martes, 4 de febrero de 2025

La ciudad creciente

 (Nueva Orleáns: Una reseña histórica)

Por José Luis Mignelli

Recostada en una curva del Padre de las Aguas, la Nouvelle Orléans fue fundada un incierto día, entre marzo y abril de 1718, por Jean Baptiste Le Moyne, Sieur de Bienville, navegante francés quién junto a su hermano el Señor de Iberville, colonizaba tierras americanas para la Francia de los Luises, a principios del siglo XVIII°. Un primer asentamiento había sido concretado por el último sobre la costa del golfo en 1698, hoy estado de Mississipi, al que bautizó Biloxi, en memoria de una tribu de indios lugareños. Si bien la Luisiana había sido descubierta por los españoles en el siglo XV, fue más tarde, en 1682 cuando el malogrado navegante francés Jean La Salle la reclamó para Francia.

En tiempos de la vela, el caudaloso Mississipi, no podía ser navegado desde su desembocadura en el golfo, atestadas sus bocas por bancos de arena, troncos y sedimentos que arrastraba la corriente desde siglos. No sería hasta fines del siglo XIX°, cuando el capitán John B. Heads comisionado por el Gobierno Federal, logró canalizar y profundizar una de sus bocas, convirtiendo a Nueva Orleáns en un importante puerto internacional.

Siguiendo una ruta india, remontó Bienville sucesivamente los lagos Borgne y Pontchartrain, más un tramo del arroyo Saint John, para finalmente desembarcar y abrir una vía de comunicación hasta el río. Desafiando una densa vegetación y pantanos plagados de caimanes, serpientes y mosquitos, tendió y estableció como definitiva la Route du Bayou St. John, por mucho tiempo el único camino de acceso a la ciudad. Antiguos planes y no planos (1710 y 1720), del primer asentamiento, muestran diseños rectangulares y amurallados, concebidos por los ingenieros Blond de la Tour y Adrien Pauger. Sería frente al río y en una pequeña bahía en forma de medialuna, que motivaría su mote de Crescent City, donde fundó Bienville la ciudad que bautizó Nueva Orleáns, en homenaje al regente de Francia Louis Philipe de Orleáns.

La colonización había sido confiada a la Compañía del Oeste, la que mediante una engañosa propaganda concebida por el escocés John Law, un jugador devenido en banquero y financista, pintaba un paraíso tropical con minas de oro y plata, en lo que no era más que un humedal de tierra pantanosa, plagada de ofidios y reptiles, golpeada reiteradamente por tormentas y huracanes.

Cuando en 1649 la dilatada regencia del fundador tocó a su fin, Francia envió como gobernador a Pierre Cavagnal de Rigaud, Marqués de Vaudreuil, quién junto a su esposa intentaron trasladar el boato de Versalles a América, incurriendo en onerosos gastos para banquetes, recepciones y bailes, no dudando en saquear el erario público, para la compra de bebidas alcohólicas y drogas, que revendían indistintamente a “soldados, negros e indios”. Así lo atestigua un documento oficial fechado en 1751, emitido por el Intendente Comisario Michel de la Rouvillière. No obstante su deshonesto e indecoroso desempeño, el marqués fue finalmente promocionado a gobernador del Canadá y reemplazado por el capitán Louis Billouard de Kerlérec, cuyos planes para retornar a las buenas costumbres y a la austeridad en los gastos, lo enemistaron con una población ya corrompida, lo que motivaría al fin su destitución.

El requerimiento de compañía femenina había sido circunstancialmente saldado con el envío de un contingente de prostitutas, que proveyó la cárcel parisina de L’ Salpêtrière. Algunas de ellas contrajeron matrimonio con los colonos, salto que las posicionó dentro de la élite fundadora, y al que debería Nueva Orleáns la fama de ciudad pecaminosa, que para algunos siempre ostentó. Los siguientes envíos consistieron en jóvenes decentes y procedentes de buenas familias. Se las conoció como “filles à la cassette”, ya que bajaban de los barcos con una canasta bajo el brazo con ropa para el viaje, en una inusual cortesía de la compañía, que nunca buscó otra cosa que su propio provecho. A su arribo, eran escoltadas y alojadas en su convento por las monjas ursulinas, a la espera de una oportunidad para contraer matrimonio. Se ha dicho que ser descendiente de una “fille à la cassette”, en Nueva Orleáns, es poco menos que ser descendiente de los padres peregrinos que llegaron en 1620 a bordo del May Flower, a las costas de Nueva Inglaterra.

Los incendios de 1788 y 1794 destruyeron más de mil edificios de la incipiente colonia, facilitados por paredes, techos y pisos construidos en madera, barro y musgo español. Sería justamente bajo el dominio de España, cuando la edificación mejoró sustancialmente, caracterizando a su núcleo fundacional el Vieux Carré, también conocido como Barrio Francés (aunque en rigor muy español), con casas de material, patios interiores y balcones con galerías “sur le banquette” decorados con rejas de hierro forjado. O alternativamente, con finos encajes de hierro fundido, que también la ciudad preservó en gran parte hasta hoy. Su recuperación y revalorización después de un dilatado período de abandono que había comenzado a fines del siglo XIX, se inició a principios de la década de 1920. En 1936 la Legislatura de la ciudad creó el Vieux Carré Comission, un organismo municipal destinado a velar por su preservación. La Old Square, como también se lo conoce, comprende catorce cuadras de largo por seis de profundidad y se extiende desde la calle del Canal hasta la avenida Esplanade, y desde Decatur (antigua calle del muelle en tiempos de los españoles), hasta Rampart Norte. Contribuyeron también a esta finalidad asociaciones civiles como Friends of the Cabildo, Patio Planters, Vieux Carré Property Owners, y Louisiana Landmarks Society.

La soberanía española fue consecuencia de la guerra de los siete años (1756/63), que privó a Francia a favor de Inglaterra de sus posesiones en Canadá, pero también de las tierras al este del Mississipi, hasta su límite con las colonias inglesas, a excepción de Nueva Orleáns y alrededores. En esas circunstancias Luis XV rey de Francia, traspasó el dominio de Luisiana a su primo Carlos III° de España (borbón al fin), conforme a los tratados de Fontainebleu y París.

España envió tardíamente en 1766 a su primer gobernador en la persona de Don Antonio de Ulloa, quién resistido por la población fue devuelto al rey sin más trámite. Al rendir cuenta éste de su peripecia americana, recordó el monarca tener a su servicio al eficiente general irlandés Don Alexander O’Reilly, que la ciudad recuerda como el sangriento Al frente de una considerable fuerza militar, O’Reilly desembarcó, procesó sumariamente y fusiló a los cabecillas independentistas, ciudadanos pertenecientes a familias prominentes, cuyo lema era: “o franceses o libres e independientes”. Fue este un doloroso episodio para los criollos de la ciudad, veladamente conmemorado cuando se nominó como Frenchmen, una calle del vecindario Marigny,*) cuyo nacimiento en Esplanade, era el lugar donde la ejecución se realizó. Un censo ordenado por el mismo O’Reilly, estableció que la colonia se componía por entonces de 3.190 almas, de las cuales 1.225 eran esclavos de color. Cuando al cabo de un año y medio todo estuvo sosegado, informó al rey de España que podía enviar un nuevo gobernador.

Nadie ha dudado que los gobernadores españoles en número de ocho, fueron más honestos y eficientes que los franceses, destacando entre ellos Francisco Luis Héctor de Carondelet, Barón de Carondelet (c. 1791/97), quién ordenó cavar un canal navegable entre el Bayou Saint John y una dársena artificial, facilitando la provisión de pescado fresco a la ciudad. Por su parte Esteban Rodríguez Miró (c. 1785/91), había abierto el comercio con pobladores del norte conocidos como Kaintucks, los que bajaban por el río en balsas repletas de mercaderías que incluían a la postre su propio medio de transporte, ante la imposibilidad de regresar a contra corriente, río arriba. Samuel Langhorne Clemens, piloto de un barco a vapor en su juventud, relata en Life on the Mississipi, que se navegaba hacia Nueva Orleáns por el centro del río, aprovechando la corriente que fluye hacia la desembocadura. Y río arriba por sus flancos para evitarla. Atentos siempre al dictamen del sondeador, quién medía la profundidad en los bajíos. Fue este oficio el que originó su seudónimo literario como “Mark Twain”, medida equivalente a las dos brazas mínimas de profundidad necesarias para no varar.

El gran benefactor de la ciudad fue Don Andrés Almonaster y Roxas, rico notario andaluz que levantó a su propio costo el Cabildo, la catedral de San Luis, y el Presbiterio, alineados frente a la Plaza de Armas en el centro mismo de la ciudad. Su hija Micaela, joven de un fuerte y rebelde carácter, casaría con Celestin Pontalba, hijo del rico marqués francés homónimo, matrimonio del que nacieron tres hijos. La vida en la campiña francesa aburrió por fin a Micaela, quién abandonó a su familia para llevar una vida licenciosa en París. En un encuentro con su suegro, en el que se ventiló su censurable estilo de vida, se desató la tragedia. Tras gritos y disparos, la servidumbre encontró a los contendientes arma en mano, mutuamente baleados yaciendo sobre charcos de sangre. Recuperada de sus heridas, Micaela retornó a su ciudad natal en 1848, donde dueña de una considerable fortuna, asumió emular a su padre, levantando en 1849/51, los suntuosos edificios Pontalba de ladrillo rojo, que ostentando en sus balcones el monograma AP (Almonaster Pontalba), en hierro forjado, flanquean la plaza Jackson. Si su primera elección fue el acreditado arquitecto local James Gallier Jr., terminó confiando la obra a Henry Howard de New York, no dudando en trepar a los tejados para vigilar la marcha de la construcción.

El dominio español había tocado a su fin el 1 de Octubre de 1800, debido al Tratado de San Ildefonso, que al cabo de treinta y siete años retornó a la ciudad bajo la soberanía francesa. Aunque no sería por mucho tiempo. Thomas Jefferson, presidente de los Estados Unidos en 1801, envío una comisión a Francia con instrucciones de comprar la ciudad. Para sorpresa de los negociadores, Francia a través de su Ministro de Exterior Talleyrand, no sólo ofreció Nueva Orleáns, sino toda la Luisiana por sólo quince millones de dólares. Anoticiado, Jefferson aceptó la propuesta, con la sola condición de que el pago se hiciese con Bonos del Tesoro. La Francia de Napoleón Bonaparte necesitaba el dinero para solventar su guerra con Inglaterra, y curiosamente logró descontar los valores en la banca inglesa Baring Brothers. El Louisiana Purchase se oficializó en 1803 en el cabildo de la ciudad, pero Luisiana no era entonces el estado que hoy conocemos, sino un vasto y dilatado territorio de 1.172.000.- millas cuadradas, que se extendía y ensanchaba en dirección norte hasta Canadá. Catorce estados americanos nacieron o completaron su geografía a su costa. La misma ciudad ampliaría sus límites poco después, cuando en 1810 compró a Claude Tremé una sección de la plantación Morand Moreau, que sería conocida más tarde como Faubourg Tremé, o a secas el Tremé. Habitat por excelencia de la comunidad cultural afroamericana y la más antigua del país, con su histórica iglesia católica de San Agustín (1841/42), la plaza Congo y el parque Armstrong, delimitado por las arterias Conti, Rampart Norte, Esplanade y Broad. Sumado ello al loteo de la plantación Marigny, cuyo nombre alude a su dueño Bernard Marigny, un rico y noble criollo adicto al juego amigo del célebre James Bowie, quién debió venderla para solventar sus deudas. Jim Bowie (divulgador pasivo y activo usuario del afamado cuchillo que lleva su nombre), poseía una plantación en Opelousas, en la orilla oeste del río, y junto con Marigny, frecuentarían las mesas de “craps” y “poque” (dados y pocker), en Maspero’s Exchange, en St. Louis y Chartres, frente a la casa de Napoleón. Bowie visitaba asiduamente la ciudad y habría transcurrido allí su larga convalecencia, a raíz de las graves heridas recibidas en 1827 en el enfrentamiento conocido como Vidalia Sand Bar.

En un sentido lato, la palabra criollo designaba a los descendientes de franceses y españoles, primitivos colonizadores de Luisiana. Pero en un sentido más amplio comprendía a los criollos de color, subcultura de gente libre y tez más clara procedente del Caribe, que incluían al pie de sus firmas, las iniciales de las palabras “hombre libre de color”, o en su caso “mujer libre de color”. Dentro de este conglomerado racial destacaban por su belleza las jóvenes cuarteronas y octavonas, que lucían como blancas con un leve toque de color que las hacía muy atractivas. Si bien los matrimonios interraciales estaban prohibidos, la clase adinerada toleraba (para mal), las uniones clandestinas o mariage de main gauche, conocidos también como placage o placée. Todos los años se realizaba en la Salle de Ball de Orleans (todavía en pie y hoy anexa al Bourbon Orleans Hotel), el Baile Cuarterón (Quadroon Ball), al que sólo se invitaba a los planters (hombres ricos dueños de plantaciones de caña de azúcar y/o algodón), que negociaban con las madres de estas jóvenes, las condiciones económicas del acuerdo amoroso. Este suponía no sólo una casa confortablemente instalada, sino muchas veces el sostenimiento de toda la familia de la agraciada. Las relaciones podían ser de por vida, o hasta que el hombre contrajera matrimonio formal con una mujer blanca de su propia clase. De estas uniones marginales nacían hijos, que también eran libres y recibían una educación esmerada en artes o letras, a veces en París.

