A la memoria del ingeniero José
María Fojo, asesor de computación de este blog quién ya mora en otras luces.
Por José Luis Mignelli
En un cajón hay un puñal.
Fue forjado en Toledo, a fines del siglo pasado;
………………………………………………………………………..
Es más que una estructura hecha de metales; los hombres lo pensaron y lo
formaron para un fin muy preciso; es, de algún modo eterno, el puñal que anoche
mató a un hombre en Tacuarembó y los puñales que mataron a César.
Jorge Luis Borges. El Puñal
Reiteradamente descrito como la más antigua herramienta humana, el cuchillo,
voz derivada del latín cultellum, asienta también su prestigio y vigencia en su
doble calidad de arma – instrumento. 1) Desde su origen en la Edad de Piedra, durante
el Paleolítico Inferior conocido como período Musteriense, habrían
aparecido los primeros cuchillos elaborados preferentemente en
pedernal u obsidiana o en su defecto en ofite, pizarra o cuarzo. 2) Se trataba de
instrumentos meramente utilitarios, provistos de anchas hojas con punta
redondeada, cuyos filos curvos permitían bajo presión un corte acabado. Con anterioridad el hacha primitiva desprovista
en su origen de empuñadura, había reinado por un dilatado período. También hubieron cuchillos elaborados con materiales
alternativos y escasa capacidad de corte aunque si de penetración, tales como
huesos, asta, marfil, espinas de grandes peces y dientes de animales, algunos
de los cuales resultarían alternativamente utilizados en la confección de
cabos.
La aparición del cobre en pequeños trozos y en yacimientos
a cielo abierto, que a la postre resultaron
agotados, permitió a los artesanos la confección de hojas algo mas duras y resistentes sin llegar a la
excelencia, cuyo martillado en frío permitía obtener un filo relativamente duradero. Su ventaja adicional consistía
en ser susceptibles de reparación ante deformaciones y rajaduras, así como de refundidos
sucesivos, una vez que los artesanos llegaron a dominar ese procedimiento.
Similares características mantuvieron en principio gran parte de los cuchillos
líticos durante el interregno del cobre
y del bronce (1500 AC), así como muchos de los forjados durante la Edad del
Hierro (1000 AC), con su consiguiente evolución consistente en la carburización de ese mineral, que daría al cuchillo su versión definitiva al proveerlo de una hoja, su alma y verdadera
esencia, dotada de resistencia, dureza y filo durable. Fue también durante la
época del bronce en que aparecieron los primeros cuchillos de combate, los que
requerían de hojas más estrechas, de contorno triangular u ojival, provistas de
filos rectos u oblicuos para facilitar la penetración.
Un centro de importancia en la producción de hojas de bronce fue la provincia
de Luristan en la antigua Persia, hoy república
de Irán, que se caracterizó por la calidad y variedad de su producción total. Así
también el Talychistan, región que
deriva su nombre de una lengua iraní viva
conocida como talysh o talyche, al sur del mar Caspio y en Azerbaiyán.
Dado que el conocimiento de la
metalurgia ascendió desde el sur de Europa en el Mediterráneo hacia el norte de
ese continente, los artesanos de Escandinavia que vivían los estertores de una dilatada
Edad de Piedra, copiaron en pedernal u obsidiana el diseño de las primeras
dagas de metal traídas por mercaderes trashumantes. Estas copias líticas
continuaban llevando el consiguiente riesgo de fragilidad,
consubstancial a la naturaleza del material empleado, capaz de brindar filos cortantes
pero también de quebrarse sin
posibilidad alguna de reparación. Especímenes
estos cuyo espacio de tiempo transcurrió c. 1800/1500 AC, conocido como Dolktid, o período de las Dagas Escandinavas.
La ventaja del hierro sobre el bronce, metal este último obtenido por la
aleación del cobre con un diez por
ciento de estaño y algo de arsénico, en su proporción más idónea, consistía en
su abundancia. Su primera fuente de abastecimiento fueron los meteoritos, conocidos por los sumerios como metal del
paraíso y por los egipcios como cobre negro de los cielos. En su defecto podía también obtenerse mediante hornos
cavados en las laderas de las elevaciones montañosas, en los que se depositaba mineral
de hierro entre capas de leña. Al
quemarse esta con ayuda del viento que
avivaba la llama en forma continua, convertíase la leña en carbón y el mineral en hierro metálico.
En una primera
evolución se obtenía un hierro acerado
cuya distribución de carbono estaría lejos de la uniformidad. Solo se obtendría
verdadero acero con la debida proporción de carbono, mediante el martillado
repetido de la pieza en caliente, en el que los cristales de ferrita y
cementita, se convertirían sucesivamente en perlita y austenita, momento indicado
para la consumación del templado, mediante la súbita inmersión de la pieza en
agua fría que la llevase al estado de martensita. Este último estadío requería a
su vez del revenido en caliente, para
eliminar su excesiva fragilidad, brindando resistencia ante los golpes y
flexibilidad.
El hierro fue desarrollado por
primera vez por los artesanos de las montañas de Anatolia, durante el Imperio
Hitita (1500 AC), quienes concibieron el modo de trabajarlo, mas complejo que la fundición del cobre y el bronce, cuyo
producido podía ser volcado en moldes de piedra o arcilla compuestos por piezas
dobles. Los hititas guardaron celosamente su secreto, en razón de la ventaja militar
que les confería y por imperio de la
prohibición legal vigente. Lo cierto es que habrían sido los primeros en contar con armas de hierro, y que las piedras
de sus murallas estaban encadenadas con zunchos de ese material unas con otras.
No fue hasta la caída de este imperio hacia el 1280 AC, que el secreto del
hierro se expandió por el medio oriente,
y de allí entre griegos y egipcios, llegando más tarde a las islas británicas y
el Indostán (1200 AC), por la cultura Hallstatt. 3) cuyos artesanos reprodujeron en principio el diseño de las
dagas de hojas triangulares u ojivales de la época del bronce, pero mas tarde desarrollaron
nuevos diseños privilegiando hojas más estrechas, vaciadas a dos mesas
separadas por una espina, de doble filo y sección romboidal. La cultura de origen celta La Téne (500 AC) 4) que
la sucedió, optó en cambio por dagas de un filo vaciadas a partir del lomo, diseño que brindaba alternativas utilitarias.
