sin sombra de duda, al
verdadero donante. Cabe mencionar que Máximo siguió a Manuela Rosas en su obligado
exilio de Southampton, contrayendo ambos matrimonio el 23/X/1852 y fijando domicilio
en la ciudad de Londres. Rosas alude escuetamente en su testamento a un par de
pistolas, al disponer: “Las dos pistolas fierro del Tucumán las dejo a Máximo.”,
según reza la Clausula Nro. 32 del Codicilo y Adiciones, firmado en Burgess
Farm el 28/VIII/1873 y ante los testigos que manda la ley el 22/IV/1876. ¿Eran
estas las pistolas de Belgrano a las que nos estamos refiriendo? Así lo
sostiene Demaría en su Historia de las Armas de Fuego en la Argentina. ***) ¿A qué
aludiría Rosas con la enigmática frase “fierro del Tucumán”? ¿Es una velada alusión
a la batalla homónima? o indicativo del origen del mineral de hierro con el que
las pistolas pudieron haber sido forjadas por razones telúricas o
sentimentales. No tenemos respuesta categórica sino solo un indicio acerca de
este interrogante, pero Rosas fue muy explícito al mencionar otras armas en su
testamento. Cabe también considerar: ¿por cuál razón la dedicatoria al General
Belgrano es de la Ciudad de Buenos Aires (mas allá de haber sufragado ésta el
gasto), cuando debió ser suscripta según la autora por la Asamblea?, ya que
sostiene: “Las pistolas como obsequio en una de las sesiones del Congreso
Constituyente vienen a reflejar la alta estima de los patriotas por su gesta.”
La Caja de Palo de Rosa conteniendo las pistolas, munición y accesorios, fueron
exhibidas en el Museo de Arte Decorativo de Buenos Aires y en el Senado de la
Nación, antes de ser subastadas en XI/2006 por la firma Christie’s de New York.
Se habría obtenido por ellas la suma de u$s 374.400.- (Trescientos setenta y
cuatro mil cuatrocientos dólares estadounidenses), ante un Estado Argentino emergente
de la crisis, pero siempre indiferente. Al año siguiente, las pistolas habrían
reingresado temporalmente al país a fin de ser exhibidas en la Tercera Edición
de la Feria de Anticuarios de Buenos Aires realizada en el Palais de Glace,
entre los días 8 y 16 de Septiembre de 2007. Esto permitiría presumir que el
adquirente (quién exigió anonimato en ocasión de la subasta), podría ser un
connacional rioplatense. Las pistolas fueron presentadas en la Feria por el Sr.
Eduardo Cohen, titular de la firma “Arita Joyeros y Anticuarios.”
(5) Cristina Minutolo de Orsi.
Belgrano y el principio de Unidad Nacional. En el Año Belgraniano 1812 - 2012.
Revista del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de
Rosas. Nro. 1, Segunda época. Año 2012. Anuario. (págs. 40/41).
(6) Vid Enrique Mario Mayochi. Las
escuelas de Belgrano e Isaías José García Enciso. Manuela Mónica del Corazón de
Jesús Belgrano. Ambos trabajos en Manuel Belgrano. Los ideales de la Patria.
Instituto Nacional Belgraniano. Manrique Zago Ediciones SRL. Buenos Aires, 1995
(Dice García Enciso: “Según constancias existentes en el Archivo General de la
Nación, firmadas el 28 de Enero de 1886 por el presidente de la Junta de
Administración de las deudas de la Independencia, don Pedro J. Vela, y el
secretario contador Alfonso de María, el canónigo Belgrano retiró de la cuenta
de 40.000 pesos, destinados por Belgrano para la dotación de cuatro escuelas,
la suma de 6.666 pesos para la educación de Manuela Mónica.”
(7) Vid. José Eugenio San Julián. Artículo citado.
Llamadas:
*) Henry Tatham (1770 – 1835) & Joseph Egg (1775 –
1837). Gunmakers & Sword Cutlers to George III. 37 Charing Cross, County of
Middlesex (circa 1801/1814). La sociedad se disolvió el 8 de Septiembre de 1814
y Jean Joseph proveniente de una familia de armeros se instaló en el Nro. 1 de
Piccadilly, en Londres, adquiriendo gran fama por sus pistolas de duelo. Se
atribuyó la invención del pistón o capsula de cobre con fulminante de mercurio para
las armas de percusión, que otros adjudican en cambio al artista e inventor
Josuha Shaw.
**) XLV – Carta de J. N. Terrero a Rozas, anunciándole
el envío de unas pistolas que pertenecieron a Belgrano.
Julio 23/834
Mi querido amigo Juan Manuel:
Una casualidad
hizo que vinieran a mi poder, por voluntad de la familia, esas pistolas memoria
del inmortal ciudadano y compatriota el Gral. D. Manuel Belgrano. Yo creo que
ellas tienen el mérito de ser una alhaja, con que fueron premiados, en parte,
los patrióticos servicios de aquel ilustre Porteño; y pareciéndome que ningún
otro que tú puede ser mas acreedor de poseerlas, tengo el gusto de pasártelas
como un recuerdo de la gratitud con que me honras de ser tu primer amigo y
compañero.