No faltaron lances de honor, entre los caballeros que se disputaban el favor de estas mujeres, debidamente aleccionados por maestros de esgrima como Pepé Llulla, Bastille Croquère o Gilbert Rosière, que habían sentado sus reales en el pasaje Exchange. Los duelos concertados acontecían en los fondos de la catedral de San Luis, Orleans Alley, (Pirates Alley), o bajo el afamado Dueling Oak de la plantación Allard, hoy City Park. José “Pepe” Llulla, un español procedente de las Baleares, fue un experto en el combate con cuchillo y llegó a superar en espada a su maestro y bien reputado mentor Llouette. Se lo consideraba invencible y falleció de muerte natural el 6 de marzo de 1888 a los 73 años de edad. Fue enterrado en el cementerio de su propiedad, hoy llamado Saint Vincent de Paul, ubicado en el número 1322 de la calle Louisa.

En ocasión de la guerra entre los estados (1861/65), Nueva Orleáns fue tempranamente neutralizada (1862), por el Almirante David G. Farragut ejecutor del plan Anaconda concebido por el General Winfield Scott. Este consistía en el bloqueo del golfo de Méjico y ríos interiores, impidiendo las exportaciones, pero también el ingreso de armas y mercaderías indispensables para una economía fundamentalmente agrícola. Poco después, Washington comisionó al General Benjamin Franklin Butler, como administrador federal de la ciudad, apodado “the beast” por la población, pero también “Silver Spoon”, ya que le enrostraban adicionalmente haber arrasado con toda la platería que encontró a su paso en las mansiones del Garden District. Una rica y victoriana circunscripción vecinal, delimitada por las avenidas Jackson, Louisiana, Saint Charles y la calle Magazine. **) Sus enfrentamientos con la ciudadanía, sumado a sus diferendos con el cura párroco de Saint Patrick, el Pbro. irlandés James I. Mullon, motivarían su destitución al cabo de seis meses. Si bien la guerra trajo aparejada el fin de la esclavitud, dio también paso a la segregación racial que regía en el norte y que comenzaría después de la Era de Reconstrucción Radical (1865/77), con las tropas federales ocupando todo el Sur. Durante la misma, se producirían luctuosos episodios signados por el enfrentamiento entre republicanos, demócratas republicanos, las tropas gubernamentales de ocupación y hasta una nueva policía metropolitana con gran cantidad de agentes de color, que se llevaban muy mal con sus antiguos opresores. De todo esto dan buena cuenta las llamadas batallas “del Cabildo” y “al pie de la calle del Canal”, ocurridas en 1873 y 1874 respectivamente ***). La llegada del gobernador de Luisiana Francis T. Nicholls en 1877, significaría el retorno y ascenso de los supremacistas blancos al poder, que juzgaban el período anterior como un estado de cosas “con ausencia de ley”, signado por los “caza fortuna” norteños auxiliados por sus cómplices, los colaboracionistas locales, a los que se llamó despectivamente “carpet baggers” y “scalawags”. A partir de entonces, los criollos de color perderían los privilegios que los posicionaban en un sector privilegiado de la sociedad, pasando a la misma categoría que los negros puros. Todos sin excepción, bajo el imperio de las llamadas leyes de Jim Crow. Es ilustrativo al respecto el fallo Plessy vs. Ferguson, en rigor Homer Plessy (un criollo de color octavón), contra el estado de Luisiana por discriminación, con la participación de Ferguson en calidad de juez interviniente. Dicho fallo (1896), que consolidó el principio “instalaciones iguales pero separadas para blancos y negros”, fue avalado no sólo por la Corte Suprema de Luisiana, sino a posteriori, por la de los Estados Unidos de América. Sin embargo un miembro de esta última, John Marsall Harlan opinó en contrario, y fue profético cuando fundamentó su voto en disidencia, sosteniendo que ese fallo “sería considerado odioso por la posteridad y que en Estados Unidos no podía haber ni clases de individuos ni castas.”

Pero también hubo y perduró en el tiempo, discriminación entre las mismas personas de color. El músico de jazz George Lewis (Joseph Francois Louis Zeno), negro de origen senegalés, relató a su biógrafo la humillación sufrida a partir de su incorporación a la Olympia Band de Arnold Depass en 1929, en reemplazo del clarinetista Alphonse Picou, cuyos integrantes eran todos de tez más clara. Sin embargo no provinieron de ellos los agravios, sino de una contratista créole en un local de la calle Villére, quién se expresó en patois, una jerga que Lewis podía entender. La expresión Jim Crow, como alusión peyorativa hacia la gente de color, procedía de una canción y baile que ejecutaba con la cara tiznada, un actor llamado Thomas E. Rice (1808 – 1860), quién manifestó haberla aprendido de un hombre negro muy mayor en manifiesto estado de ebriedad.

Uno de los máximos defensores de la esclavitud en Luisiana, fue el abogado de origen judío Judah Philip Benjamin, nacido en las Islas Vírgenes y establecido en 1828 en Nueva Orleáns. Contrajo matrimonio con una criolla blanca, francesa y católica llamada Natalie Bauchée de San Martín, perteneciente a una familia muy rica, con la que tuvo una hija. Sumamente Inteligente y eficiente en el ejercicio de su profesión desde 1832, resultó más tarde electo senador por Luisiana (1853), destacándose en el Congreso de los Estados Unidos por sus discursos en favor de la esclavitud. Fue propietario a partir de 1840, de una plantación de caña de azúcar llamada Bellechasse, así como de 140 esclavos a los que habría dispensado un trato humanitario. Durante la guerra de secesión fue Secretario de Estado y de Guerra en el gabinete de Jefferson Davis. Exiliado en Inglaterra, a causa de la derrota confederada, ejerció también allí exitosamente la abogacía y llegó a formar parte de los asesores jurídicos de la reina Victoria. Falleció en París en 1884 y fue enterrado en la bóveda de la familia de su esposa, en el cementerio francés Père - Lachaise.

Poco después del interregno de James Wilkinson, un controvertido general acusado de espionaje a favor de España, cuyo nombre recuerda una cortada detrás del edificio upper Pontalba, Estados Unidos designó en Diciembre de 1803 a William Charles Cole Clairborne, como gobernador provisorio del territorio de Orleans. Este pronto informaría a Washington que los habitantes de Nueva Orleáns solo parecían interesarse en bailes, banquetes y desfiles, sin perjuicio de parecerle también informales, indolentes y lujuriosos. No obstante, lograría ganarse por su desempeño, la simpatía y aprobación de la población, lo que le valió ser elegido primer gobernador de Luisiana en 1812, en elecciones libres.

Los primeros estadounidenses no fueron bienvenidos, pues la ciudadanía culta y refinada de la ciudad los consideraba poco menos que bárbaros, como aquellos boatmen que en tiempos de Miró procedentes del Valle del río Ohio, llegaban en sus balsas para comerciar; satisfaciendo sus necesidades en el burdel flotante de Annie Christmas, las tabernas de Girod St., conocidas como The Swamp, o lo que más tarde fue Gallatin St. y hoy French Market Place. Rechazados por la población local, los americanos se instalaron del otro lado de la calle del Canal fundando el vecindario Saint Marie, con la plaza Lafayette y su propio City Hall de estilo greek revival, obra del arquitecto James Gallier Senior, a un paso del actual CBD (el Distrito Central de Negocios, delimitado por Canal, Poydras y Loyola), así como también del ahora Warehouse & Arts District, con sus barracas, museos y galerías de arte. Si los criollos levantaban el suntuoso Hotel Saint Louis en el Downtown (1836), obra del arquitecto J. N. B. de Pouilly, los americanos harían lo propio en el Uptown, construyendo el Saint Charles (1837), diseñado por Gallier & Dakin.

Como era de esperar los anglosajones prosperaron rápidamente en sus negocios, levantando imponentes mansiones al oeste de la ciudad muy cerca de las plantaciones y formando las barriadas de Lafayette, Nuns y Livaudais. Unificadas más tarde como ciudad de Lafayette, ésta se incorporaría oficialmente a Nueva Orleans en 1852 como su Distrito Jardín, a la vera de la suntuosa Avda. Saint Charles. La victoria de Andrew Jackson sobre los ingleses en la batalla de Nueva Orleáns (1815), había unificado al país entero, consagrándolo también como héroe local. Con los años (1856), su estatua ecuestre debida a Clark Mills presidiría Jackson Square.

Como consecuencia del Louisiana Purchase y la consiguiente llegada de estadounidenses, Nueva Orleáns se convirtió en una ciudad bilingüe. De un lado de la calle del Canal (Downtown), se hablaba en francés y del otro (Uptown), en inglés. En atención a esta circunstancia el Banque des citoyens de la Louisiane, emitió un billete de diez dólares, que en el anverso rezaba “Ten” y en el reverso “Dix”. Se lo conoció como Dixie y terminó identificando primero a la ciudad, luego al estado y por último a todo el Sur (es decir a los estados ubicados debajo de la línea Mason & Dixon, en principio sólo el límite entre Pennsylvania y Maryland). En cuanto a la composición musical Dixie’s Land (devenida en marcha), data de 1859 y fue obra del músico norteño Daniel Decatur Emmett, compositor de Ministrels Shows.

Nuevos inmigrantes llegaron a la ciudad en la segunda mitad del siglo XIX. Los irlandeses a partir de 1830/50, predominantemente católicos, se asentaron en el llamado Irish Chanel. Una franja de tierra comprendida entre las calles Magazine y Tchoupitoulas cerca del río, en la parte alta de la ciudad. Años más tarde serían acogidos religiosamente en la iglesia de San Alfonso, construida en 1855, a un paso de la intersección de Constance y Josephine, frente a la Asunción de Santa María, que atendía a los inmigrantes católicos de origen alemán. Muchos italianos comenzarían a llegar después de la guerra de secesión y junto con ellos, los primeros mafiosos, que abandonaban Italia a causa de la persecución policial, endilgándole a la ciudad el lamentable privilegio de ser la primera (1878), en albergar a esta organización criminal. Habría sido la familia Matranga, enfrentada a los Provenzanos, la responsable del asesinato del jefe de la policía David Hennessy en 1890, quién presuntamente respaldaba a la segunda. Reales o supuestos mafiosos (ya que no había condena judicial), en número de once, fueron linchados por una multitud que asaltó la cárcel el 14 de marzo de 1891, encabezada por el abogado William S. Parkerson. A fin de evitar una ruptura de las relaciones diplomáticas con Italia, Estados Unidos ofreció y efectivizó una indemnización de U$S 25,000.- suma importante para la época, para compensar a las familias de los damnificados. En Abril de 2019 el gobierno de la ciudad, pidió disculpas públicamente por aquellos crímenes, a la comunidad italiana.

No faltaron en la época de oro de la ciudad (1830/60), episodios siniestros, destacando el acontecido en la mansión de Madame Lalurie, una distinguida pero sádica dama de la sociedad criolla (Marie Delphine Macarty de Lalaurie), ubicada en el 1140 de Royal y conocida desde entonces como Haunted House. A consecuencia de un incendio originado en su cocina el 10 de abril de 1834, bomberos y vecinos descubrieron en el ático, los cuerpos mutilados y encadenados de sirvientes negros solicitando auxilio, en medio de ayes de dolor. Aprovechando la confusión y sorpresa por el macabro descubrimiento, Lalaurie logró escapar en un coche que raudamente salió de la casa, conducido por su cómplice e incondicional mayordomo Bastian, para nunca regresar a la ciudad. Se supone sin embargo que después de su muerte, acaecida en París en 1842, habría sido secretamente enterrada en el cementerio de San Luis en la calle de la Dársena. Allí compartiría el dudoso privilegio de yacer junto a Marie Laveau, la reina del vudú de Nueva Orleáns.

El célebre pintor francés Edgar Degas, cuya madre y abuela eran criollas de Nueva Orleáns, visitó la ciudad a fines del siglo XIX°, acompañado por sus hermanos René y Aquiles. Su tío Michael Musson, prominente miembro y directivo del Cotton Exchange, habitaba junto a su hija Estelle, viuda y ciega de nacimiento, una mansión del Garden District. La prolongada estadía de los Degas no tendría final feliz. Estelle y Rene se enamoraron y previa venia papal por ser primos, se unieron en un matrimonio del que nacieron cuatro hijos. Pero Rene se enamoró finalmente de la mejor amiga de Estelle, con la cual huyó a París, debiendo Mr. Musson adoptar a sus nietos para atender a su manutención y educación. Un retrato de Estelle Musson arreglando un ramo de flores, debido a Edgar Degas, cuelga en el Museo de Arte de la ciudad y una placa de bronce cerca de Esplanade y Rampart Norte donde vivió, da cuenta del abandono sufrido y de la ayuda que recibió en esas circunstancias de sus hermanas.

La sociedad criolla fue ferviente devota del teatro y la música de ópera. El primer teatro de la ciudad estuvo ubicado en el número 731 de la calle Saint Peter, operando allí entre los años 1792 y 1803, bajo el nombre “Le Espectacle de la Rue St. Pierre”. Fue seguido en 1824 por el American Theatre que abrió sus puertas en la calle Camp en la parte alta de la ciudad, fundado por James H. Caldwell. Fue este mismo empresario quién años más tarde (1835), inauguró el teatro Saint Charles, en el que actuó exitosamente el mismísimo Juan Wilkes Booth, un año antes de cometer magnicidio. Adelina Patti, considerada la más famosa y mejor paga soprano de la historia, actuó en 1853 en el Vieux Carré, como también Jenny Lind, conocida como el ruiseñor sueco. Pero no fue hasta 1859 cuando Charles Boudousquié, fundó la New Orleans Opera House Association, adquiriendo un inmueble en Bourbon y Toulouse y confiando la construcción del edificio a la firma de arquitectos Gallier & Esterbrook, que en sólo seis meses lo proyectó y concluyó. La French Opera House fue inaugurada el 1 de Diciembre de 1859 con la obra Guillermo Tell de Rossini, pero sesenta años más tarde, un 3 de Diciembre de 1919, después de un ensayo de Cármen fue enteramente destruida por un incendio. Otros visitantes ilustres tendría la ciudad, entre ellos el Marqués de Lafayette en 1825, o los Duques de Windsor en 1950. El Archiduque ruso Alexis Romanoff Alexandrovich, detuvo allí su paso en 1872, en ocasión de su aventura cinegética en el lejano Oeste (consistente en una cacería de búfalos); siendo agasajado durante la celebración del Mardi Gras de ese año. La famosa y acreditada actriz francesa Sara Bernhardt, actuó en Nueva Orleáns en varias oportunidades entre 1880 y 1917, y el gran Enrico Caruso cantó una vez en el Athenaeum (1920).