Bajo los francos aparecería el Scramasax, cuyo uso se extendió a germanos y vikingos, y consistió en un cuchillo
de gran porte desprovisto de cruz, cuya hoja vaciada a una mesa presentaba un lomo
recto cuyo extremo se curvaba para encontrar el filo y formar la punta. No
obstante lo expuesto en cuanto a su diseño, en la catedral francesa de Aix La Chapelle (Francia), se conserva un ejemplar de
Scramasax cuya titularidad se atribuye a Carlomagno, *) cuyo lomo remata en un
contrafilo incurvado. Definido como “el
arma de los hombres libres”, fue considerado apto para la caza como para la guerra, y contó con una versión reducida en
tamaño entre los pueblos germánicos conocida como Hauswerh y Bauerwerh, al que los
franceses llamaron Braquemard. 5)
Si bien los jefes romanos utilizaron una daga muy corta con hoja de
contorno romboidal o triangular llamada Parazonium, no tuvieron las dagas mayor
desarrollo entre ellos, presumiblemente por su similitud con la corta espada
que caracterizó al legionario, a la que agregarían mas tarde la Falcata ibérica,
igualmente reducida en longitud y provista de un filo en arco. Sería a partir
de la Edad Media que las dagas ganarían mayor
difusión entre los distintos estamentos de la sociedad, multiplicándose su
demanda y surgiendo nuevos diseños. En razón de lo expuesto, describiremos
sucintamente a algunas de ellas, como:
I) la daga Redonda o “Roundel dagger”, así llamada por cuanto pomo y guarnición
consistían en piezas similares de forma discoidal, aunque el primero podía ser
a veces esférico. Conocida por los franceses como “Dague á Rouelles”, fue portada
por los caballeros de Europa occidental entre los años 1400 y 1569 DC. Sus hojas presentaban normalmente dos
filos, aunque también las hubo de uno solo y su
sección podía ser triangular o lenticular. A causa de su rigidez, la hoja era
apta para penetrar la cota de malla o los intersticios del arnés blanco. II) La
daga Baselard, cuyo nombre deriva de la
ciudad de Basilea en Suiza, presentaba una empuñadura semejante a una letra “I”
latina, de molde y mayúscula, o a una “H” recostada sobre la horizontal, por
cuanto también en ella pomo y guarnición consistían en piezas idénticas rectas
o curvas, ubicadas en los extremos opuestos del cabo. Fue portada por caballeros
italianos y alemanes durante los siglos XIV y XV, pero abandonada por éstos, fue adoptada por civiles
y soldados de infantería hasta el siglo XVI. Su evolución final fue la daga Holbein
(Holbein dagger), un diseño cuya reviviscencia se operó en la década de 1930’s con las “dress daggers”,
portadas por las SA, SS, NSKK, y NAPOLAS en la Alemania Nacional Socialista. Dominique
Venner y Ch. H. Tavard sostienen, basados en una fuente francesa de 1722, que
la daga Holbein estuvo inspirada en un puñal usado por los romanos y que puede observarse en la cintura
de los soldados representados en la columna de Trajano en Roma. Su nombre
derivaba de la profusa decoración de sus vainas con escenas de “La danza de la
muerte” obra pictórica del pintor renacentista Hans Holbein el joven. III) La daga de Gavilanes o “Quillón dagger”, la que data
en sus orígenes del siglo XIII y copia los gavilanes (quillons), o defensas
característicos de la espada pero en dimensiones adecuadas a su tamaño. IV) La daga Testicular o “Ballock dagger”, llamada también Riñonera (Kidney
dagger), por razones pudorosas, ya que se caracterizaba por presentar dos protuberancias
a cada lado del cabo en calidad de guarnición, que se asemejaban a los
genitales masculinos. V) Los Estiletes provistos de hojas cortas y estrechas de
sección triangular o cuadrangular, con filos romos, cortos gavilanes rectos rematados
en discos o botones y cabos de madera, asta o metálicos, a veces de forma
helicoidal, o en forma de una columna compuesta por figuras geométricas superpuestas.
VI) La daga de Campesinos o “Peasant dagger”, que más arriba mencionamos en
ocasión de referirnos a la evolución del Scramasax entre los germánicos. VII) Los diversos modelos de daga para la mano Izquierda, “dague Main Gauche”
o “Left Hand dagger”, características del siglo XVII y utilizadas en los duelos
de armas dobles en los que el Rapier se acompañaba con una daga o una rodela en
la siniestra. VIII) La daga italiana de Cinco Dedos o “Cinquedea”, procedente
del norte de Italia cuyo nombre deriva para algunos, de los cinco dedos de
anchura de su hoja junto a la cruz y para otros, de una antigua daga veneciana caracterizada por los cinco dedos de longitud
de su hoja. Apareció la Cinquedea a mediados del siglo XV extendiéndose su uso
hasta 1520. Destacábase por su profusa ornamentación con cabos de marfil,
madera, hueso o bronce, así como por los canales continuos o fragmentados, que
surcaban las mesas confluyendo hacia la punta. Su cruz de estilo arábigo en forma
de herradura, curvaba los gavilanes hacia la punta, aunque también los hubo
rectos. IX) La daga Mediterránea o “Mediterranean dirk”, fue originaria de
Cerdeña extendiendo su influencia a Francia y España. Data en sus orígenes de
mediados del siglo XVII, manteniendo su
presencia hasta bien entrado el XIX. Las hubo de uno o dos filos y carecían de
cruz, presentando en cambio un complejo y elaborado botón de hoja. Cabe por fin
mencionar al dirk escocés, una daga a veces procedente de restos de espadas
quebradas, cuya aparición data de fines del siglo XVII y al “sgian dubh” voz gaélica que significa pequeño cuchillo negro,
portado hasta hoy por los escoceses en la media de su traje tradicional. Este
habría surgido a causa de la derrota sufrida por los jacobitas de Stuart en
Escocia, a manos de la Inglaterra de los Hannover, en la Batalla de Culloden,
librada el 16 de Abril de 1745 y conocida como la “aflicción o tristeza de
Culloden”. A consecuencia de la misma se prohibió a los escoceses la portación
de su broad sword y del dirk,
utilizándose a partir de entonces el sgian dubh, de solo tres o cuatro pulgadas de longitud de
hoja como símbolo de resistencia. La versión militar de estos cuchillos supone
como norma un cabo de ébano labrado en cris cross, guarniciones de plata y pomo con incrustaciones
de una variedad de cuarzo conocida como “cairngorm”. Su hoja es de contorno isoscélico,
de un solo filo y vaciada a una mesa,
con el lomo trabajado en “file work” en las cercanías de la empuñadura. Muy
pocos presentan canales en sus hojas y los de uso civil pueden tener cabo de
asta.
"Dress daggers" para oficiales del Aire: Francia, 1934 y Luftwaffe. Segundo modelo, 1937.
