Martín de Riquer. Los caballeros
Andantes Españoles. Revista de Occidente fundada por José Ortega y Gasset. Año
III°, Segunda Época, Nro. 25. Madrid, 1965
“también el coraje envicia
a quién le da noche y día;” *
Señalaba el académico e historiador medievalista Martín de Riquer, conde de
la Casa de Dávalos (1914 – 2013), que su par holandés Johan Huizinga (1872 – 1945), en El
otoño de la Edad Media, refirió hechos de
caballería documentados acaecidos en Francia, Borgoña y Flandés, pero muy
escasamente a otros similares ocurridos por ese tiempo en España, debidamente registrados en las crónicas de
Juan II de Castilla, El “Passo Honroso”
de Suero de Quiñones o El Victorial de Gutiérre Díez de Games durante el
siglo XV español. Ello revela que el caballero andante, profesión a veces
rentada y/o premiada por reyes y señores, no fue un personaje meramente
literario sino de la vida real, como lo fueron los albañiles y banqueros de la misma
Edad Media, documentado en fuentes francesas tales como Manstrelet y Olivier de
la Marche, o en las portuguesas de Zurara.
Dice asimismo que “Hechos de armas” se encuentran también registrados en
los archivos de la Corona de Aragón y en manuscritos de la Biblioteca Nacional
de Madrid, señalando el autor que logró rescatar alrededor de doscientos
episodios de luchas caballerescas, en los que participaron españoles de aquel
tiempo con el propósito de darlos a la estampa.
Citaremos entre los mencionados en el artículo, los casos de:
Pere de Cervelló, camarlengo de Martín I de Aragón quién un 18 de mayo de
1399 festividad de Pentecostés, decide con la venia del rey partir a París a
fin de enfrentar a dos caballeros franceses de una Orden recientemente creada por
un tal Boucicot (apelativo del afamado chevalier Jean Le Meingre), conocida como L’ Ecú Vert á la Dame Blanche.
Enfrentó allí no solo a dichos caballeros, sino también a su compatriota P. de
Perellós, quién el 23 de diciembre había fugado de Zaragoza con rumbo a Francia
“a fin de cumplir ciertas armas con un caballero de dicho reino”. Aceptó a la
postre el primero de ellos, el desafío de un jovencísimo y por entonces
inexperto escudero bretón llamado Guillaume du Chastel, lance que se concretó en
Segovia el 15 de septiembre de 1401, bajo el auspicio de Enrique III de
Castilla, quién ofició como juez de la contienda. En la ocasión, el retador
solicitó al rey un salvoconducto para trasladarse a Castilla con doscientas acompañantes y otros
tantos caballos.
Pero Niño quién fue invitado en 1406 por seis caballeros franceses, para
ocupar en su Orden el lugar del citado mosén Guillaume du Chastel, destacado en
la guerra contra los ingleses y muerto en batalla en 1404, en circunstancias del
desembarco de Darmouth.
Ramón de Perellós, vizconde de Perellós y de Rada, quién obtuvo permiso del
rey Ricardo II de Inglaterra, mediante un salvoconducto firmado en Westminster
el 6 de Septiembre de 1397, para ingresar con veinte de sus hombres, en la
gruta de ultratumba conocida como Purgatorio de San Patricio en el noroeste de Irlanda.
Su intención era interesarse sobre la suerte corrida por Juan I de Aragón en lo
relativo a su salvación personal.
Miquel d’ Orís oriundo de la comarca de Vich, quién se estableció en París
en 1400, dispuesto a enfrentar a cualquier caballero inglés que se atreviese a
desafiarlo, reto transmitido públicamente por su heraldo moro Alí en Calais y
aceptado por John Prender Gast, de la corte del conde de Sommerset.
Felipe Boyl por su parte enfrentó en 1415 al caballero castellano Lope
Alfonso de Montemolín en la plaza portuguesa de Ceuta; encuentro presidido por Don
Pedro de Meneses conde de Viana,
habitual juez de esos encuentros. Con posterioridad Boyl se presentaría en Inglaterra paseándose con
un cartel de desafío en idioma inglés, reto aceptado por el escudero John Astley. El
encuentro se produciría en Smithfield el 30 de enero de 1442 ante el Rey
Enrique VI de Inglaterra, quién premió al valenciano con cien libras a raíz de
su desempeño.
Gutierre de Quijada, señor de Villa García “un des plus redoutés chevaliers
de toutes les Espaignes”, quién participó en el Passo Honroso de 1458 matando al caballero Suero de Quiñones y
enfrentando más tarde en Saint Omer, a Jean de Luxembourg, bastardo de Saint -
Pol, señor de Haubourding.
Al parecer los “chevaliers errants” vagaban
por el mundo provocando a otros caballeros a la lucha, presentándose en justas
y torneos, o atraídos por el desafío de otros caballeros.