Entre 1890 y 1915 se gestaría en Nueva Orleáns la música de jazz, una evolución del Ragtime reforzado con un compás de cuatro por cuatro, la acentuación de los tiempos débiles o síncopa y un omnipresente aire marcial a intervalos regulares. Se ejecutó por toda la ciudad, por músicos blancos y negros, pero floreció en Storyville, en los desaparecidos recreos a orillas del Lago Pontchartrain (West End, Bucktown, Milneburg, Little Woods y Old Spanish Fort), Mandeville y en los también extintos parques Lincoln y Johnson. Para algunos el origen del jazz está en África, para los revisionistas procede en cambio del enfoque europeo de la música. Se ha discutido quién dio el paso inicial para convertir el ragtime en jazz. Ferdinand “Jelly Roll” Morton se atribuyó el mérito en 1902, pero las opiniones no son contestes al respecto. Característica también de Luisiana es la música Cajun, desarrollada por inmigrantes canadienses confinados a los pantanos. Una versión alternativa de esta última, es ejecutada por la gente de color y llamada Zydeco. El término procedería de la percepción auditiva, de la primer parte del título de la canción “Les hericots sont pas sale” (Las habichuelas no están saladas).

Varios escritores fueron atraídos por la magia y el encanto de la ciudad, a principios del siglo XX°. Tal vez consecuencia de la preservación edilicia, el Mardi Gras, o los funerales con música de la gente de color, acompañados por sus bandas de latón. William Faulkner escribió allí La Paga de los Soldados, su primer libro. Había llegado de Mississippi bajo la protección del escritor Sherwood Anderson, quién pronto lo contactó con un joven profesor de Tulane, para que juntos afrontaran el alquiler de una vivienda en el Pasaje de Orleáns, frente a los calabozos del Cabildo, donde una librería lleva ahora su nombre. Diestro entre otras habilidades para el dibujo, William Spratling concebiría junto a Faulkner, la publicación de un libro que reflejara la vida intelectual y artística de la ciudad en los años veinte. Lo titularon Sherwood Anderson y Otros Criollos Famosos, y desfilan por sus páginas caricaturas de artistas y escritores citadinos como Roark Bradford, o la legendaria literata Grace King, enfrentada en su tiempo al célebre escritor George Washington Cable, por sus críticas a la sociedad criolla, que le valdrían su extrañamiento de la ciudad. Faulkner publicaba también la columna: Espejos de Chartres Street, en el Times Picayune, relatos cortos reeditados más tarde como Historias de Nueva Orleáns.

Dos décadas después, Tennessee Williams instalado en una boardilla del 632 de Saint Peter, escribió allí en 1946/47 Un Tranvía llamado Deseo, la obra que lo llevaría a la fama. Si bien la trama se desarrolla en Elysian Fields, la llamó así por el cartel que ostentaba un tranvía que transitando por Royal, regresaba de Desire, su calle de destino final en Marigny, al que regularmente veía pasar desde su ventana. La obra también hizo famosa una línea de tranvía, que sin embargo la ciudad desactivó al año siguiente. Truman Capote, nacido en 1900 en Nueva Orleáns, fruto de un matrimonio tormentoso que no subsistió más allá de su nacimiento, también la describe sucintamente en Una Navidad, la que pasó allí en su niñez junto a su padre, un abogado de la ciudad.

Se ha definido a Nueva Orleáns como la ciudad más musical del mundo, o la Marsella americana, así como también el lugar donde todo es fácil y los buenos tiempos siempre vuelven. Sin embargo en los últimos años, el delito parece haber aumentado significativamente, al parecer sin remedio. Hace décadas, el escritor e historiador John C. Chase la llamó “City of Canals”, no solo por el hecho simbólico de que su principal calle se llame “del Canal” (nombre debido a un canal de drenaje de escasa profundidad e inaccesible a la navegación), sino por poseer 108 millas de canales contra sólo 28 de Venecia.

La furia iconoclasta que azotó no hace mucho a Estados Unidos, dio por tierra en 2017 con el monumento del General Robert E. Lee, obra de Alexander Doyle e inaugurado en 1884. Aunque en verdad, cuidadosamente retirado de su emplazamiento en Tivoli Circle, con destino final incierto. Todo ello por considerárselo un símbolo de la llamada “causa perdida de la confederación, el pasado esclavista y la segregación racial”. Presumiblemente ignorando que indefectiblemente y sin excepción, todos los hombres son un debe y un haber, méritos y deméritos, así como también producto del medio social, la época y educación recibida. En correspondencia con su esposa Lee habría señalado que “la esclavitud era una lacra de la que había que desprenderse” y en plena guerra civil liberó a los esclavos de la plantación heredada por su esposa, en cumplimiento de la voluntad testamentaria de su suegro. Después de una honrosa rendición militar en Appomattox Hall Court House, Lee fue privado de la nacionalidad estadounidense, expulsado del ejército y confiscada la plantación familiar, levantándose en ella el cementerio de Arlington. En represalia, los virginianos lo nombraron rector del Colegio Washington (hoy Colegio Universitario Washington & Lee), falleciendo en 1870 en el ejercicio de sus funciones. Por su parte el Congreso de los Estados Unidos, había resuelto en 1975 que consideraba un gran honor restituirle la nacionalidad americana. Curiosamente la ciudad rinde homenaje al pirata de la Barataria Jean Lafitte, dándole su nombre a una avenida tendida sobre la traza del antiguo canal Carondelet, haciendo caso omiso de que una de sus tantas actividades ilícitas fue el tráfico clandestino de esclavos.

Lanús (BA), 28 de Enero de 2025

Ref.

*) Hoy delimitado por las avdas., Saint Claude, Esplanade, Homer Plessy Way y la calle North Peters. La zona lindante con el Inner Harbor Navigation Canal, (que comunica el río Mississippi con el lago Pontchartrain), se denomina ahora Bywater.

**) La zona comprendida entre el parque Coliseum y las avdas. Jackson, Saint Charles y la calle Magazine, se conoce como: Lower Garden District.

***) La batalla del Cabildo se produjo en la tarde del 5 de marzo de 1873, cuando un nutrido grupo de ciudadanos blancos, armados y capitaneados por Frederick Nash Ogden se presentaron en Jackson Square, intercambiando disparos con la Policía Metropolitana, cuyo Tercer Precinto funcionaba en el edificio del antiguo Cabildo español. El pretexto o motivación de la insurrección consistía en que los agentes de color (estimado en un 15% del total de los integrantes de ese cuerpo), hostilizaban cotidianamente en las calles a los ciudadanos blancos, intimándolos a entregar sus armas. Los insurgentes fueron rápidamente dispersados por el fuego de la policía y poco después, un oficial del ejército federal de ocupación los instó exitosamente a regresar a sus casas.

Por su parte la batalla ocurrida al pie de la calle del Canal o de Liberty Place, se produjo al año siguiente, el 14 de septiembre de 1874 después que una multitud estimada en cinco mil personas, se reuniera por la mañana junto al monumento de Henry Clay (por entonces ubicado en la intersección de las calles Canal, Royal y Saint Charles), pidiendo la renuncia del gobernador republicano William Pitt Kellogg, cuya elección había sido oportunamente tildada de fraudulenta y laudada finalmente a su favor por un tribunal federal. Mientras esto sucedía, la milicia de la Liga Blanca de ciudadanos (demócrata), al mando del General Frederick Nash Ogden, que contaba al menos con mil quinientos hombres decididos, armados y militarmente entrenados, levantaba barricadas en la diagonal Poydras. El gobernador atinó a buscar refugio en la Aduana (un sólido edificio ubicado en la manzana delimitada por Canal, Decatur, Iberville y N. Peters), mientras que la policía metropolitana al mando del Superintendente Algernon Sidney Badger, provista con piezas de artillería y al menos una ametralladora Gatling, se disponía a darle protección tomando posiciones sobre la calle. Los acontecimientos se precipitaron a las cuatro de la tarde cuando, contra todo pronóstico, la milicia de la Liga Blanca protegida por la acción de francotiradores estratégicamente ubicados en edificios de la calle Canal, avanzó, disparó y puso en fuga en minutos a la policía metropolitana, cuyos integrantes también buscaron amparo en la Aduana, o se retiraron a sus domicilios. En el barrio francés la milicia estadual, uniformada e integrada por soldados de color al mando del ex General confederado James Longstreet, que debía dar protección al Capitolio Estatal ubicado en el Hotel Saint Louis (lugar que hoy ocupa el Royal Orleans, en Royal y St. Louis), terminará desertando de sus puestos y escapando del edificio, para finalmente rendirse sin combatir, al igual después lo harían el Precinto del Cabildo y el Arsenal. Por dos días la victoria demócrata fue completa, pero el presidente de la nación Ulises S. Grant ordenó al ejército federal de ocupación intervenir en el conflicto, reponer en su cargo y sostener con la fuerza de las armas al gobernador depuesto. La revolución fue saldada con treinta y cinco muertos entre ambos bandos, daños materiales y numerosos heridos. El desprestigio y consiguiente pérdida de votos por parte de William Pitt Kellogg a partir de ese momento, sumado a la disolución de la policía metropolitana y de la milicia estadual, confirmarían la sensación de un triunfo político final absoluto de los demócratas. Más tarde, la Suprema Corte de Justicia de Luisiana, legitimó en un fallo el movimiento revolucionario, sosteniendo que el 14 de septiembre de 1874 no fue un motín, sino un movimiento patriótico de la población, en defensa de su sagrado derecho de resistencia a la opresión y a la usurpación (Vid Henry Street et al. Vs. The City of New Orleans). El compromiso de Washington de 1877, que puso fin a la ocupación y la victoria electoral de Nicholls en 1876, harían el resto.


Bibliografía sobre Nueva Orleáns, su gente y su música:


  • Armstrong, Louis. Satchmo. - My life in New Orleans, 1986
  • Bellocq, E. J. - Storyville Portraits, 1970
  • Bethell, Tom. - George Lewis. A jazzman from New Orleans, 1977
  • George Lewis, jazzista de Nueva Orleáns, 1980
  • Biagi, E. y otros. - I fiume, Il Mississipi, 1975
  • Brock, E. J. - Images of America. New Orleans, 1999
  • Burton Harter, J. & Tucker, M. L. - The Louisiana Portrait Gallery, Volume 1° to 1870, 1979
  • Campanella, Richard. - Lost New Orleans, 2015
  • Capote, Truman. - Una Navidad, 1984
  • Carpet Bag & Misrule in Louisiana, by The Louisiana State Museum, 1938 (Curioso ejemplar encuadernado que perteneció a la biblioteca Juan XXIII, del desaparecido St. Mary’s Dominican College (1910 – 1984), de Nueva Orleáns y obsequiado a la misma, conforme reza un Ex Libris en su contratapa. Fue adquirido en 2019 en la anticuaria Librairie Bookshop, ubicada en el nro. 823 de la calle Chartres. El bellísimo edificio del Colegio en la Avda. St. Charles, forma parte ahora de la Universidad de Loyola).
    • Nota: La expresión “carpet bag” del título, hace alusión a los “caza fortuna” norteños que hacían una valija o bolso con alfombras viejas, colocando allí todo el dinero que pudieran reunir, así como objetos varios de valor. Su intención era viajar al sur económicamente arruinado por la derrota, al igual que sus ciudadanos, y comprar con poco dinero en efectivo importantes bienes inmuebles. Sus cómplices locales los llamados “scalawags,” señalaban a las personas que, acosadas por deudas de cumplimiento inmediato, estarían dispuestas a vender por mucho menos, propiedades inmobiliarias que valían mucho más.
  • Christian, M. - Negro Iron makers of Louisiana 1718 – 1900, 1972
  • Curt, Bruce. - Great Houses of News Orleans, 1986
  • Davis, M. W. - Thirty two Picture postcards of Old New Orleans, 1979
  • Faulkner, W. - Historias de Nueva Orleáns, 1964
  • Fontana, L. - New Orleans and her jazz Funeral Marching Bands, 1980 (Ejemplar Nro. 292 de una Edición Limitada de 2000 ejemplares, firmados por el autor.)
  • Fontenot, M. A. & Landry, J. - The Louisiana Experience, 1983
  • Forbes, S. - New Orleans, city of many dreams, 1983
  • Gibbon, D. - New Orleans a picture book to remember her by, 1978
  • Hermann, B. M. & Dufour, C. “Pie”. - New Orleans, 1980
  • Hoditch, K. & Freeman Leavitt, R. - Tennessee Williams and the south, 2002
  • Horiba, M. - Guide au Vieux Carré de la Nouvelle Orléans, 1977
  • Huber, L. V. & Wilson Jr., S. - The Basilica on Jackson Square, 1972
  • Keating, S. - New Orleans, then and now, 2018
  • Mark Twain (Samuel Langhorne Clemens). - La vida en el Mississipi, 1883
  • Musée Conti. - Historical Wax Museum of New Orleans, 1964
  • New Orleans 2019/20 - (Iron willed by Kit Wohl)
  • Oderigo, N. R. - Orígenes y esencia del jazz, 1959
  • Osborne, M. L. & Dims, P. - New Orleans, the passing parade, 1980
  • Pickles, T. - New Orleans 1815. Andrew Jackson aplasta a los británicos, 1995
  • Abate Prévost. - Manon Lescaut, 1984
  • Ronquillo, L. - Matters of Life and Death, 1979 (Ejemplar Nro. 324 de una Edición Limitada y Numerada de 1000 ejemplares)
  • Rose, Al & Souchon, E. - New Orleans Jazz. A family album, 1978
  • Schafer, W. J. - Brass Bands & New Orleans Jazz, 1977
  • Spratling, William & Faulkner, William. - Sherwood Anderson and other famous creoles. Edición facsimilar de la Universidad de Texas, 1966 (La primera edición de esta obra la realizó: Pelican Bookshop Press, en Royal Street, New Orleans y consta de dos tiradas: 1926 y 1927).
  • Stanforth, D. - Romantic New Orleans, 1979
  • Williams, Tennessee. - Un tranvía llamado Deseo, 2007
  • Wohl, K. - New Orleans Icons Iron Lace, 2018


sábado, 24 de noviembre de 2018

Los caballeros andantes de Martín de Riquer.