Entre los cuchillos 7) de ataque y defensa del siglo XIX no puede omitirse
la mención del Bowie, que comprende para los estadounidenses a todo cuchillo de
gran tamaño, incluido el Palillo de Dientes de Arkansas, una daga de hoja
aguzada y doble filo, cuyo uso fue
también reglamentado o prohibido, como el mismo Bowie, por algunas legislaturas
estaduales durante la primera mitad de aquél siglo; aunque la violencia
alcanzara a veces a las autoridades mismas. Así lo prueba el suceso
acaecido el 4 de Diciembre de 1837 en la
Sala de Representantes del Estado de Arkansas, cuando un cambio de palabras entre el Mayor J. J. Anthony del condado Randolph y el
orador (speaker), en uso de la palabra Coronel John Wilson concluyó con un
dramático resultado. La irritación creció al punto de que Wilson poniéndose de
pie avanzó hacia Anthony, no sin antes desenvainar un cuchillo Bowie con hoja de
nueve pulgadas de longitud. Anthony hizo lo propio desenvainando el suyo
propio, que superaba al de Wilson en tres pulgadas más de hoja. Si bien un amigo
común intentó infructuosamente de interceder en
la disputa, el choque fatal se produjo. Wilson recibió una cuchillada en
un brazo que le produjo un desmayo, por la abundante perdida de sangre sufrida,
no sin antes herir mortalmente a Anthony en el pecho. Wilson fue finalmente exonerado
y expulsado de la Sala de Representantes, siendo declarado por la justicia culpable
de homicidio excusable.
Smithsonian Bowie de Randall.
La historia del cuchillo Bowie es
conocida por lo que mencionaremos sucintamente los aspectos más técnicos y
controvertidos de la misma. Al parecer el primer Bowie fue un cuchillo rústico
de caza, cuya confección habría confiado Rezin Pleasant Bowie a uno de sus
operarios llamado Jesse Cliffe, y que obsequió mas tarde a su hermano James**) como
arma de defensa. Su diseño correspondía al de una daga Mediterránea, careciendo
por tanto de punta clip, recazo y cruz, al que se adicionó mas tarde por
razones de seguridad un óvalo metálico para evitar que en una situación
extrema, la mano resbalara accidentalmente
hasta el filo. Éste sería el cuchillo de nueve pulgadas y un cuarto de longitud
de hoja, que habría empuñado James Bowie en la llamada batalla de “Vidalia Sand
Bar”. Mas tarde Rezin encargaría al artesano Daniel Searles de Baton Rouge, Louisiana,
cuchillos de similar diseño y mejor factura, con los que solía distinguir a sus
amistades. Uno de ellos, obsequiado a H. W. Fowler U.S.D., se conserva hasta el
presente en el repositorio de El Álamo en Texas. En el invierno de 1830 o 1831,
James Bowie habría visitado al artesano James Black del pueblo de Washington, Condado
de Hempstead, Arkansas, solicitándole la realización de un cuchillo sobre la
base de una plantilla de madera que le entregó como modelo. Dice la tradición
que en el momento de retirarlo, Black ofreció a Bowie por el mismo precio un modelo
alternativo, el que incluiría por primera vez un contrafilo incurvado y por el que
Jim habría finalmente optado. Sería este el cuchillo con el que se defendió en
el frustrado asalto que sufriera en un paraje conocido como “Natchez Under The
Hills”. Versiones alternativas han puesto en duda que Black haya confeccionado
el primer Bowie, su presunta artesanía en la hechura y templado de las hojas,
así como su afamado “hickory test” de aprobación
final, y hasta por fin su misma existencia. Se ha sostenido también que la
punta clip correspondería a un diseño o interpretación del Bowie, realizado por
las firmas inglesas del rubro
cuchillería, que introdujeron sus productos en la década de 1830’s, a partir de
una visita realizada en 1836 por George Wostenholm, titular de Washington Works
de Sheffield, con intención de estudiar las posibilidades del mercado
estadounidense para su marca I*XL (combinación de letras cuya fonética inglesa
reza: “Yo excedo o supero”). Sin embargo un cuchillo seleccionado por el mismo Bowie
para su uso por las tropas de Texas, del que un ejemplar se exhibe en el museo
de El Álamo, presenta el clásico contrafilo incurvado. El arma en cuestión
había sido obsequiada por el Coronel J. Bowie a
Don Augustine Barrera en 1835. B. R. Hughes señala que el Washington
Telegraph, en una temprana edición correspondiente al 8 de Diciembre de 1841 y en
un artículo titulado “The Bowie Knife”, afirma que el primer cuchillo Bowie fue
realizado en el condado de Hempestead, Arkansas, por el artesano James Black
para un hombre llamado James Bowie asesinado en El Álamo. Asimismo y en apoyo
de esa documentación, el mismo Hughes aporta el testimonio de Gwendolyn M.
Burke, nieta de Rezin y por tanto sobrina nieta de James, quién afirmó en
una carta, que su tío abuelo viajó
efectivamente a Arkansas a fin de
obtener un cuchillo. Ratifica lo expuesto al
señalar “we have all grown up with the understanding that he did.” La afirmación de la autoría del primer
Bowie por Black, surgía también de las memorias del gobernador de Arkansas,
Daniel Webster Jones quién lo cuidó y protegió, como antes lo habían hecho sus
padres, en los últimos años de su vida. A. H. Garland, quién también fue
gobernador de Arkansas en el período 1874 – 1876 y dos veces senador de los
Estados Unidos, afirma en una carta dirigida al juez W. H. Pope fechada en
1895, que había conocido en su niñez y en el pueblo de Washington a James
Black. Sostiene al respecto que era un blacksmith y silversmith (herrero y
platero), procedente de Filadelfia al que los niños llamaban “Uncle Jimmy
Black”, quién trabajaba duro y bebía mucho también, perdiendo finalmente su
visión como consecuencia de la alta exposición al fuego durante el trabajo en
su taller. Garland sostiene que Black relató en más de una oportunidad, la
visita que James Bowie realizó a su herrería, en la que le solicitó la hechura
de un cuchillo empleando los mejores materiales disponibles, en base a una
plantilla que le suministró confeccionada en madera blanda. Ante la
requisitoria de Black, Bowie le habría manifestado que necesitaba el cuchillo
como arma de defensa personal, durante las travesías que solía realizar por el dilatado
estado de Arkansas. Sin perjuicio de errores y contradicciones, varios autores
confirman la historia de James Black, como
hacedor del primer Bowie, entre ellos
Maro O. Rolfe (Arkansas, A History. Madison,
1904), Fay Hempstead (Pictorial History of Arkansas. Saint Louis, 1890), Weston
A. Goodspeed (Biographical and Historical Memoirs of Northest Arkansas.
Chicago, 1889), W. H. Pope (Early days in Arkansas. Little Rock, 1895), Dallas
T. Herndon (High Lights of Arkansas History. Little Rock, 1922) y hasta el mismo Raymond W. Thorp en su Bowie Knife del
año 1948, quién los cita expresamente.