J. N. Terrero
XLVI – Carta de Rosas a Terrero, agradeciendo el envío
de las pistolas que pertenecieron a Belgrano.
Julio 24/834
Mi querido Juan:
Favorecido por
la sincera expresión de tu apreciable de ayer con la que te has dignado pasar a
mi poder las pistolas que se hallaran en el tuyo por voluntad de la familia del
inmortal Ciudadano y Compatriota nuestro General Dn. Manuel Belgrano, mi
gratitud obligada justamente sabrá estimarlas reconociendo en ellas una de las
memorias de honor con que fueron premiados en parte los servicios de aquél
Ilustre Porteño.
Las conservaré
también como un recuerdo de tu fina amistad, y de la gratitud como que me honro
de ser tu primer amigo y compañero.
Juan Manuel de Rosas
***) Rafael M. Demaría. Historia de las Armas de Fuego
en la Argentina. 1530 – 1852 EDICIONES CABARGON. Buenos Aires, 1972 (Vid páginas
347/ 349 e ilustraciones Nros. 25/27)
Dice Demaría: “Las pistolas han sido fabricadas por la
firma inglesa Tatham & Egg. Son, naturalmente, de chispa y se apartan del
severo diseño que para entonces se imponía entre los armeros ingleses. Están
lujosamente decoradas con incrustaciones de plata y plata dorada en la caja y
punzones y letras de oro en la platina y cañón.”
Señala que la expresión de Rosas al mencionarlas en su
testamento, obedece a que se decía que sus cañones habían sido fabricados con
hierro del famoso aerolito de Pampa del Cielo en Santiago del Estero, para lo
cual se habría enviado un trozo de dicho metal a la fábrica.
Después de la muerte de Máximo y Manuelita, las
pistolas habrían sido enajenadas a un coleccionista inglés quién las conservó
hasta su muerte en 1930, pasando entonces a manos de W. Keith Neal de
Warmister, Wiltshire, Inglaterra, en cuyo domicilio el autor tuvo ocasión de
observarlas durante una visita. Conforme a información periodística, otro de
los posteriores poseedores de estas pistolas fue William Simon, ex Secretario
del Tesoro de los Estados Unidos de América.
Glosario:
Calibre 16 en libra: Significa que son necesarias 16
balas esféricas de plomo, del mismo diámetro del cañón para completar el peso
de una libra.
Caña: Una de las tres partes en que se divide la caja
de una pistola: caña, cuerpo y culata.
Disparador “al pelo”: Voz técnica que alude al
mecanismo que ha sido calibrado para que una mínima presión sobre la cola del
disparador, resulte suficiente para efectuar el disparo.
Llave de Chispa o de Sílex: Su aparición data de c.
1540/1550. Consiste en un gatillo, can o pie de gato provisto de dos quijadas accionadas
por un tornillo que sujetan una piedra de pedernal tallado, y una batería;
montadas ambas sobre la platina. Al oprimir la cola del disparador, el gatillo previamente
montado, cae sobre la batería originando chispas que inflaman el cebo
depositado en la cazoleta. Esta última está conectada a la recámara del cañón
mediante un oído, produciéndose así la deflagración de la pólvora y el consiguiente
disparo. Las llaves de chispa se clasifican en: Llave de Snaphaunce (de Schnapp
– Hann: voz holandesa que significa “pica la gallina”, por la similitud de ese movimiento
con el accionar del gatillo al caer sobre la batería), Llave a la Española,
Llave a la Francesa, Llave a la Moda o de Madrid, Llave Balcánica y Llave a la
Caja.
Llave a la Española: También llamada de miquelete,
miguelete o de patilla. Se caracteriza por presentar el muelle real y la mayor
parte de las piezas, en la parte exterior de la platina. El tornillo que acciona
las quijadas del gatillo remata en una anilla y el rastrillo en forma de L,
reúne en la misma pieza una batería ranurada y la tapa de la cazoleta. El pie
de gato en sus dos posiciones: armado y seguro, es mantenido en las mismas por
dos calzos que atraviesan la platina saliendo al exterior. Su origen se remonta
a c. 1580 y se atribuye su invención a Simón Marquarte (el mozo).
Platina, pletina o plantilla: Plancha metálica de
hierro o acero sobre la que se montan las piezas de una llave de fuego ya sea
de chispa o sílex o de percusión.
Ripoll: Villa de España en la provincia de Gerona, al
norte de Barcelona y al pie de los Pirineos, conocida desde la Edad Media por
su industria armera de tradición alemana e italiana. Esta se trasladó
finalmente a Berga en 1835, a causa de las invasiones napoleónicas y de la
primera guerra carlista, que destruyeron repetidamente sus talleres. Uno de sus
destacados maestros armeros fue Eudal Pous, quién trabajo también en Madrid.
Rudecindo Alvarado: General argentino y guerrero de la
Independencia. Gobernador de Mendoza y Salta. Militó en el unitarismo, pero en
1848 regresó al país amnistiado por Rosas. Fue Ministro de Guerra y Marina de
la Confederación Urquicista, Mariscal de Campo de Chile y Gran Mariscal del
Perú.
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