Martín de Riquer. Los caballeros Andantes Españoles. Revista de Occidente fundada por José Ortega y Gasset. Año III°, Segunda Época, Nro. 25. Madrid, 1965






“también el coraje envicia
a quién le da noche y día;” *

Señalaba el académico e historiador medievalista Martín de Riquer, conde de la Casa de Dávalos (1914 – 2013), que su par  holandés Johan Huizinga (1872 – 1945), en El otoño de la Edad Media, refirió  hechos de caballería documentados acaecidos en Francia, Borgoña y Flandés, pero muy escasamente a otros similares ocurridos por ese tiempo en España,  debidamente registrados en las crónicas de Juan II de Castilla, El “Passo Honroso”  de Suero de Quiñones o El Victorial de Gutiérre Díez de Games durante el siglo XV español. Ello revela que el caballero andante, profesión a veces rentada y/o premiada por reyes y señores, no fue un personaje meramente literario sino de la vida real, como lo fueron los albañiles y banqueros de la misma Edad Media, documentado en fuentes francesas tales como Manstrelet y Olivier de la Marche, o en las portuguesas de Zurara.

Dice asimismo que “Hechos de armas” se encuentran también registrados en los archivos de la Corona de Aragón y en manuscritos de la Biblioteca Nacional de Madrid, señalando el autor que logró rescatar alrededor de doscientos episodios de luchas caballerescas, en los que participaron españoles de aquel tiempo con el propósito de darlos a la estampa.

Citaremos entre los mencionados en el artículo, los casos de:

Pere de Cervelló, camarlengo de Martín I de Aragón quién un 18 de mayo de 1399 festividad de Pentecostés, decide con la venia del rey partir a París a fin de enfrentar a dos caballeros  franceses de una Orden recientemente creada por un tal Boucicot (apelativo del afamado chevalier  Jean Le Meingre),  conocida como L’ Ecú Vert á la Dame Blanche. Enfrentó allí no solo a dichos caballeros, sino también a su compatriota P. de Perellós, quién el 23 de diciembre había fugado de Zaragoza con rumbo a Francia “a fin de cumplir ciertas armas con un caballero de dicho reino”. Aceptó a la postre el primero de ellos, el desafío de un jovencísimo y por entonces inexperto escudero bretón llamado Guillaume du Chastel, lance que se concretó en Segovia el 15 de septiembre de 1401, bajo el auspicio de Enrique III de Castilla, quién ofició como juez de la contienda. En la ocasión, el retador solicitó al rey un salvoconducto para trasladarse a Castilla con  doscientas acompañantes  y  otros tantos caballos.

Pero Niño quién fue invitado en 1406 por seis caballeros franceses, para ocupar en su Orden el lugar del citado mosén Guillaume du Chastel, destacado en la guerra contra los ingleses y muerto en batalla en 1404, en circunstancias del desembarco de Darmouth.

Ramón de Perellós, vizconde de Perellós y de Rada, quién obtuvo permiso del rey Ricardo II de Inglaterra, mediante un salvoconducto firmado en Westminster el 6 de Septiembre de 1397, para ingresar con veinte de sus hombres, en la gruta de ultratumba conocida como Purgatorio de San Patricio en el noroeste de Irlanda. Su intención era interesarse sobre la suerte corrida por Juan I de Aragón en lo relativo a su salvación personal.

Miquel d’ Orís oriundo de la comarca de Vich, quién se estableció en París en 1400, dispuesto a enfrentar a cualquier caballero inglés que se atreviese a desafiarlo, reto transmitido públicamente por su heraldo moro Alí en Calais y aceptado por John Prender Gast, de la corte del conde de Sommerset. 

Felipe Boyl por su parte enfrentó en 1415 al caballero castellano Lope Alfonso de Montemolín en la plaza portuguesa de Ceuta; encuentro presidido por Don Pedro de  Meneses conde de Viana, habitual juez de esos encuentros. Con posterioridad  Boyl se presentaría en Inglaterra paseándose con un cartel de desafío en idioma inglés, reto  aceptado por el escudero John Astley. El encuentro se produciría en Smithfield el 30 de enero de 1442 ante el Rey Enrique VI de Inglaterra, quién premió al valenciano con cien libras a raíz de su desempeño.

Gutierre de Quijada, señor de Villa García “un des plus redoutés chevaliers de toutes les Espaignes”, quién participó en el Passo Honroso de 1458  matando al caballero Suero de Quiñones y enfrentando más tarde en Saint Omer, a Jean de Luxembourg, bastardo de Saint - Pol, señor de Haubourding.

Al parecer los “chevaliers  errants” vagaban por el mundo provocando a otros caballeros a la lucha, presentándose en justas y torneos, o atraídos por el desafío de otros caballeros.

Armadura para campo y torneo de 1540

Relata Riquert que uno de los más afamados estilos de convocatoria fue el conocido como “Passo de Armas”, por cuanto congregaba a gran cantidad de aventureros, levantándose tablados y palcos para el público asistente y jueces intervinientes. Las condiciones de tales encuentros eran fijadas previamente en los capítulos dados a publicidad por reyes de armas, farautes, poursuivants y trompetas. El retador o mantenedor del passo, hacía saber que durante un determinado número de días se establecería en un punto señalado de un camino transitado, a fin de romper lanzas con los aventureros que aceptaran su desafío; que de producirse, podía concluir con la rendición o eventualmente la muerte de uno o mas de los participantes, convirtiéndose en el último caso en mártires de la caballería, que rara vez se autorizaba fuesen enterrados en sagrado.

Menciona el autor entre los más destacados, el Passo de la Fuerte Ventura, consistente en una fortaleza construida en madera con torres, estandartes, un grifo dorado, un navío y una rueda de la fortuna, celebrado en Valladolid el 18 de mayo de 1428, en el cual murió el mantenedor Álvaro de Sandoval. El Passo Honroso ocurrido en puente de Orbigo  en el  camino de Santiago, entre los días 10 de julio y 9 de agosto de 1434, defendido por Santiago Suero de Quiñones con otros nueve mantenedores. Se rompieron durante el mismo ciento sesenta y cinco lanzas aunque se habían prometido trescientas, asistiendo al mismo sesenta y ocho aventureros.

En 1440 Ruy Díaz de Mendoza defendió en Valladolid un passo convocado en ocasión de las bodas del infante Don Enrique y la princesa Doña Blanca, el que debió ser interrumpido al morir los caballeros Pedro Puertocarrero y Juan de Salazar, quedando otros tres gravemente heridos. Durante el Pas de L’Arbre de Charlemagne en Dijon (1443), el caballero español Pedro Vázquez de Saavedra enfrentó al duque de Charny. Por su excelente actuación el duque de Borgoña lo premió y convirtió en su chambelán, sirviéndose posteriormente de él en embajadas y guerras por mar y tierra. Participó en el mismo, el caballero y destacado escritor castellano mosén Diego de Valera quién enfrentó al mantenedor Tibauit de Rougemont. Valera sería más tarde derrotado por Jacques de Challant, señor de Manille, en un encuentro personal ocurrido en Dijon, en el que fue derribado de su corcel.

El 13 de noviembre de 1455 en la Plaza Born de Barcelona se realizó el Pas du Pin Aux Pommes D’Or, cuyo desembolso ascendió a treinta mil florines para su costeador y mantenedor el Chevalier du Pin conde de Foix. Consistió en defender un pino provisto de manzanas de oro, bajo el cual estaba sentada La Dama de la Foresta Secreta, a la cual los caballeros perdidosos estaban obligados a obsequiarla con un rubí.

Observa finalmente el autor que las novelas de caballería del siglo XV como el Curial e Güelfa, el Tirant lo Blanche o el Amadís de Gaula entre otras,  fueron  reflejo de la sociedad  de aquella época retroalimentándose ambas en forma reciproca. Por nuestra parte, concluiremos señalando que a personajes como los arriba descritos, les serían tal vez aplicables versos plasmados cinco siglos más tarde, dedicados a otros sujetos de probado coraje aunque de cuestionada honestidad y oscuro linaje, que dicen: “hombres de amor y de guerra / y en el peligro  primeros, / la flor de los cuchilleros / y ahora los tapa la tierra.”*
                                                                                                           
                                                                                                            José Luis Mignelli

*Jorge Luis Borges (Milonga de dos hermanos. Para las seis cuerdas. Buenos Aires, 1965)

                                                                                                    
Glosario:
Aventurero: caballero que acepta un desafío.
Capítulos: condiciones del reglamento a las cuales se debían ajustar los encuentros de un Passo de Armas, establecidos por el promotor del mismo.
Chambelán: camarlengo, camarero.
Chevaliers errants: caballeros andantes.
Faraute: heraldo, mensajero, entremetido.
Mantenedor o retador: el caballero desafiante posicionado en el lugar a defender.
Poursuivants: (lit. perseguidores, perseverantes). Alusión a “persevante de armas”, oficial de armas de menor rango dependiente de un noble o colegio heráldico.
Redoutés chevaliers: caballeros de temer o capaces de inspiran temor a causa de su destreza.
Reyes de Armas: título de dignidad y máximo honor concedido por los reyes a meritorios y esforzados caballeros, desprovistos de armas y asistentes a los torneos para decidir en situaciones dudosas, así como sobre los premios y remuneraciones a adjudicar a los participantes. Estaban encargados además del registro de los blasones (escudos con sus símbolos) y a la observancia de las leyes heráldicas.
Romper lanzas: referencia a un encuentro o desafío en el que se producía la rotura de las lanzas (labradas generalmente en madera de fresno), portadas en justas y torneos, al golpear contra el escudo y/o armadura del oponente dando en tierra con él.
Trompetas: alusión al portador del instrumento y al toque del mismo, solicitando atención  en forma previa al anuncio de un acontecimiento.




sábado, 1 de septiembre de 2018

Los cuchillos de combate. Su Origen y Evolución.



A la memoria del ingeniero José María Fojo, asesor de computación de este blog quién ya mora en otras luces.                                                                                          
                                                                                   

                                                                                                Por José Luis Mignelli
En un cajón hay un puñal.
Fue forjado en Toledo, a fines del siglo pasado;
………………………………………………………………………..
Es más que una estructura hecha de metales; los hombres lo pensaron y lo formaron para un fin muy preciso; es, de algún modo eterno, el puñal que anoche mató a un hombre en Tacuarembó y los puñales que mataron a César.
Jorge Luis Borges. El Puñal
                                                                                                             
Reiteradamente descrito como la más antigua herramienta humana, el cuchillo, voz derivada del latín cultellum, asienta también su prestigio y vigencia en su doble calidad de arma – instrumento. 1) Desde su origen en la Edad de Piedra, durante el Paleolítico Inferior conocido como período Musteriense, habrían aparecido los primeros cuchillos elaborados preferentemente en pedernal u obsidiana o en su defecto en ofite, pizarra o cuarzo. 2) Se trataba de instrumentos meramente utilitarios, provistos de anchas hojas con punta redondeada, cuyos filos curvos permitían bajo presión un corte acabado. Con anterioridad el hacha primitiva desprovista en su origen de empuñadura, había reinado por un dilatado período. También hubieron  cuchillos elaborados con materiales alternativos y escasa capacidad de corte aunque si de penetración, tales como huesos, asta, marfil, espinas de grandes peces y dientes de animales, algunos de los cuales resultarían alternativamente utilizados en la confección de cabos.

La aparición del cobre en pequeños trozos y en yacimientos a cielo abierto, que a la postre resultaron agotados, permitió a los artesanos la confección de hojas algo mas duras y resistentes sin llegar a la excelencia, cuyo martillado en frío permitía obtener un filo relativamente duradero. Su ventaja adicional consistía en ser susceptibles de reparación ante deformaciones y rajaduras, así como de refundidos sucesivos, una vez que los artesanos llegaron a dominar ese  procedimiento. 
   
Similares características mantuvieron en principio gran parte de los cuchillos líticos durante el interregno del cobre y del bronce (1500 AC), así como muchos de los forjados durante la Edad del Hierro (1000 AC), con su consiguiente evolución  consistente en la carburización de ese mineral, que daría  al cuchillo su versión definitiva al proveerlo de una hoja, su alma y verdadera esencia, dotada de resistencia, dureza y filo durable. Fue también durante la época del bronce en que aparecieron los primeros cuchillos de combate, los que requerían de hojas más estrechas, de contorno triangular u ojival, provistas de filos rectos u oblicuos para facilitar la penetración.

Un centro de importancia en la producción de hojas de bronce fue la provincia de Luristan en la antigua Persia, hoy república de Irán, que se caracterizó por la calidad y variedad de su producción total. Así también el Talychistan, región que deriva su nombre de una lengua iraní viva conocida como talysh o talyche, al  sur del mar Caspio y  en Azerbaiyán.

Dado que el conocimiento de la metalurgia ascendió desde el sur de Europa en el Mediterráneo hacia el norte de ese continente, los artesanos de Escandinavia que vivían los estertores de una dilatada Edad de Piedra, copiaron en pedernal u obsidiana el diseño de las primeras dagas de metal traídas por mercaderes trashumantes. Estas copias líticas continuaban llevando  el  consiguiente riesgo de fragilidad, consubstancial a la naturaleza del material empleado, capaz de brindar  filos cortantes pero también de quebrarse  sin posibilidad  alguna de reparación. Especímenes estos cuyo espacio de tiempo transcurrió c. 1800/1500 AC, conocido como Dolktid, o período de las Dagas Escandinavas.