John Wayne Commemorative Bowie. Limited Edition.
Lucy Leigh Bowie descendiente de la familia, escribió en 1916 que los hermanos Bowie viajaron al
norte en 1832 con destino a Filadelfia, a fin de que Rezin recibiera asistencia
médica del Dr. Pepper, un acreditado médico de esa ciudad, por un problema en su vista. Rezin aprovechó
la oportunidad para visitar también al artesano Henry Schively, domiciliado en el
75 de la calle Chestnut de aquella ciudad, a quién exhibió uno de sus cuchillos.
Mejorado el diseño, el artesano lo colocaría mas tarde en el mercado. La versión introducida por Schively presentaba una hoja acortada a solo ocho pulgadas de
longitud total, con recazo plano y una cruz de cortos gavilanes. Mantenía sin embargo el lomo recto pero con un
profundo bisel en forma de media luna, practicado en solo una de las mesas.
Debe decirse que el contrafilo incurvado no constituía una novedad en esa
época, ya que algunas armas blancas del medio oriente y sus copias europeas, presentaban en el remate de sus hojas un
pequeño contrafilo en forma de media luna. Robert Barincou en un trabajo
titulado Le Bowie Knife, exhibe un ejemplar de bayoneta de taco española del
siglo XVIII, biselada y vaciada a una
mesa, que también remata en un prolongado contrafilo incurvado. Una variante de
la spear point y de la clip point, descrita por Harold L. Peterson fue la slanted point, consistente en un
contrafilo inclinado pero recto, de posición oblicua respecto del lomo y el filo
de la hoja.
Numerosas firmas inglesas introdujeron cuchillos Bowie en el mercado
americano de aquella época, entre ellas Joseph Rodgers, Moss & Gambles, James Rodgers & Co.,
Joseph Allen & Son, E. M. Dickenson, William Jackson & Co., John Lingard, y
Wade & Butcher. La demanda de estos cuchillos se incrementó en ocasión de
la guerra entre Méjico y Estados Unidos (1846 - 1848), que concluiría con el tratado de
Guadalupe Hidalgo de ese último año, así
como en ocasión de la fiebre del oro en California y de la guerra entre los estados, en la que
aparecerían los “Battle Bowies” de rústica hechura, con una empuñadura guardamano
conocida como “D – guard”, y largas
hojas con punta clip o de lanza. Los Bowies de fina factura inglesa solían
presentar leyendas alusivas a la ocasión y al comprador, como “California Knife” o “Good as
Gold” durante la fiebre del oro que dio comienzo en 1849, o “Death to Abolition” durante la Guerra
de Secesión (1861/65), para el mercado confederado. Una de sus posteriores
evoluciones pudieron ser los “folding Bowies”, plegables de tamaño reducido, producidos
por firmas inglesas como Samuel C. Wragg, R. W. Butcher, o R. J. Lingard. Así también
los tardíos Bowies de San Francisco, con cabos finamente decorados, hojas spear
point, guarnición o cruz apenas insinuada y vainas enteramente metálicas de plata;
producidos por las prestigiosas Michael
Price o Will and Finck de aquella
ciudad. La segunda produjo también las primeras
Push Daggers, con cabos de posición transversal respecto de sus hojas de doble
filo y mesas separadas por una cresta, que obligaba a empuñarlas en forma
parecida a un Katar. Recreadas hoy por Cold Steel, también existen versiones
realizadas por artesanos de la talla de James J. Barry, Bob Hayes o Stephen
Schwarzer, entre otros.
Confederate Bowie de Randall, Custom Bowie de Buck y I*X.L. spear point Bowie.
La decadencia del Bowie fue consecuencia de la evolución de las armas de
fuego, ya que las primeras pistolas de percusión, avancarga y monotiro,
cedieron su paso a los primeros repetidores de "cap and ball”. Estos últimos fueron
desplazados a su vez por los revólveres de retrocarga y cartucho metálico, con
el consiguiente aumento de la secuencia de fuego a partir de la década de 1870,
circunstancia por la que el cuchillo pasó a desempeñar un papel secundario en
la defensa personal.
Clip point bowie I*XL de George Wostenholm.
Más allá de los conflictos que el uso de los Bowies ocasionaron entre civiles, de lo que dan buena cuenta las prohibiciones
dictadas con fuerza de ley por las legislaturas de Mississippi, Alabama y
Tennessee, su producción fue oportunamente dispuesta en el campo estrictamente
militar. Entre estos Bowies de uso castrense, cabe mencionar en primer lugar al
Hicks, de 1840, fabricado por la firma Andrew Hicks de Cleveland, Ohio, con
destino a un arsenal desconocido. Este
presenta cabo de palo de rosa, con pomo
y un corto guardamano de bronce sujetos por numerosos tornillos y hoja con
punta clip. Un modelo de 1849, fue provisto
en cambio con una hoja spear point y marcas de ejército (U.S.), en el recazo
de la misma. Su producción había sido confiada en este caso a Ames Manufacturing Company de Cabotville, Massachusets,
para su uso por los Mounted Rifleman.
También se produjeron cuchillos bayoneta Bowie como el Dahlgren, diseñado
por el almirante homónimo para el fusil Plymouth Whitneyville (1861/62), con
marcas de la marina (U.S.N), durante la Guerra de Secesión. Su hoja de doce
pulgadas de longitud correspondía también al estilo spear point, con grandes biseles y contrafilo en ambas
mesas en las inmediaciones de la punta. Fabricado por Ames, la cruz con anillo era
de bronce y el cabo, de bronce y nogal. Mucho después adoptaría Estados Unidos un
cuchillo bayoneta Bowie para el Krag
Jorgensen 1892/94/96, calibre .30 - 40, así como un bolo machete bayoneta
experimental para el mismo fusil, del que solo se habrían fabricado cincuenta
ejemplares para su uso en la jungla de
Filipinas. Un último Bowie denominado V44 sería incorporado en 1934 como
cuchillo de supervivencia, realizado por firmas americanas como Case, Collins, Western
y Kinfolks, para su uso por el personal de vuelo que operaba sobre las selvas
de Panamá y Hawai. Se conocen también ejemplares de terminación menos esmerada
y procedencia australiana, fabricados por Mars de Brisbane, Marsden de Sidney,
y la Dufor Forge. Una versión tardía de este cuchillo fue el apodado “Carlson’s
Raiders Gung Ho Knife”, para su uso por los Marine Raiders, del que solo se
fabricaron mil unidades numeradas. El cabo y la cruz de esta serie, consiste en
una pieza única de aluminio pintada de verde. Su hoja más pesada y sin las
goteras que caracterizan la del anterior, tiene una longitud de nueve pulgadas
y un cuarto.