Armadura
para campo y torneo de 1540
Relata Riquert que uno de los más afamados estilos de convocatoria fue el conocido
como “Passo de Armas”, por cuanto congregaba a gran cantidad de aventureros,
levantándose tablados y palcos para el público asistente y jueces
intervinientes. Las condiciones de tales encuentros eran fijadas previamente en
los capítulos dados a publicidad por reyes de armas, farautes, poursuivants y
trompetas. El retador o mantenedor del passo, hacía saber que durante un
determinado número de días se establecería en un punto señalado de un camino
transitado, a fin de romper lanzas con los aventureros que aceptaran su
desafío; que de producirse, podía concluir con la rendición o eventualmente la
muerte de uno o mas de los participantes, convirtiéndose en el último caso en mártires
de la caballería, que rara vez se autorizaba fuesen enterrados en sagrado.
Menciona el autor entre los más destacados, el Passo de la Fuerte Ventura, consistente
en una fortaleza construida en madera con torres, estandartes, un grifo
dorado, un navío y una rueda de la fortuna, celebrado en Valladolid el 18 de
mayo de 1428, en el cual murió el mantenedor Álvaro de Sandoval. El Passo
Honroso ocurrido en puente de Orbigo en
el camino de Santiago, entre los días 10
de julio y 9 de agosto de 1434, defendido por Santiago Suero de Quiñones con
otros nueve mantenedores. Se rompieron durante el mismo ciento sesenta y cinco
lanzas aunque se habían prometido trescientas, asistiendo al mismo sesenta y
ocho aventureros.
En 1440 Ruy Díaz de Mendoza defendió en Valladolid un passo convocado en
ocasión de las bodas del infante Don Enrique y la princesa Doña Blanca, el que
debió ser interrumpido al morir los caballeros Pedro Puertocarrero y Juan de
Salazar, quedando otros tres gravemente heridos. Durante el Pas de L’Arbre de
Charlemagne en Dijon (1443), el caballero español Pedro Vázquez de Saavedra
enfrentó al duque de Charny. Por su excelente actuación el duque de Borgoña lo premió
y convirtió en su chambelán, sirviéndose posteriormente de él en embajadas y
guerras por mar y tierra. Participó en el mismo, el caballero y destacado
escritor castellano mosén Diego de Valera quién enfrentó al mantenedor Tibauit
de Rougemont. Valera sería más tarde derrotado por Jacques de Challant, señor
de Manille, en un encuentro personal ocurrido en Dijon, en el que fue derribado
de su corcel.
El 13 de noviembre de 1455 en la Plaza Born de Barcelona se realizó el Pas
du Pin Aux Pommes D’Or, cuyo desembolso ascendió a treinta mil florines para su
costeador y mantenedor el Chevalier du Pin conde de Foix. Consistió en defender
un pino provisto de manzanas de oro, bajo el cual estaba sentada La Dama de la
Foresta Secreta, a la cual los caballeros perdidosos estaban obligados a
obsequiarla con un rubí.
Observa finalmente el autor que las novelas de caballería del siglo XV como
el Curial e Güelfa, el Tirant lo Blanche o el Amadís de Gaula entre otras, fueron reflejo
de la sociedad de aquella época
retroalimentándose ambas en forma reciproca. Por nuestra parte, concluiremos señalando
que a personajes como los arriba descritos, les serían tal vez aplicables versos
plasmados cinco siglos más tarde, dedicados a otros sujetos de probado coraje
aunque de cuestionada honestidad y oscuro linaje, que dicen: “hombres de amor y
de guerra / y en el peligro primeros, /
la flor de los cuchilleros / y ahora los tapa la tierra.”*
José Luis Mignelli
*Jorge Luis Borges (Milonga de dos hermanos. Para las seis cuerdas. Buenos
Aires, 1965)
Glosario:
Aventurero: caballero que acepta un desafío.
Capítulos: condiciones del reglamento a las cuales se debían ajustar los
encuentros de un Passo de Armas, establecidos por el promotor del mismo.
Chambelán: camarlengo, camarero.
Chevaliers errants: caballeros andantes.
Faraute: heraldo, mensajero, entremetido.
Mantenedor o retador: el caballero desafiante posicionado en el lugar a
defender.
Poursuivants: (lit. perseguidores, perseverantes). Alusión a “persevante de
armas”, oficial de armas de menor rango dependiente de un noble o colegio
heráldico.
Redoutés chevaliers: caballeros de temer o capaces de inspiran temor a
causa de su destreza.
Reyes de Armas: título de dignidad y máximo honor concedido por los reyes a
meritorios y esforzados caballeros, desprovistos de armas y asistentes a los
torneos para decidir en situaciones dudosas, así como sobre los premios y remuneraciones
a adjudicar a los participantes. Estaban encargados además del registro de los
blasones (escudos con sus símbolos) y a la observancia de las leyes heráldicas.
Romper lanzas: referencia a un encuentro o desafío en el que se producía la
rotura de las lanzas (labradas generalmente en madera de fresno), portadas en
justas y torneos, al golpear contra el escudo y/o armadura del oponente dando en
tierra con él.
Trompetas: alusión al portador del instrumento y al toque del mismo,
solicitando atención en forma previa al
anuncio de un acontecimiento.