La ventaja del hierro sobre el bronce, metal este último obtenido por la aleación  del cobre con un diez por ciento de estaño y algo de arsénico, en su proporción más idónea, consistía en su abundancia. Su primera fuente de abastecimiento fueron los meteoritos, conocidos por los sumerios como metal del paraíso y por los egipcios como cobre negro de los cielos. En su defecto podía también obtenerse mediante hornos cavados en las laderas de las elevaciones montañosas, en los que se depositaba mineral de hierro entre capas de leña. Al quemarse esta con ayuda del viento que avivaba la llama en forma continua, convertíase la leña en carbón y el mineral en hierro metálico.

En una primera evolución se obtenía un hierro acerado cuya distribución de carbono estaría lejos de la uniformidad. Solo se obtendría verdadero acero con la debida proporción de carbono, mediante el martillado repetido de la pieza en caliente, en el que los cristales de ferrita y cementita, se convertirían sucesivamente en perlita y austenita, momento indicado para la consumación del templado, mediante la súbita inmersión de la pieza en agua fría que la llevase al estado de martensita. Este último estadío requería a su vez del revenido en caliente,  para eliminar su excesiva fragilidad, brindando resistencia ante los golpes y flexibilidad.

El hierro fue desarrollado por primera vez por los artesanos de las montañas de Anatolia, durante el Imperio Hitita (1500 AC), quienes concibieron el modo de trabajarlo, mas complejo que la fundición del cobre y el bronce, cuyo producido podía ser volcado en moldes de piedra o arcilla compuestos por piezas dobles. Los hititas guardaron celosamente su secreto, en razón de la ventaja militar que les confería y por imperio de la prohibición legal vigente. Lo cierto es que habrían sido los primeros en contar con armas de hierro, y que las piedras de sus murallas estaban encadenadas con zunchos de ese material unas con otras. No fue hasta la caída de este imperio hacia el 1280 AC, que el secreto del hierro se expandió por el medio oriente, y de allí entre griegos y egipcios, llegando más tarde a las islas británicas y el Indostán (1200 AC), por la cultura Hallstatt. 3) cuyos artesanos reprodujeron en principio el diseño de las dagas de hojas triangulares u ojivales de la época del bronce, pero mas tarde desarrollaron nuevos diseños privilegiando hojas más estrechas, vaciadas a dos mesas separadas por una espina, de doble filo y sección romboidal. La cultura de origen celta La Téne (500 AC) 4) que la sucedió, optó en cambio por dagas de un filo  vaciadas a partir del lomo, diseño que brindaba alternativas utilitarias. Bajo los francos aparecería el Scramasax, cuyo uso se extendió a  germanos y vikingos, y consistió  en  un cuchillo de gran porte desprovisto de cruz, cuya hoja vaciada a una mesa presentaba un lomo recto cuyo extremo se curvaba para encontrar el filo y formar la punta. No obstante lo expuesto en cuanto a su diseño, en la catedral francesa de Aix La Chapelle (Francia), se conserva un ejemplar de Scramasax cuya titularidad se atribuye a Carlomagno, *) cuyo lomo remata en un contrafilo incurvado. Definido como “el arma de los hombres libres”, fue considerado apto para la caza como para  la guerra, y contó con una versión reducida en tamaño entre los pueblos germánicos conocida como Hauswerh y Bauerwerh, al que los franceses llamaron  Braquemard. 5)

Si bien los jefes romanos utilizaron una daga muy corta con hoja de contorno romboidal o triangular llamada Parazonium, no tuvieron las dagas mayor desarrollo entre ellos, presumiblemente por su similitud con la corta espada que caracterizó al legionario, a la que agregarían mas tarde la Falcata ibérica, igualmente reducida en longitud y provista de un filo en arco. Sería a partir de la Edad Media  que las dagas ganarían mayor difusión entre los distintos estamentos de la sociedad, multiplicándose su demanda y surgiendo nuevos diseños. En razón de lo expuesto, describiremos sucintamente a algunas de ellas,  como: I) la daga Redonda o “Roundel dagger”, así llamada por cuanto pomo y guarnición consistían en piezas similares de forma discoidal, aunque el primero podía ser a veces esférico. Conocida por los franceses como “Dague á Rouelles”, fue portada por los caballeros de Europa occidental entre los años 1400  y 1569 DC. Sus hojas presentaban normalmente dos filos, aunque también las hubo de uno solo  y  su sección podía ser triangular o lenticular. A causa de su rigidez, la hoja era apta para penetrar la cota de malla o los intersticios del arnés blanco. II) La daga Baselard,  cuyo nombre deriva de la ciudad de Basilea en Suiza, presentaba una empuñadura semejante a una letra “I” latina, de molde y mayúscula, o a una “H” recostada sobre la horizontal, por cuanto también en ella pomo y guarnición consistían en piezas idénticas rectas o curvas, ubicadas en los extremos opuestos del cabo. Fue portada por caballeros italianos y alemanes durante los siglos XIV y XV, pero  abandonada por éstos, fue adoptada por civiles y soldados de infantería hasta el siglo XVI. Su evolución final fue la daga Holbein (Holbein dagger), un diseño cuya reviviscencia se operó en la  década de 1930’s con las “dress daggers”, portadas por las SA, SS, NSKK, y NAPOLAS en la Alemania Nacional Socialista. Dominique Venner y Ch. H. Tavard sostienen, basados en una fuente francesa de 1722, que la daga Holbein estuvo inspirada en un puñal usado por los  romanos y que puede observarse en la cintura de los soldados representados en la columna de Trajano en Roma. Su nombre derivaba de la profusa decoración de sus vainas con escenas de “La danza de la muerte” obra pictórica del pintor renacentista Hans Holbein el joven. III) La  daga de Gavilanes o “Quillón dagger”, la que data en sus orígenes del siglo XIII y copia los gavilanes (quillons), o defensas característicos de la espada pero en dimensiones adecuadas a su  tamaño. IV) La daga Testicular o “Ballock  dagger”, llamada también Riñonera (Kidney dagger), por razones pudorosas, ya que se caracterizaba por presentar dos protuberancias a cada lado del cabo en calidad de guarnición, que se asemejaban a los genitales masculinos. V) Los Estiletes provistos de hojas cortas y estrechas de sección triangular o cuadrangular, con filos romos, cortos gavilanes rectos rematados en discos o botones y cabos de madera, asta o metálicos, a veces de forma helicoidal, o en forma de una columna compuesta por figuras geométricas superpuestas. VI) La daga de Campesinos o “Peasant dagger”, que más arriba mencionamos en ocasión de referirnos a la evolución del Scramasax entre los  germánicos. VII) Los diversos modelos de  daga para la mano Izquierda, “dague Main Gauche” o “Left Hand dagger”, características del siglo XVII y utilizadas  en los  duelos de armas dobles en los que el Rapier se acompañaba con una daga o una rodela en la siniestra. VIII) La daga italiana de Cinco Dedos o “Cinquedea”, procedente del norte de Italia cuyo nombre deriva para algunos, de los cinco dedos de anchura de su hoja junto a la cruz y para otros, de una antigua daga  veneciana  caracterizada por los cinco dedos de longitud de su hoja. Apareció la Cinquedea a mediados del siglo XV extendiéndose su uso hasta 1520. Destacábase por su profusa ornamentación con cabos de marfil, madera, hueso o bronce, así como por los canales continuos o fragmentados, que surcaban las mesas confluyendo hacia la punta. Su cruz de estilo arábigo en forma de herradura, curvaba los gavilanes hacia la punta, aunque también los hubo rectos. IX) La daga Mediterránea o “Mediterranean dirk”, fue originaria de Cerdeña extendiendo su influencia a Francia y España. Data en sus orígenes de mediados del siglo XVII,  manteniendo su presencia hasta bien entrado el XIX. Las hubo de uno o dos filos y carecían de cruz, presentando en cambio un complejo y elaborado botón de hoja. Cabe por fin mencionar al dirk escocés, una daga a veces procedente de restos de espadas quebradas, cuya aparición data de fines del siglo XVII y al “sgian dubh” voz gaélica que significa pequeño cuchillo negro, portado hasta hoy por los escoceses en la media de su traje tradicional. Este habría surgido a causa de la derrota sufrida por los jacobitas de Stuart en Escocia, a manos de la Inglaterra de los Hannover, en la Batalla de Culloden, librada el 16 de Abril de 1745 y  conocida como la “aflicción o tristeza de Culloden”. A consecuencia de la misma se prohibió a los escoceses la portación de su broad sword y del dirk, utilizándose a partir de entonces el sgian dubh,  de solo tres o cuatro pulgadas de longitud de hoja como símbolo de resistencia. La versión militar de estos cuchillos supone como norma un cabo de ébano labrado en cris cross, guarniciones de plata y pomo con incrustaciones de una variedad de cuarzo conocida como “cairngorm”. Su hoja es de contorno isoscélico, de un solo filo  y vaciada a una mesa, con el lomo trabajado en “file work” en las cercanías de la empuñadura. Muy pocos presentan canales en sus hojas y los de uso civil pueden tener cabo de asta.



"Dress daggers" para oficiales del Aire: Francia, 1934 y Luftwaffe. Segundo modelo, 1937. 

Entre los cuchillos 7) de ataque y defensa del siglo XIX no puede omitirse la mención del Bowie, que comprende para los estadounidenses a todo cuchillo de gran tamaño, incluido el Palillo de Dientes de Arkansas, una daga de hoja aguzada y doble filo, cuyo uso fue también reglamentado o prohibido, como el mismo Bowie, por algunas legislaturas estaduales durante la primera mitad de aquél siglo; aunque la violencia alcanzara a veces a las autoridades mismas. Así lo prueba el suceso acaecido el 4 de Diciembre de 1837 en la Sala de Representantes del Estado de Arkansas, cuando un cambio de palabras entre el  Mayor J. J. Anthony del condado Randolph y el orador (speaker), en uso de la palabra Coronel John Wilson concluyó con un dramático resultado. La irritación creció al punto de que Wilson poniéndose de pie avanzó hacia Anthony, no sin antes desenvainar un cuchillo Bowie con hoja de nueve pulgadas de longitud. Anthony hizo lo propio desenvainando el suyo propio, que superaba al de Wilson en tres pulgadas más de hoja. Si bien un amigo común intentó infructuosamente de interceder en  la disputa, el choque fatal se produjo. Wilson recibió una cuchillada en un brazo que le produjo un desmayo, por la abundante perdida de sangre sufrida, no sin antes herir mortalmente a Anthony en el pecho. Wilson fue finalmente exonerado y expulsado de la Sala de Representantes, siendo declarado por la justicia culpable de homicidio excusable.


Smithsonian Bowie de Randall.

La historia del cuchillo Bowie es conocida por lo que mencionaremos sucintamente los aspectos más técnicos y controvertidos de la misma. Al parecer el primer Bowie fue un cuchillo rústico de caza, cuya confección habría confiado Rezin Pleasant Bowie a uno de sus operarios llamado Jesse Cliffe, y que obsequió mas tarde a su hermano James**) como arma de defensa. Su diseño correspondía al de una daga Mediterránea, careciendo por tanto de punta clip, recazo y cruz, al que se adicionó mas tarde por razones de seguridad un óvalo metálico para evitar que en una situación extrema, la mano resbalara accidentalmente hasta el filo. Éste sería el cuchillo de nueve pulgadas y un cuarto de longitud de hoja, que habría empuñado James Bowie en la llamada batalla de “Vidalia Sand Bar”. Mas tarde Rezin encargaría al artesano Daniel Searles de Baton Rouge, Louisiana, cuchillos de similar diseño y mejor factura, con los que solía distinguir a sus amistades. Uno de ellos, obsequiado a H. W. Fowler U.S.D., se conserva hasta el presente en el repositorio de El Álamo en Texas. En el invierno de 1830 o 1831, James Bowie habría visitado al artesano James Black del pueblo de Washington, Condado de Hempstead, Arkansas, solicitándole la realización de un cuchillo sobre la base de una plantilla de madera que le entregó como modelo. Dice la tradición que en el momento de retirarlo, Black ofreció a Bowie por el mismo precio un modelo alternativo, el que incluiría por primera vez un contrafilo incurvado y por el que Jim habría finalmente optado. Sería este el cuchillo con el que se defendió en el frustrado asalto que sufriera en un paraje conocido como “Natchez Under The Hills”. Versiones alternativas han puesto en duda que Black haya confeccionado el primer Bowie, su presunta artesanía en la hechura y templado de las hojas, así como  su afamado “hickory test” de aprobación final, y hasta por fin su misma existencia. Se ha sostenido también que la punta clip correspondería a un diseño o interpretación del Bowie, realizado por las  firmas inglesas del rubro cuchillería, que introdujeron sus productos en la década de 1830’s, a partir de una visita realizada en 1836 por George Wostenholm, titular de Washington Works de Sheffield, con intención de estudiar las posibilidades del mercado estadounidense para su marca I*XL (combinación de letras cuya fonética inglesa reza: “Yo excedo o supero”). Sin embargo un cuchillo seleccionado por el mismo Bowie para su uso por las tropas de Texas, del que un ejemplar se exhibe en el museo de El Álamo, presenta el clásico contrafilo incurvado. El arma en cuestión había sido obsequiada por el Coronel J. Bowie a  Don Augustine Barrera en 1835. B. R. Hughes señala que el Washington Telegraph, en una temprana edición correspondiente al 8 de Diciembre de 1841 y en un artículo titulado “The Bowie Knife”, afirma que el primer cuchillo Bowie fue realizado en el condado de Hempestead, Arkansas, por el artesano James Black para un hombre llamado James Bowie asesinado en El Álamo. Asimismo y en apoyo de esa documentación, el mismo Hughes aporta el testimonio de Gwendolyn M. Burke, nieta de Rezin y por tanto sobrina nieta de James, quién afirmó en una  carta, que su tío abuelo viajó efectivamente a Arkansas a fin  de obtener un cuchillo. Ratifica lo expuesto al señalar “we have all grown up with the understanding that he did.” La afirmación de la autoría del primer Bowie por Black, surgía también de las memorias del gobernador de Arkansas, Daniel Webster Jones quién lo cuidó y protegió, como antes lo habían hecho sus padres, en los últimos años de su vida. A. H. Garland, quién también fue gobernador de Arkansas en el período 1874 – 1876 y dos veces senador de los Estados Unidos, afirma en una carta dirigida al juez W. H. Pope fechada en 1895, que había conocido en su niñez y en el pueblo de Washington a James Black. Sostiene al respecto que era un blacksmith y silversmith (herrero y platero), procedente de Filadelfia al que los niños llamaban “Uncle Jimmy Black”, quién trabajaba duro y bebía mucho también, perdiendo finalmente su visión como consecuencia de la alta exposición al fuego durante el trabajo en su taller. Garland sostiene que Black relató en más de una oportunidad, la visita que James Bowie realizó a su herrería, en la que le solicitó la hechura de un cuchillo empleando los mejores materiales disponibles, en base a una plantilla que le suministró confeccionada en madera blanda. Ante la requisitoria de Black, Bowie le habría manifestado que necesitaba el cuchillo como arma de defensa personal, durante las travesías que solía realizar por el dilatado estado de Arkansas. Sin perjuicio de errores y contradicciones, varios autores confirman  la historia de James Black, como hacedor del primer  Bowie, entre ellos Maro O. Rolfe (Arkansas, A History. Madison, 1904), Fay Hempstead (Pictorial History of Arkansas. Saint Louis, 1890), Weston A. Goodspeed (Biographical and Historical Memoirs of Northest Arkansas. Chicago, 1889), W. H. Pope (Early days in Arkansas. Little Rock, 1895), Dallas T. Herndon (High Lights of Arkansas History. Little Rock, 1922) y hasta el mismo Raymond W. Thorp en su Bowie Knife del año 1948, quién los cita expresamente.