Versión comercial del V44 realizada por Case.
También en España se produjeron cuchillos bayoneta Bowie en cantidades limitadas,
como el modelo 1898 para la carabina Mauser Nro. 2, destinado a la Compañía de Aerostación. La
Fábrica de Toledo produjo solo cuarenta unidades de este modelo, con filo
parcial en arco y contrafilo incurvado. Una segunda versión de carácter
experimental, con destino a los cuerpos de Artillería e Ingenieros, poseía en
cambio una hoja recta de mayor longitud, pero también con punta clip.
Entre los cuchillos de combate del último tercio del siglo XIX no
deberíamos omitir al cuchillo de abordaje español de 1867, con hoja de tipo yatagán
y doble filo, del que este blog se ocupó oportunamente. Estados Unidos por su
parte adoptó en 1880 y 1890 dos cuchillos de ancha hoja vaciada a dos mesas
separadas por una espina y punta de lanza, conocidos como Hunting e Intrenching
Knife respectivamente, cuyas vainas podían
sujetarse del nuevo cinturón porta cartuchos Mills Woven. En ambos modelos el cabo gallonado era de madera,
presentando el primero guarnición de hierro y de bronce el segundo, habiéndose fabricado
más de once mil ejemplares de estos cuchillos en el período 1881 – 1893. Sus
antecedentes inmediatos pudieron ser las bayonetas de cubo con hoja tipo “trowell”, modelos 1869 y 1873 para el
fusil Trapdoor Springfield. La última de ellas presentaba un cubo que podía
rotar, para recibir un cabo en madera de nogal facilitando su uso como pala; función
también desempeñada eficazmente por la llamada
“intrenching tool” de 1880, con su cabo gallonado de madera. Otro antecedente
pudo ser el cuchillo bayoneta y pala Bowie de 1870, diseñado por el
coronel Rice del 5° Regimiento de Caballería,
con cabo de bronce escamado y cruz con anillo del mismo material, hoja con lomo
aserrado y punta clip, producido por Ames. Si bien W. H. Cole omitió mencionarla, si lo hizo William
Frederick (Bufalo Bill) Cody en sus páginas autobiográficas, describiéndola
como “arma y útil de labranza y construcción a la vez, y sobre todo muy apta
para cavar trincheras…” Su característica distintiva era la posición invertida
de la hoja que girada 90°, ubica el cabo
en posición equidistante respecto del lomo y del filo.
En ocasión de la primer guerra mundial los alemanes estuvieron provistos con
sus “nahkampfmesser” o cuchillos para el combate cercano, fabricados por acreditadas
firmas de Solingen, como D. Peres, J. H. Becker, E. Busch, Clemen & Jung,
Richard Abr. Herder, H. Koller, J. A. Henckels,
Robert Klass, Carl Eichorn, Anton Wingen, Puma Werk, y Eduard Wüsthof entre
otras. Los
estadounidenses introdujeron por su parte los modelos “U.S. 1917 – 1918 trench
knife”, provistos con hoja de sección triangular
de nueve pulgadas de longitud y empuñadura en madera de nogal, que contaba adicionalmente
con una manopla o puño guardamano. Fueron producidos por Henry Disstone &
Sons responsable de su diseño, así como por Landers, Frary & Clark, 6)
entre otras firmas americanas. Un modelo más elaborado correspondiente al mismo
conflicto fue el “Mark 1 trench knife”, también con manopla y hoja vaciada a
dos mesas, doble filo y sección romboidal, basada en un diseño francés de 1916.
Su empuñadura consistía en una pieza de bronce fundido con el nombre y año del
modelo grabado en ella, provista adicionalmente
de un pomo rompe cráneos o skull crusher. Desarrollado en Francia por la firma Au Lion
para el ejército expedicionario americano, su producción también incluyó a
firmas estadounidenses como L.F. &
C., H.D.S., y Oneida Comunity Ltd.
Por su parte los franceses contaron en la ocasión con cuchillos de
emergencia fabricados con hojas de la espada bayoneta Lebel de 1886. Algunos
llevaban las iniciales de su fabricante como CV (Chéron Vogt et Cie.), o GP
(Georges Pagé). Otros consistieron en conversiones de arsenal de la espada bayoneta
Gras modelo 1874, o del sable bayoneta yatagán para el fusil de aguja Chassepot
modelo 1866. Su mejor esfuerzo fue el excelente cuchillo – puñal modelo 1916,
provisto de una hoja con doble filo, vaciada a dos mesas separadas por una
espina y sección romboidal. En el talón de las mismas figuraba el nombre de su fabricante
de la ciudad de Thiers, como Astier o Prodon, a los que Bernard Levine agrega los
de Besset, Conon y Bernard.
Una de las dagas de combate con mayor difusión en tiempos también
pretéritos pero más cercanos, fue la
utilizada y diseñada específicamente, para los comandos ingleses durante la
segunda guerra mundial. Después del fracaso del ejército expedicionario
británico y su dramática evacuación desde las playas de Dunkerke, Winston Churchill había enviado al Gral. Ismay
una carta fechada el 4 de Junio de 1940, en la que expresaba su deseo y
necesidad de formar tropas especiales altamente entrenadas, para dar golpes de
mano tras las líneas enemigas en el continente. La dotación inicial de
quinientos hombres y un Cuartel General compuesto por 35 oficiales, fue dividida en diez cuadros integrados por
37 hombres de acción y tres oficiales, los que recibirían su entrenamiento en
el castillo de Achnacarry (Lochaber, Escocia), requisado para ese fin. El
nombre "comandos” fue copiado de una fuerza homónima Bóer, durante la guerra del Transvaal (1899 –
1901), en la que el propio Churchill había participado en su juventud.
Los capitanes William Ewart Fairbairn y Erik Anthony Sykes, con servicios
acreditados en la Policía Internacional de Shangai, fueron seleccionados para su
entrenamiento, siendo el primero de ellos autor del libro Get Tough. Los
primeros cuchillos de combate utilizados por los comandos ingleses fueron los
modelos RBD de Wilkinson, el BC 41 y el Midle East Knife, incluyendo dos de
ellos una manopla guardamano. El binomio Fairbairn – Sykes no los consideró
suficientemente adecuados a los propósitos de la nueva unidad y con
autorización del War Office, contactaron a John Wilkinsom – Latham de la
acreditada fábrica de espadas Wilkinson Sword Ltd., de Londres. Entre los tres
concibieron la producción de una daga que al parecer, estuvo inspirada en un
diseño anterior del Capitán Samuel Sylvester Yeaton de los USMC.
Se conocen tres modelos (patterns), originales de la daga. El primero de
ellos (1941), reconoce a su vez tres
versiones o evoluciones sucesivas. La primera de ellas presenta una hoja de
acero de siete pulgadas y media, de doble filo, vaciada a dos mesas separadas
por una espina y pulida a espejo. Posee un recazo plano y una cruz recurvada de
tres pulgadas de longitud. El recazo lleva de un lado la leyenda The F – S fighting
Knife, la que alude a sus diseñadores y
en el otro el nombre de la empresa que la produjo, arriba mencionado. Su cabo
era de bronce niquelado y segrinado a mano, lo que elevaba su costo de
producción en tiempos de guerra y escasos recursos. La segunda versión
semejante a la anterior, se diferenciaba por la longitud de la cruz acortada
ahora a dos pulgadas. En una tercera versión, igual a las anteriores, la cruz es sencillamente
levemente recurvada.
En el segundo modelo (1941), el recazo fue eliminado y la cruz es recta. La
hoja continua vaciada a dos mesas separadas por una espina, con excepción de un
pequeño triángulo plano junto a la guarnición. Al parecer, este se debía a que
las hojas ya no se forjaban a mano, circunstancia que elevaba su costo,
utilizándose a partir de ese momento un martinete mecánico.
En el tercer modelo (1943), considerado definitivo se eliminó el pequeño
triángulo, el cabo dejó de ser de bronce segrinado, presentando un gallonado formado
por círculos concéntricos. El material
empleado en el mismo era una aleación y todo el acabado (cabo, cruz y hoja), era de color negro.
La multiplicidad de pedidos por parte de otros cuerpos, motivaron que su
producción se extendiese a otros fabricantes, algunos desconocidos hasta hoy
como las marcadas B2, y el “Broad
Arrow” de aprobación británico. Diseños
alternativos a la daga F –S, fueron la
daga para la O.S.S. y otras dos versiones americanas llamadas V 42 con
pomo redondo o cónico, fabricadas por Case en 1943, de las que se produjeron 3.600
ejemplares con destino a los depósitos navales. Conocidas como Comando Ranger
Knives, fueron utilizados por la First Special Service Force, llamada también “Devils
Brigade”. Otra alternativa fue el USMC Raider Stiletto, fabricado por Camillus
Cutlery Co. de N.Y., del que una canción de época (1943), aseguraba que “había
sido forjado en el mismo infierno”. Utilizado por los “Roosvelt’s Raiders”, su hoja alcanzaba siete pulgadas y un cuarto
de longitud. En 1991 se realizó una versión mejorada y conmemorativa del mismo,
la que fue encargada a H. G. Long de Sheffield (c. 1846). En cuanto a la daga F
– S primigenia, sería recreada a fines
del siglo anterior, con siete distintos modelos diseñados por el Teniente
Coronel Rex Appelgate, ex miembro de la Oficina de Servicios Estratégicos de
los Estados Unidos durante la guerra y
el mismo Fairbairns. Más fuertes y
utilitarias que las originales, ya que el punto álgido de aquellas había sido
siempre su fragilidad y falta de versatilidad para funciones complementarias.
Los seis modelos de hoja fija de la nueva versión fueron confiados a Böker de
Solingen y el plegable a Gerber de Portland, Oregón. Todos ellos con hojas
blastinadas.
Sin embargo el grueso de las fuerzas estadounidenses optaron durante el
conflicto por cuchillos más fuertes, que constituían una solución de compromiso
entre letalidad y funcionalidad para usos alternativos, de ahí su descripción
como “combat utility knives”. Entre los múltiples cuchillos ofrecidos por las
fábricas americanas para los soldados que marchaban al frente, como
Cattaraugus, Imperial, Robeson, Geneva, o Ka - Bar, junto a versiones
artesanales de mayor costo y calidad, como el modelo Nro. 1 de Randall, o los
ofrecidos por John Ek, deben mencionarse los modelos oficiales USN Mark 1, USN
Mark 2 y su similar USMC que se diferenciaba del anterior por la sola inscripción en su recazo
de las siglas de la infantería de marina
estadounidense y su vaina de cuero. Estos cuchillos presentaban hojas con diferentes acabados, punta clip,
vaciadas a una mesa y provistas de un solo filo. Los dos últimos modelos presentaban
además una “blood gooter” en cada mesa, destinadas en rigor a aligerar su peso.
En todos ellos las empuñaduras estaban constituidas por rodajas o arandelas de
cuero. En 1942 se adoptó el cuchillo de trinchera M3 del que nueve firmas estadounidenses
fabricaron aproximadamente 2.600.000.- ejemplares entre 1943 y 1944; entre
ellas A.C.C., Camillus, Utica, Pal y Böker de U.S.A. ***) Este cuchillo considerado
muy eficiente, evolucionaría finalmente en el cuchillo bayoneta M4 concebido en
primer lugar como cuchillo y solo secundariamente como bayoneta para la
carabina M1. Así lo establece su
descripción oficial en inglés “bayonet Knife” y no “knife bayonet”, nombre aplicado
a los adoptados en el último tercio del siglo XIX. El M3 es en rigor un puñal
provisto de filo, contrafilo en el último tercio y punta, y la empuñadura se
compone también de rodajas de cuero, con pomo y cruz de acero, uno de cuyos extremos se
inclina unos 40° hacia la punta. Este diseño de hoja continuó en uso hasta
nuestros días, para los cuchillos bayoneta M5, M6 y M7 destinados a los fusiles
M1, M14 y M16 respectivamente.
U.S.N. Mark 1, M 3 y M 4.