John Wayne Commemorative Bowie. Limited Edition.

Lucy Leigh Bowie descendiente de la familia, escribió en 1916 que los hermanos Bowie viajaron al norte en 1832 con destino a Filadelfia, a fin de que Rezin recibiera asistencia médica del Dr. Pepper, un acreditado médico de esa ciudad,  por un problema en su vista. Rezin aprovechó la oportunidad para visitar también al artesano Henry Schively, domiciliado en el 75 de la calle Chestnut de aquella ciudad, a quién exhibió uno de sus cuchillos. Mejorado el diseño, el artesano lo colocaría mas tarde en el mercado. La versión introducida por Schively  presentaba  una hoja acortada a solo ocho pulgadas de longitud total, con recazo plano y una cruz de cortos gavilanes. Mantenía sin embargo el lomo recto pero con un profundo bisel en forma de media luna, practicado en solo una de las mesas.



Custom Bowie de Buck.

Debe decirse que el contrafilo incurvado no constituía una novedad en esa época, ya que algunas armas blancas del medio oriente y sus copias europeas,  presentaban en el remate de sus hojas un pequeño contrafilo en forma de media luna. Robert Barincou en un trabajo titulado Le Bowie Knife, exhibe un ejemplar de bayoneta de taco española del siglo XVIII, biselada y vaciada a una mesa, que también remata en un prolongado contrafilo incurvado. Una variante de la spear point y de la clip point, descrita por Harold L. Peterson  fue la slanted point, consistente en un contrafilo inclinado pero recto, de posición oblicua respecto del lomo y el filo de la hoja.

Numerosas firmas inglesas introdujeron cuchillos Bowie en el mercado americano de aquella época, entre ellas  Joseph Rodgers,  Moss & Gambles, James Rodgers & Co., Joseph Allen & Son, E. M. Dickenson,  William Jackson & Co., John Lingard, y Wade & Butcher. La demanda de estos cuchillos se incrementó en ocasión de la guerra entre Méjico y Estados Unidos (1846 -  1848), que concluiría con el tratado de Guadalupe Hidalgo de ese último año,  así como en ocasión de la fiebre del oro en California  y de la guerra entre los estados, en la que aparecerían los “Battle Bowies” de rústica hechura, con una empuñadura guardamano conocida como “D – guard”,  y largas hojas con punta clip o de lanza. Los Bowies de fina factura inglesa solían presentar leyendas alusivas a la ocasión y al  comprador, como “California Knife” o “Good as Gold” durante la fiebre del oro que dio comienzo en  1849, o “Death to Abolition” durante la Guerra de Secesión (1861/65), para el mercado confederado. Una de sus posteriores evoluciones pudieron ser los “folding Bowies”, plegables de tamaño reducido, producidos por firmas inglesas como Samuel C. Wragg, R. W. Butcher, o R. J. Lingard. Así también los tardíos Bowies de San Francisco, con cabos finamente decorados, hojas spear point, guarnición o cruz apenas insinuada y vainas enteramente metálicas de plata; producidos por las prestigiosas  Michael Price o Will and Finck  de aquella ciudad. La segunda produjo también las primeras Push Daggers, con cabos de posición transversal respecto de sus hojas de doble filo y mesas separadas por una cresta, que obligaba a empuñarlas en forma parecida a un Katar. Recreadas hoy por Cold Steel, también existen versiones realizadas por artesanos de la talla de James J. Barry, Bob Hayes o Stephen Schwarzer, entre otros. 



Confederate Bowie de Randall, Custom Bowie de Buck  y I*X.L. spear point Bowie.

La decadencia del Bowie fue consecuencia de la evolución de las armas de fuego, ya que las primeras pistolas de percusión, avancarga y monotiro, cedieron su paso a los primeros repetidores de "cap and ball”. Estos últimos fueron desplazados a su vez por los revólveres de retrocarga y cartucho metálico, con el consiguiente aumento de la secuencia de fuego a partir de la década de 1870, circunstancia por la que el cuchillo pasó a desempeñar un papel secundario en la defensa personal.



Clip point bowie I*XL de George Wostenholm.

Más allá de los conflictos que el uso de los Bowies ocasionaron entre civiles, de lo que dan buena cuenta las prohibiciones dictadas con fuerza de ley por las legislaturas de Mississippi, Alabama y Tennessee, su producción fue oportunamente dispuesta en el campo estrictamente militar. Entre estos Bowies de uso castrense, cabe mencionar en primer lugar al Hicks, de 1840, fabricado por la firma Andrew Hicks de Cleveland, Ohio, con destino a un arsenal  desconocido. Este presenta cabo de palo de rosa, con pomo y un corto guardamano de bronce sujetos por numerosos tornillos y hoja con punta clip. Un modelo de 1849,  fue provisto en cambio con una hoja spear point y marcas de ejército (U.S.), en el recazo de  la misma. Su producción había sido confiada en este caso a Ames Manufacturing Company de Cabotville, Massachusets, para su uso por los Mounted Rifleman.

También se produjeron cuchillos bayoneta Bowie como el Dahlgren, diseñado por el almirante homónimo para el fusil Plymouth Whitneyville (1861/62), con marcas de la marina (U.S.N), durante la Guerra de Secesión. Su hoja de doce pulgadas de longitud correspondía también al estilo spear point,  con grandes biseles y contrafilo en ambas mesas en las inmediaciones de la punta. Fabricado por Ames, la cruz con anillo era de bronce y el cabo, de bronce y nogal. Mucho después adoptaría Estados Unidos un cuchillo bayoneta Bowie para el  Krag Jorgensen 1892/94/96, calibre .30 - 40, así como un bolo machete bayoneta experimental para el mismo fusil, del que solo se habrían fabricado cincuenta ejemplares para su uso en la jungla  de Filipinas. Un último Bowie denominado V44 sería incorporado en 1934 como cuchillo de supervivencia, realizado por firmas americanas como Case, Collins, Western y Kinfolks, para su uso por el personal de vuelo que operaba sobre las selvas de Panamá y Hawai. Se conocen también ejemplares de terminación menos esmerada y procedencia australiana, fabricados por Mars de Brisbane, Marsden de Sidney, y la Dufor Forge. Una versión tardía de este cuchillo fue el apodado “Carlson’s Raiders Gung Ho Knife”, para su uso por los Marine Raiders, del que solo se fabricaron mil unidades numeradas. El cabo y la cruz de esta serie, consiste en una pieza única de aluminio pintada de verde. Su hoja más pesada y sin las goteras que caracterizan la del anterior, tiene una longitud de nueve pulgadas y un cuarto.




Versión comercial del V44 realizada por Case.

También en España se produjeron cuchillos bayoneta Bowie en cantidades limitadas, como el modelo 1898 para la carabina Mauser Nro. 2,  destinado a la Compañía de Aerostación. La Fábrica de Toledo produjo solo cuarenta unidades de este modelo, con filo parcial en arco y contrafilo incurvado. Una segunda versión de carácter experimental, con destino a los cuerpos de Artillería e Ingenieros, poseía en cambio una hoja recta de mayor longitud, pero también con punta clip.

Entre los cuchillos de combate del último tercio del siglo XIX no deberíamos omitir al cuchillo de abordaje español de 1867, con hoja de tipo yatagán y doble filo, del que este blog se ocupó oportunamente. Estados Unidos por su parte adoptó en 1880 y 1890 dos cuchillos de ancha hoja vaciada a dos mesas separadas por una espina y punta de lanza, conocidos como Hunting e Intrenching Knife respectivamente, cuyas vainas podían  sujetarse del nuevo cinturón porta cartuchos Mills Woven. En ambos  modelos el cabo gallonado era de madera, presentando el primero guarnición de hierro y de bronce el segundo, habiéndose fabricado más de once mil ejemplares de estos cuchillos en el período 1881 – 1893. Sus antecedentes inmediatos pudieron ser las bayonetas de cubo con hoja  tipo “trowell”, modelos 1869 y 1873 para el fusil Trapdoor Springfield. La última de ellas presentaba un cubo que podía rotar, para recibir un cabo en madera de nogal facilitando su uso como pala; función también desempeñada eficazmente por la  llamada “intrenching tool” de 1880, con su cabo gallonado de madera. Otro antecedente pudo ser el cuchillo bayoneta y pala Bowie de 1870, diseñado por el coronel  Rice del 5° Regimiento de Caballería, con cabo de bronce escamado y cruz con anillo del mismo material, hoja con lomo aserrado y punta clip, producido por Ames. Si bien W. H.  Cole omitió mencionarla, si lo hizo William Frederick (Bufalo Bill) Cody en sus páginas autobiográficas, describiéndola como “arma y útil de labranza y construcción a la vez, y sobre todo muy apta para cavar trincheras…” Su característica distintiva era la posición invertida de la hoja que girada 90°,  ubica el cabo en posición equidistante respecto del lomo y del filo.

En ocasión de la primer guerra mundial los alemanes estuvieron provistos con sus “nahkampfmesser” o cuchillos para el combate cercano, fabricados por acreditadas firmas de Solingen, como D. Peres, J. H. Becker, E. Busch, Clemen & Jung, Richard Abr. Herder, H. Koller, J. A. Henckels, Robert Klass, Carl Eichorn, Anton Wingen, Puma Werk, y Eduard Wüsthof entre otras. Los estadounidenses introdujeron por su parte los modelos “U.S. 1917 – 1918 trench knife”, provistos con  hoja de sección triangular de nueve pulgadas de longitud y empuñadura en madera de nogal, que contaba adicionalmente con una manopla o puño guardamano. Fueron producidos por Henry Disstone & Sons responsable de su diseño, así como por Landers, Frary & Clark, 6) entre otras firmas americanas. Un modelo más elaborado correspondiente al mismo conflicto fue el “Mark 1 trench knife”, también con manopla y hoja vaciada a dos mesas, doble filo y sección romboidal, basada en un diseño francés de 1916. Su empuñadura consistía en una pieza de bronce fundido con el nombre y año del modelo grabado en ella,  provista adicionalmente de un pomo rompe cráneos o skull crusher. Desarrollado en Francia por la firma Au Lion para el ejército expedicionario americano, su producción también incluyó a firmas estadounidenses como L.F. & C., H.D.S., y Oneida Comunity Ltd.

Por su parte los franceses contaron en la ocasión con cuchillos de emergencia fabricados con hojas de la espada bayoneta Lebel de 1886. Algunos llevaban las iniciales de su fabricante como CV (Chéron Vogt et Cie.), o GP (Georges Pagé). Otros consistieron en conversiones de arsenal de la espada bayoneta Gras modelo 1874, o del sable bayoneta yatagán para el fusil de aguja Chassepot modelo 1866. Su mejor esfuerzo fue el excelente cuchillo – puñal modelo 1916, provisto de una hoja con doble filo, vaciada a dos mesas separadas por una espina y sección romboidal. En el talón de las mismas figuraba el nombre de su fabricante de la ciudad de Thiers, como Astier o Prodon, a los que Bernard Levine agrega los de Besset, Conon y Bernard.

Una de las dagas de combate con mayor difusión en tiempos también pretéritos pero  más cercanos, fue la utilizada y diseñada específicamente, para los comandos ingleses durante la segunda guerra mundial. Después del fracaso del ejército expedicionario británico y su dramática evacuación desde las playas de Dunkerke,  Winston Churchill había enviado al Gral. Ismay una carta fechada el 4 de Junio de 1940, en la que expresaba su deseo y necesidad de formar tropas especiales altamente entrenadas, para dar golpes de mano tras las líneas enemigas en el continente. La dotación inicial de quinientos hombres y un Cuartel General compuesto por 35 oficiales,  fue dividida en diez cuadros integrados por 37 hombres de acción y tres oficiales, los que recibirían su entrenamiento en el castillo de Achnacarry (Lochaber, Escocia), requisado para ese fin. El nombre "comandos” fue copiado de una fuerza homónima  Bóer, durante la guerra del Transvaal (1899 – 1901), en la que el propio Churchill había participado en su juventud.