Los alemanes por su parte, continuaron utilizando durante el nuevo conflicto
sus cuchillos de trinchera de la primera guerra mundial así como nuevos
diseños, algunos marcados con la sigla RZM, correspondiente al
Departamento de Ordenanza del Reich. Desarrollaron
asimismo poco antes de su inicio (1937), el cuchillo de gravedad para paracaidistas,
cuyo uso se extendió a la Luftwaffe, fabricado por la Metal Fabrik Plant (Stephens) y por Gebrüder
Weyesberg (Hughes). Remozado en 1975 por Carl Eickhorn y Othello en la
República Federal Alemana para su Bundeswehr, pero utilizando en esa oportunidad
materiales modernos y piezas reemplazables. La primigenia versión alemana había sido copiada por los británicos durante
la misma guerra, circunstancia
acreditada por su similitud con el posterior Ibberson Gravity Knife. En
cualquiera de sus dos versiones se trataba de un cuchillo utilitario para uso de paracaidistas
enredados, provisto de una hoja alojada en el interior de la empuñadura, que puede
ser accionado con una sola mano, mediante un mecanismo de destrabe y que
utiliza a la fuerza de gravedad para su apertura. Complementariamente, podía
tener o no una lezna en el otro extremo de la misma. Un intento por reproducir
la daga F – S por parte de los alemanes, pudo ser el modelo experimental
realizado por Peters Daniel Krebs de Solingen en 1942, basado en especímenes capturados
en el fallido raid a Dieppe. El arma en cuestión, íntegramente construida en
acero y enteramente empavonada, posee hoja de doble filo con dos mesas separadas
por una gotera que alcanza casi a la punta,
y cruz con largos gavilanes con sus extremos curvados hacia el pomo.
Cuchillo de presentación de la marina estadounidense en azul y oro, conmemorativo de la segunda guerra mundial.
Numerosos cuchillos de combate fueron utilizados por los americanos durante
la guerra de Vietnam, entre los que se destacan
en atención a la fama adquirida, los destinados al SOG, sigla correspondiente
al Studes and Observation Group, dependiente del Military Assistance Comand Vietnam y respecto
de los cuales, no se supo a veces con precisión el nombre y lugar específico del
fabricante, aunque su origen fuera claramente asiático llevando algunos de
ellos la inscripción Japan Sword. Es curioso que la prestigiosa empresa SOG Speciality
Knives con domicilio en Lynnwood. WA., cuyo nombre rememora a aquel afamado
grupo de estudio y observación, tampoco explicita hoy el lugar de origen de muchos de sus productos. Otras marcas
preferidas por los militares en el conflicto fueron los modelos producidos por
Randall, Gerber, John Ek, Marble, Milpar, Ruana, Western, Kevin Parsons y Buck. Entre los plegables mencionaremos al C –
4, un modelo experimental destinado a desarmar explosivos, del que sólo se
produjeron 200 unidades. Junto a ellos continuaron utilizándose los oficialmente
provistos Mark 2, con marcas de ejército (U.S.), que con lomo liso o aserrado
produce hasta hoy Ontario además de KA – Bar, este último con presentación y terminación
esmerada. 8)
Gerber Mark I y II, Fairbairn - Sykes de Rodgers, Cold Steel Tanto, Cold Steel Recon Tanto, Astro de Randall, Black Ka Bar, U.S.M.C. Ka Bar, Cold Steel Recon Bowie.
En la segunda mitad del siglo XX continuaría multiplicándose el número de
cuchillos militares desarrollados por empresas como Gerber con sus dagas Mark 1
y Mark 2 (1967), así como su más tardío cuchillo Patriot para paracaidistas
militares y modelos para sobrevivencia en condiciones extremas. También el
modelo Astro de Randall, diseñado como cuchillo de supervivencia por el
artesano W. D. “Bo” Randall y el astronauta Gordon Cooper, para los integrantes de la misión Mercury de
la Nasa o los Jet’s Pilot Knives disponibles a partir de 1957. La firma Glock
de Austria presentó su feldmesser 78, económico, de buen diseño y calidad, para
dotación de la GSG 9, sigla que identifica a la policía antiterrorista, a
partir del cuchillo bayoneta para el fusil Steyr St. G 77. En Alemania Puma Werk
y Robert Klass fabricaron un nuevo cuchillo de combate para su Bundeswehr diseñado por Eickhorn (c. 1865), responsable también
del desarrollo y producción del cuchillo bayoneta KCB, sigla que encierra las
funciones de cuchillo, cisalla y bayoneta, para el fusil Stoner M63 A 1 calibre
.223, adoptado por Holanda, aunque también se los produjo sin mecanismo de
engarce, en calidad de solo cuchillos de combate y aun desprovistos de la misma
cisalla. Su hoja biselada y vaciada a una mesa de 175 mm. de largo, presenta punta clip, 30 mm. de ancho y
3,5 mm. de espesor, filo liso y lomo aserrado con 49 dientes. Su ventaja
consiste en que la cisalla (improvisada con el cuchillo y la vaina), puede ser
utilizada sobre líneas eléctricas con la prevención de no tocar la cruz. El
modelo inspirado en un diseño de cuchillo
bayoneta para el fusil Avtomat Kalashnikova (AKM), posee a nuestro juicio
superior calidad respecto del original soviético. Los primeros ejemplares
llevaban el cuño de la ardilla con la espada grabado en la hoja, sobre la sigla
NWM (Fábrica Holandesa de Armas y Municiones), pero también los hubo con las
letras AES (Annette Eickhorn Solingen), dentro de tres figuras geométricas ubicadas
en el recazo, y/o la leyenda West Germany grabada en el falso pomo. En algunos
ejemplares la identificación consiste en una etiqueta dorada de papel pegada en
la vaina, conteniendo el emblema de la ardilla junto al nombre, ciudad y país
del fabricante. Finalmente la línea de productos KCB fue producida por Weyersberg
con el logo de la corneta, correspondiente a la firma WKC (Weyersberg
Kirschbaun & Co.) de Solingen (c.1883). De toda la línea KCB se produjeron
además modelos alternativos con hojas
más largas.
Feldmesser 78 de Glock, versión de Eickhorn, versión de Puma, AB200 de D.G.F.M., M 3, U.S.N. Mark 1, U.S.N. M K 3 Mod. 0 y Eickhorn (versión modernizada del M3).