Los capitanes William Ewart Fairbairn y Erik Anthony Sykes, con servicios acreditados en la Policía Internacional de Shangai, fueron seleccionados para su entrenamiento, siendo el primero de ellos autor del libro Get Tough. Los primeros cuchillos de combate utilizados por los comandos ingleses fueron los modelos RBD de Wilkinson, el BC 41 y el Midle East Knife, incluyendo dos de ellos una manopla guardamano. El binomio Fairbairn – Sykes no los consideró suficientemente adecuados a los propósitos de la nueva unidad y con autorización del War Office, contactaron a John Wilkinsom – Latham de la acreditada fábrica de espadas Wilkinson Sword Ltd., de Londres. Entre los tres concibieron la producción de una daga que al parecer, estuvo inspirada en un diseño anterior del Capitán Samuel Sylvester Yeaton de los USMC.

Se conocen tres modelos (patterns), originales de la daga. El primero de ellos (1941), reconoce a su vez  tres versiones o evoluciones sucesivas. La primera de ellas presenta una hoja de acero de siete pulgadas y media, de doble filo, vaciada a dos mesas separadas por una espina y pulida a espejo. Posee un recazo plano y una cruz recurvada de tres pulgadas de longitud. El recazo lleva de un lado la leyenda The F – S fighting Knife, la  que alude a sus diseñadores y en el otro el nombre de la empresa que la produjo, arriba mencionado. Su cabo era de bronce niquelado y segrinado a mano, lo que elevaba su costo de producción en tiempos de guerra y escasos recursos. La segunda versión semejante a la anterior, se diferenciaba por la longitud de la cruz acortada ahora a dos pulgadas. En una tercera versión,  igual a las anteriores, la cruz es sencillamente levemente recurvada.

En el segundo modelo (1941), el recazo fue eliminado y la cruz es recta. La hoja continua vaciada a dos mesas separadas por una espina, con excepción de un pequeño triángulo plano junto a la guarnición. Al parecer, este se debía a que las hojas ya no se forjaban a mano, circunstancia que elevaba su costo, utilizándose a partir de ese momento un martinete mecánico.

En el tercer modelo (1943),  considerado definitivo se eliminó el pequeño triángulo, el cabo dejó de ser de bronce segrinado, presentando un gallonado formado por círculos concéntricos.  El material empleado en el mismo era una aleación y todo el acabado (cabo, cruz y hoja), era de color negro.

La multiplicidad de pedidos por parte de otros cuerpos, motivaron que su producción se extendiese a otros fabricantes, algunos desconocidos hasta hoy como las marcadas  B2,  y  el “Broad Arrow”  de aprobación británico. Diseños alternativos a la daga F –S, fueron la  daga para la O.S.S. y otras dos versiones americanas llamadas V 42 con pomo redondo o cónico, fabricadas por Case en 1943, de las que se produjeron 3.600 ejemplares con destino a los depósitos navales. Conocidas como Comando Ranger Knives, fueron utilizados por la First Special Service Force, llamada también “Devils Brigade”. Otra alternativa fue el USMC Raider Stiletto, fabricado por Camillus Cutlery Co. de N.Y., del que una canción de época (1943), aseguraba que “había sido forjado en el mismo infierno”. Utilizado por los “Roosvelt’s Raiders”, su hoja alcanzaba siete pulgadas y un cuarto de longitud. En 1991 se realizó una versión mejorada y conmemorativa del mismo, la que fue encargada a H. G. Long de Sheffield (c. 1846). En cuanto a la daga F – S  primigenia, sería recreada a fines del siglo anterior, con siete distintos modelos diseñados por el Teniente Coronel Rex Appelgate, ex miembro de la Oficina de Servicios Estratégicos de los Estados Unidos durante la guerra  y el mismo  Fairbairns. Más fuertes y utilitarias que las originales, ya que el punto álgido de aquellas había sido siempre su fragilidad y falta de versatilidad para funciones complementarias. Los seis modelos de hoja fija de la nueva versión fueron confiados a Böker de Solingen y el plegable a Gerber de Portland, Oregón. Todos ellos con hojas blastinadas.

Sin embargo el grueso de las fuerzas estadounidenses optaron durante el conflicto por cuchillos más fuertes, que constituían una solución de compromiso entre letalidad y funcionalidad para usos alternativos, de ahí su descripción como “combat utility knives”. Entre los múltiples cuchillos ofrecidos por las fábricas americanas para los soldados que marchaban al frente, como Cattaraugus, Imperial, Robeson, Geneva, o Ka - Bar, junto a versiones artesanales de mayor costo y calidad, como el modelo Nro. 1 de Randall, o los ofrecidos por John Ek, deben mencionarse los modelos oficiales USN Mark 1, USN Mark 2 y su similar USMC que se diferenciaba  del anterior por la sola inscripción en su recazo de las siglas de la  infantería de marina estadounidense y su vaina de cuero. Estos cuchillos presentaban hojas con diferentes acabados, punta clip, vaciadas a una mesa y provistas de un solo filo. Los dos últimos modelos presentaban además una “blood gooter” en cada mesa, destinadas en rigor a aligerar su peso. En todos ellos las empuñaduras estaban constituidas por rodajas o arandelas de cuero. En 1942 se adoptó el cuchillo de trinchera M3 del que nueve firmas estadounidenses fabricaron aproximadamente 2.600.000.- ejemplares entre 1943 y 1944; entre ellas A.C.C., Camillus, Utica, Pal y Böker de U.S.A. ***) Este cuchillo considerado muy eficiente, evolucionaría finalmente en el cuchillo bayoneta M4 concebido en primer lugar como cuchillo y solo secundariamente como bayoneta para la carabina M1. Así lo establece su descripción oficial en inglés “bayonet Knife” y no “knife bayonet”, nombre aplicado a los adoptados en el último tercio del siglo XIX. El M3 es en rigor un puñal provisto de filo, contrafilo en el último tercio y punta, y la empuñadura se compone también de rodajas de cuero, con  pomo y cruz de acero, uno de cuyos extremos se inclina unos 40° hacia la punta. Este diseño de hoja continuó en uso hasta nuestros días, para los cuchillos bayoneta M5, M6 y M7 destinados a los fusiles M1, M14 y M16 respectivamente.



U.S.N. Mark 1, M 3 y M 4.

Los alemanes por su parte, continuaron utilizando durante el nuevo conflicto sus cuchillos de trinchera de la primera guerra mundial así como nuevos diseños, algunos marcados   con la sigla RZM, correspondiente al Departamento de Ordenanza del Reich. Desarrollaron asimismo poco antes de su inicio (1937), el cuchillo de gravedad para paracaidistas, cuyo uso se extendió a la Luftwaffe, fabricado por la  Metal Fabrik Plant (Stephens) y por Gebrüder Weyesberg (Hughes). Remozado en 1975 por Carl Eickhorn y Othello en la República Federal Alemana para su Bundeswehr, pero utilizando en esa oportunidad materiales modernos y piezas reemplazables.  La primigenia versión alemana  había sido copiada por los británicos durante la  misma guerra, circunstancia acreditada por su similitud con el posterior Ibberson Gravity Knife. En cualquiera de sus dos versiones se trataba  de un cuchillo utilitario para uso de paracaidistas enredados, provisto de una hoja alojada en el interior de la empuñadura, que puede ser accionado con una sola mano, mediante un mecanismo de destrabe y que utiliza a la fuerza de gravedad para su apertura. Complementariamente, podía tener o no una lezna en el otro extremo de la misma. Un intento por reproducir la daga F – S por parte de los alemanes, pudo ser el modelo experimental realizado por Peters Daniel Krebs de Solingen en 1942, basado en especímenes capturados en el fallido raid a Dieppe. El arma en cuestión, íntegramente construida en acero y enteramente empavonada, posee hoja de doble filo con dos mesas separadas por una gotera que alcanza casi a la  punta, y cruz con largos gavilanes con sus extremos curvados hacia el pomo.




Cuchillo de presentación de la marina estadounidense en azul y oro, conmemorativo de la segunda guerra mundial.

Numerosos cuchillos de combate fueron utilizados por los americanos durante la guerra de Vietnam, entre los que  se destacan en atención a la fama adquirida, los destinados al SOG, sigla correspondiente al Studes and Observation Group, dependiente del  Military Assistance Comand Vietnam y respecto de los cuales, no se supo a veces con precisión el nombre y lugar específico del fabricante, aunque su origen fuera claramente asiático llevando algunos de ellos la inscripción Japan Sword. Es curioso que la prestigiosa empresa SOG Speciality Knives con domicilio en Lynnwood. WA., cuyo nombre rememora a aquel afamado grupo de estudio y observación, tampoco explicita hoy el lugar de origen de muchos de sus productos. Otras marcas preferidas por los militares en el conflicto fueron los modelos producidos por Randall, Gerber, John Ek, Marble, Milpar, Ruana, Western, Kevin Parsons y  Buck. Entre los plegables mencionaremos al C – 4, un modelo experimental destinado a desarmar explosivos, del que sólo se produjeron 200 unidades. Junto a ellos continuaron utilizándose los oficialmente provistos Mark 2, con marcas de ejército (U.S.), que con lomo liso o aserrado produce hasta hoy Ontario además de KA – Bar, este último con presentación y terminación esmerada. 8)



Gerber Mark I y II, Fairbairn - Sykes de Rodgers, Cold Steel Tanto, Cold Steel  Recon Tanto, Astro de Randall, Black Ka Bar, U.S.M.C. Ka Bar, Cold Steel Recon Bowie.

En la segunda mitad del siglo XX continuaría multiplicándose el número de cuchillos militares desarrollados por empresas como Gerber con sus dagas Mark 1 y Mark 2 (1967), así como su más tardío cuchillo Patriot para paracaidistas militares y modelos para sobrevivencia en condiciones extremas. También el modelo Astro de Randall, diseñado como cuchillo de supervivencia por el artesano W. D. “Bo” Randall y el astronauta Gordon Cooper,  para los integrantes de la misión Mercury de la Nasa o los Jet’s Pilot Knives disponibles a partir de 1957. La firma Glock de Austria presentó su feldmesser 78, económico, de buen diseño y calidad, para dotación de la GSG 9, sigla que identifica a la policía antiterrorista, a partir del cuchillo bayoneta para el fusil Steyr St. G 77. En Alemania Puma Werk y Robert Klass fabricaron un nuevo cuchillo de combate para su Bundeswehr  diseñado por Eickhorn (c. 1865), responsable también del desarrollo y producción del cuchillo bayoneta KCB, sigla que encierra las funciones de cuchillo, cisalla y bayoneta, para el fusil Stoner M63 A 1 calibre .223, adoptado por Holanda, aunque también se los produjo sin mecanismo de engarce, en calidad de solo cuchillos de combate y aun desprovistos de la misma cisalla. Su hoja biselada y vaciada a una mesa de 175 mm.  de  largo, presenta punta clip, 30 mm. de ancho y 3,5 mm. de espesor, filo liso y lomo aserrado con 49 dientes. Su ventaja consiste en que la cisalla (improvisada con el cuchillo y la vaina), puede ser utilizada sobre líneas eléctricas con la prevención de no tocar la cruz. El modelo  inspirado en un diseño de cuchillo bayoneta para el fusil Avtomat Kalashnikova (AKM), posee a nuestro juicio superior calidad respecto del original soviético. Los primeros ejemplares llevaban el cuño de la ardilla con la espada grabado en la hoja, sobre la sigla NWM (Fábrica Holandesa de Armas y Municiones), pero también los hubo con las letras AES (Annette Eickhorn Solingen), dentro de tres figuras geométricas ubicadas en el recazo, y/o la leyenda West Germany grabada en el falso pomo. En algunos ejemplares la identificación consiste en una etiqueta dorada de papel pegada en la vaina, conteniendo el emblema de la ardilla junto al nombre, ciudad y país del fabricante. Finalmente la línea de productos KCB fue producida por Weyersberg con el logo de la corneta, correspondiente a la firma WKC (Weyersberg Kirschbaun & Co.) de Solingen (c.1883). De toda la línea KCB se produjeron además modelos alternativos con  hojas más largas.


Feldmesser 78 de Glock, versión de Eickhorn, versión de Puma, AB200 de D.G.F.M., M 3, U.S.N. Mark 1, U.S.N. M K 3 Mod. 0 y Eickhorn (versión modernizada del M3).

También la marca SOG introdujo nuevos cuchillos de combate, entre ellos el Pentagon  y el SEAL Pup Elite, con  cabo y guarnición en una sola pieza de Zitel  destinado como su nombre lo indica, a los  comandos de aire, mar y tierra  de la marina estadounidense. Bajo la denominación Sog Bowie 2.0, reproduce también hasta hoy un modelo oportunamente utilizado por el MACV – SOG en Vietnam. Por su parte Buck presentó en 1984 su modelo 184 denominado Buckmaster, direccionado en principio a los Navy Seals y utilizado parcialmente por esa fuerza. Se trata de un clásico cuchillo de supervivencia, con cabo hueco y anclajes desmontables en la guarnición, con una hoja tipo Bowie y lomo aserrado, semejante al concebido por el artesano de Arkansas Jimmy Lile, también reinterpretado por Aitor con su modelo Jungle King I. Un cuchillo de este tipo fue desarrollado por FAMAE de Chile para los carabineros de ese país, también con cabo hueco y guarnición enteriza de plástico en una sola pieza conteniendo implementos utilitarios, a lo que se suma la particularidad de que puede ser desenvainado desde el brocal o en forma lateral, ya que la vaina también de plástico verde posee uno de sus bordes abierto.

En nuestro país Fabricaciones Militares produjo el cuchillo AB 0200, muy sólido y bien manufacturado en sus distintas variaciones, pero que nunca tuvo carácter reglamentario. También versiones del cuchillo bayoneta del fusil FAL provistos por alguna razón de un falso pestillo y apaga llamas, que lo convierte de hecho en  bayoneta de parada, las que siempre se caracterizaron por presentar un mecanismo de engarce simulado en el pomo. Se realizaron asimismo conversiones del sable bayoneta modelo 1909 y del machete de artillería del mismo año, a cuchillo de combate para la infantería de marina y de paracaidista respectivamente, proveyendo al  último de una doble punta clip. Más tarde empresas como Jorfra, Erizo y Yarará comenzaron a producir diseños específicos para distintas especialidades de las Fuerzas Armadas, así como  los artesanos Perpiña y Porcel de Rosario para  Gendarmería Nacional. El primer antecedente de un cuchillo de combate para la República Argentina, pudo ser  el diseñado por el Sr. Miguel Enrique Manzo Sal en 1952, para una hipotética futura ejecución por Fabricaciones Militares, con hoja de doble filo y empuñadura de cuero, descrito en detalle por Abel A. Domenech en El Cuchillo Táctico. Celso Juiz señala en una publicación reciente, la adopción por parte de la Escuela de Fuerzas Especiales y Paracaidistas de Chile, del cuchillo Predator I de la Fox Knives Military Division, acreditada firma italiana de Maniago habitual proveedora de la OTAN. 9)

Culminamos este brevísimo relato acerca del origen y evolución de los cuchillos de combate en el mundo occidental, señalando que la prestigiosa Puma Werk de Alemania (c. 1770), presentó al filo del cambio de siglo su cuchillo  Tac, modelos 1, 2 y 3 con punta  Tanto, del que se afirmaba que lucía capaz de forzar la tapa de acceso a un tanque T 56. Asimismo  Puma y Eickhorn, introdujeron por aquellos años sus propias versiones del cuchillo de campo Glock.




Daga militar de doble filo producida por Eickhorn y cuchillo de supervivencia para los carabineros de Chile, producido por FAMAE.

Referencias:

1) Señala Michel Noiret que en la cosmogonía azteca el cuchillo de silex o Tecpatl, constituía una divinidad por ser hijo de la diosa universal que lo engendró (¿o lo concibió y dio a luz?), durante la edad de fuego. Repudiado por sus hermanos en razón de su extraño aspecto,  éstos lo arrojaron a la tierra partiéndose en mil pedazos y multiplicándose en otras tantas divinidades. Lo cierto es que el cuchillo ha cumplido una función ritual asociada a sangrientos sacrificios, así como  también se constituyó en algunos casos en símbolo de la autoridad político militar. Ello no obsta a la utilidad del mismo desde tiempos primitivos y por ello es calificado por Dominique Pascal como “primer útil y primera prolongación de la mano” del hombre. Dice Abel A. Domenech (Del Facón al Bowie), que el ancestro del primer cuchillo apareció dos millones de años atrás, y “fue obra del Australopitecus, ese lejano antecesor del hombre. La herramienta en cuestión fue un simple trozo de piedra rota accidentalmente, o naturalmente, cuyo filo sorprendió de alguna manera a la primitiva mente de nuestro antepasado.” Mas tarde llegarían las etapas del astillado mediante el procedimiento de golpear unas piedras con otras, un filo alternativo en el borde opuesto y una punta aguzada que le permitiría su utilización como lezna.

2) El pedernal consiste en concreciones recubiertas por una pátina llamada sílice. Dice Harold L. Peterson que en Escandinavia y en especial en Dinamarca podían hallarse bellísimas piedras de silex, cuyos  colores variaban desde el amarillo al ámbar, o a un marrón oscuro casi negro. El cuarzo por otra parte podía encontrarse en diversos colores tales como rojo, verde, negro y blanco. Por su parte Frederick Wilkinson, apunta la existencia de los eolitos o piedras del amanecer, formadas por choques casuales o por la acción de las olas y el viento, utilizadas por el hombre primitivo como armas arrojadizas.

3) Civilización de la alta Austria correspondiente al bronce tardío y primera época del hierro. (c. 700/500 AC) 

4) Civilización de origen celta correspondiente a la segunda época del hierro. (c. 400 AC)

5)  Al parecer nunca habría quedado en claro entre los investigadores, la etimología y semántica de  palabra scramasax, utilizándose alternativamente la expresión “hand sax.”  Aun así, señala H. L. Peterson  que el termino “sax” podría aludir a una espada corta de un solo filo y el prefijo “scrama”, a un instrumento con capacidad para provocar heridas. Por su parte el malogrado historiador y experto en armas francés Dominique Venner, señala que el nombre en cuestión procede de los romanos y deriva del latín “secare”, que significa cortador o talador. 

6) Dice Bernard Levine   que la firma Landers, Frary & Clark se originó en los años 1862/63, convirtiéndose en  corporación en 1865. En 1933 llegó a ser la empresa del rubro cuchillería más importante del mundo, cesando sus actividades en 1954.

7) Todo cuchillo se compone básicamente de dos piezas, una hoja provista de una espiga, de vástago o completa y un cabo, a las que puede adicionarse otra intermedia en calidad de separador en  diseños más elaborados. Esta última puede consistir en una cruz, virola, guarnición o bolster, a las que podría agregarse el botón de hoja, aunque en rigor este forma  parte de la misma, como puede observarse en la daga mediterránea y en un  sucedáneo nativo de la misma, nuestro cuchillo criollo. Omitimos el tratamiento de los machetes por consistir estos en herramientas, que solo ocasionalmente pueden utilizarse como armas defensivas, tales como el Collins de 1945, de la prestigiosa y desaparecida casa de Hartford, Connecticut, o el utilizado por los cuerpos médicos de la U.S.M.C., cuya punta redonda le restaba intencionalmente carácter letal, producido entre otras firmas por Chatillon de New York. No obstante,  dice Gilles Bongrain que el mote “machette” procedería de una voz griega que significa “el sable”, la que apunta específicamente a un arma blanca muy concreta y no a un útil de trabajo. En cuanto al Dirk Naval y el Couteaux Castrense, si bien fueron y son armas de combate, devinieron finalmente en un símbolo de la autoridad militar, para ser portadas en calidad de “dress dagger” por oficiales y cadetes de institutos militares. El Dirk naval había sido introducido en Inglaterra a fines del siglo XVIII, en tiempos de la vela, para su uso a bordo o en tierra firme, aunque su reglamentación fue errática, haciéndolo Estados Unidos poco después (c. 1802). Las hojas podían ser curvas, o rectas con uno o dos filos y los cabos de diversos materiales como marfil, hueso, o skin fish (piel de tiburón o de raya), que por su rugosidad aseguraba un buen grip. Una alternativa a los cuchillos de hoja fija fueron los plegables, cuyo origen se remonta al parecer a los romanos, como la navaja, en su versión específica para afeitar realizada como las tijeras en acero muy templado ausente de revenido, y que junto a las cortaplumas o cuchillos de bolsillo, conformarían con las chairas destinadas a asentar filos, el rubro de la cuchillería. Este incluiría además a las  armas blancas cortas como el puñal y la daga. La voz navaja podría derivar del latín “novaltis” que significa renovación, en alusión a la renovación diaria del rostro a la que eran afectos los romanos,  logrado mediante la acción de afeitarse. Abel A. Domenech citando a J. B. Himsworth, señala que para este autor los primeros plegables deben atribuirse a los romanos y datarían del siglo I de la Era Cristiana. Por su parte W. L. Cassidy entiende que los plegables pueden proceder de la agricultura (versión de cuchillo que se produce hasta el presente por varias firmas, para su utilización en injertos), o de una  evolución de la navaja de afeitar. (Vid Abel A. Domenech OC). Por su parte Bernard Levine  ilustra un ejemplar de plegable romano que dataría de los siglos dos a cuatro de nuestra era, cuya empuñadura representa a un perro persiguiendo a una liebre. En otro ejemplar de origen galo romano (c. siglos tres a cuatro DC), el motivo es una pareja humana abrazándose. Ambos presentan empuñadura de bronce y carecen de resortes, por lo que operarían con sólo un remache en un extremo del cabo, que  permitía a la hoja bascular. En el campo militar los plegables llegarían a ocupar su lugar, con diseños como el “Navy Pilot’s” de la marina americana producido por Colonial, provisto con un pouch de lona marcado U.S.N., o el “Escape Pocket Knife”, un multihojas que prevé entre otras piezas una tenaza en un extremo del cabo,  fabricado para la Oficina de Servicios Estratégicos de los Estados Unidos. Camillus y Ulster, también fabricaron oportunamente cortaplumas de cuatro hojas en acero inoxidable, provistas de una hoja maestra, punzón, abrelatas, destornillador y descapsulador de botellas, con marcas de ejército (U.S.) o de la marina (U.S.N.), aunque  sin duda el diseño mas afamado de esa tipología fue el “soldier” suizo,  producido  por Victorinox y Wenger. El mismo, fue objeto de sucesivas evoluciones desde su creación a fines del siglo XIX, siendo  reemplazado en 2007  por un “folding knife” multiuso, cuya hoja maestra posee el nuevo sistema de apertura rápida con una sola mano y filo aserrado concebido por Spyderco. El nuevo modelo producido por Victorinox, es alternativamente realizado por esta firma en versiones para el Bundeswehr de Alemania y la Dutch Marine Air Force Service. 



 Pocket Knives militares y navales.

8) Entre los cuchillos preferidos en la guerra de Vietnam y por fabricante, M. W. Silvey menciona a los siguientes: los modelos 1, 2, 14, 15, 16, 17 y 18 de Randall, los correspondientes a los nros. 1, 2, 3, 4 y 6 de John Ek,  las primeras versiones del “Pilot’s Survival Knife” realizadas por Marbles y Milpar con mayor longitud de hoja, la versión del cuchillo no magnético para la marina producido por Imperial Cutlery Co., el Buck modelo 120 y una versión del Mark 2 con lomo aserrado marcado “Rangers”. También otros modelos de Randall, con hojas procedentes de Solingen, ya que por ser esta firma un taller artesanal y por tanto con capacidad de producción limitada, no podía cumplir con toda su demanda en tiempos de guerra, motivo por el cual también comercializó  dagas F – S de fabricación inglesa.  Como curiosidad señalaremos que el veterano de origen “mohawks” Peter La Gana titular de American Tomahawk & Co., produjo un modelo con destino a las tropas en el frente de batalla; arma de combate que hoy forma parte del equipo del “soldado del siglo XXI”, previsto en el  programa del Pentágono. 

9) La adopción del Predator I supone para esas fuerzas el abandono del corvo chileno, un cuchillo de hoja curva y doble filo, reglamentario en  la  infantería del ejército de Chile desde 1963. Originado al parecer en una antigua herramienta española conocida como Trinxet o en el cuchillo calabozo de idéntico origen (Vid Celso Juiz OC), se conocen al menos dos versiones del mismo: el Atacameño o Garra de Puma y el Pico de Cóndor, los que poseen distinto grado de curvatura.


Llamadas:

*) Emperador (Imperator Augustus), del Imperio Franco o Carolingio ubicado en el centro del Mediterráneo (774 – 843 DC), e hijo del rey Pipino el Breve. Coronado por el Papa León III en Roma en 800, vivió y murió en la ciudad de Aquisgrán (Alemanía). Combatió entre otros a los musulmanes que procedían de España, creando la llamada “Marca Hispánica”. Es considerado una figura prestigiosa, protector del papado y padre de la Europa occidental.

**)Coronel James Bowie (1796 – 1836), revolucionario independentista, texano por adopción, muerto en ocasión del asedio y asalto a la Misión de El Álamo en San Antonio de Béxar, Texas, por las tropas del ejército de México, comandadas por el Mariscal Antonio López de Santa Anna.
La familia reconoce como antepasado a John Bowie, un escocés “Highlander” del linaje Campbells de Argyle, radicado en Maryland en el siglo XVIII. Rezin Bowie, padre de James, combatió en la guerra de la independencia americana bajo las órdenes del Gral. Marion. Encontrándose prisionero en Savannah se relacionó y contrajo matrimonio con una dama de la familia Catesby Jones. El matrimonio que vivió sucesivamente en Georgia, Tenessee y Louisiana, tuvo siete hijos, cuatro varones y tres mujeres. Rezin (hijo) y James fueron muy unidos y socios en empresas de agricultura (cultivo de algodón y caña de azúcar), compra venta de tierras, y tráfico de esclavos en relación con el pirata de la Barataria y héroe de Nueva Orleáns Jean Lafitte; dominando ambos hermanos los idiomas francés y español. James Bowie habría arribado a Louisiana con su familia a los cinco años de edad, instalándose en la Parroquia de St. Mary en el Bayou Teche (Arroyo de la Serpiente y sitio de la heroína protagonista del poema Evangeline de Longfellow), aunque más tarde se mudaron al Distrito de Opelousas. En 1831 contrajo matrimonio con María Úrsula de Veramendi, hija del Vicegobernador de Texas y Coahuila Juan Martín de Veramendi, la que le dio dos hijos.

***) Hermann y Robert Böker fabricantes de espadas de Solingen,  se establecieron en Estados Unidos en 1837. Herman fundó H. Boker & Co. en New York, y Robert la Casa Roberto Boker de México, importando productos del rubro cuchillería desde Alemanía e Inglaterra. No fue hasta 1869 en que un primo fundó  Heinrich Böker & Co., en Solingen, enviándoles sus productos de la marca “Böker- Tree Brand”, a fin de comercializarlos en el mercado americano. Las barreras aduaneras de 1891 los obligarían mas tarde a producir, motivo por el que compraron a la Valley Forge Cutlery Co. de Newark, New Jersey. Actualmente Böker U.S.A es una sucursal de Heinr. Böker Baumwerk GmbH. de Solingen. Una nueva filial de la Casa Matriz en China, produjo en 2007 bajo la marca  Böker Plus, una réplica del cuchillo de trinchera M3 de la segunda guerra mundial.
          

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