También la marca SOG introdujo
nuevos cuchillos de combate, entre ellos el Pentagon y el SEAL Pup Elite, con cabo y guarnición en una sola pieza de Zitel destinado como su nombre lo indica, a los comandos de aire, mar y tierra de la marina estadounidense. Bajo la
denominación Sog Bowie 2.0, reproduce también
hasta hoy un modelo oportunamente utilizado por el MACV – SOG en Vietnam. Por
su parte Buck presentó en 1984 su modelo 184 denominado Buckmaster,
direccionado en principio a los Navy Seals y utilizado parcialmente por esa
fuerza. Se trata de un clásico cuchillo de supervivencia, con cabo hueco y
anclajes desmontables en la guarnición, con una hoja tipo Bowie y lomo
aserrado, semejante al concebido por el artesano de Arkansas Jimmy Lile, también
reinterpretado por Aitor con su modelo Jungle King I. Un cuchillo de este tipo
fue desarrollado por FAMAE de Chile para los carabineros de ese país, también
con cabo hueco y guarnición enteriza de plástico en una sola pieza conteniendo
implementos utilitarios, a lo que se suma la particularidad de que puede ser
desenvainado desde el brocal o en forma lateral, ya que la vaina también de
plástico verde posee uno de sus bordes abierto.
En nuestro país Fabricaciones Militares produjo el cuchillo AB 0200, muy
sólido y bien manufacturado en sus distintas variaciones, pero que nunca tuvo
carácter reglamentario. También versiones del cuchillo bayoneta del fusil FAL
provistos por alguna razón de un falso pestillo y apaga llamas, que lo
convierte de hecho en bayoneta de parada,
las que siempre se caracterizaron por presentar un mecanismo de engarce
simulado en el pomo. Se realizaron asimismo conversiones del sable bayoneta modelo
1909 y del machete de artillería del mismo año, a cuchillo de combate para la
infantería de marina y de paracaidista respectivamente, proveyendo al último de una doble punta clip. Más tarde
empresas como Jorfra, Erizo y Yarará comenzaron a producir diseños específicos para
distintas especialidades de las Fuerzas Armadas, así como los artesanos Perpiña y Porcel de Rosario
para Gendarmería Nacional. El primer
antecedente de un cuchillo de combate para la República Argentina, pudo
ser el diseñado por el Sr. Miguel
Enrique Manzo Sal en 1952, para una hipotética futura ejecución por
Fabricaciones Militares, con hoja de doble filo y empuñadura de cuero, descrito
en detalle por Abel A. Domenech en El Cuchillo Táctico. Celso Juiz señala en una
publicación reciente, la adopción por parte de la Escuela de Fuerzas Especiales
y Paracaidistas de Chile, del cuchillo Predator I de la Fox Knives Military
Division, acreditada firma italiana de Maniago habitual proveedora de la OTAN.
9)
Culminamos este brevísimo relato acerca del origen y evolución de los
cuchillos de combate en el mundo occidental, señalando que la prestigiosa Puma Werk
de Alemania (c. 1770), presentó al filo
del cambio de siglo su cuchillo Tac,
modelos 1, 2 y 3 con punta Tanto, del
que se afirmaba que lucía capaz de forzar la tapa de acceso a un tanque T 56. Asimismo
Puma y Eickhorn, introdujeron por
aquellos años sus propias versiones del cuchillo de campo Glock.
Daga militar de doble filo producida por Eickhorn y cuchillo de supervivencia para los carabineros de Chile, producido por FAMAE.
Referencias:
1) Señala
Michel Noiret que en la cosmogonía azteca el cuchillo de silex o Tecpatl,
constituía una divinidad por ser hijo de la diosa universal que lo engendró (¿o
lo concibió y dio a luz?), durante la edad de fuego. Repudiado por sus hermanos
en razón de su extraño aspecto, éstos lo
arrojaron a la tierra partiéndose en mil pedazos y multiplicándose en otras
tantas divinidades. Lo cierto es que el cuchillo ha cumplido una función ritual
asociada a sangrientos sacrificios, así como también se constituyó en algunos casos en símbolo
de la autoridad político militar. Ello no obsta a la utilidad del mismo desde
tiempos primitivos y por ello es calificado por Dominique Pascal como “primer
útil y primera prolongación de la mano” del hombre. Dice Abel A. Domenech (Del
Facón al Bowie), que el ancestro del primer cuchillo apareció dos millones de
años atrás, y “fue obra del Australopitecus, ese lejano antecesor del hombre.
La herramienta en cuestión fue un simple trozo de piedra rota accidentalmente,
o naturalmente, cuyo filo sorprendió de alguna manera a la primitiva mente de
nuestro antepasado.” Mas tarde llegarían las etapas del astillado mediante el
procedimiento de golpear unas piedras con otras, un filo alternativo en el
borde opuesto y una punta aguzada que le permitiría su utilización como lezna.
2) El
pedernal consiste en concreciones recubiertas por una pátina llamada sílice. Dice
Harold L. Peterson que en Escandinavia y en especial en Dinamarca podían
hallarse bellísimas piedras de silex, cuyos
colores variaban desde el amarillo al ámbar, o a un marrón oscuro casi negro. El
cuarzo por otra parte podía encontrarse en diversos colores tales como rojo,
verde, negro y blanco. Por su parte Frederick Wilkinson, apunta la existencia
de los eolitos o piedras del amanecer, formadas por choques casuales o por la
acción de las olas y el viento, utilizadas por el hombre primitivo como armas
arrojadizas.
3) Civilización
de la alta Austria correspondiente al bronce tardío y primera época del hierro.
(c. 700/500 AC)
4) Civilización
de origen celta correspondiente a la segunda época del hierro. (c. 400 AC)
5) Al
parecer nunca habría quedado en claro entre los investigadores, la etimología y
semántica de palabra scramasax,
utilizándose alternativamente la expresión “hand sax.” Aun así, señala H. L. Peterson que el termino “sax” podría aludir a una espada
corta de un solo filo y el prefijo “scrama”, a un instrumento con capacidad
para provocar heridas. Por su parte el malogrado historiador y experto en armas
francés Dominique Venner, señala que el nombre en cuestión procede de los
romanos y deriva del latín “secare”, que significa cortador o talador.
6) Dice
Bernard Levine que la firma Landers,
Frary & Clark se originó en los años 1862/63, convirtiéndose en corporación en 1865. En 1933 llegó a ser la
empresa del rubro cuchillería más importante del mundo, cesando sus actividades
en 1954.
7) Todo cuchillo se compone básicamente de dos
piezas, una hoja provista de una espiga, de vástago o completa y un cabo, a las
que puede adicionarse otra intermedia en calidad de separador en diseños más elaborados. Esta última puede
consistir en una cruz, virola, guarnición o bolster, a las que podría agregarse
el botón de hoja, aunque en rigor este forma parte de la misma, como puede observarse en la
daga mediterránea y en un sucedáneo nativo
de la misma, nuestro cuchillo criollo. Omitimos el tratamiento de los machetes
por consistir estos en herramientas, que solo ocasionalmente pueden utilizarse
como armas defensivas, tales como el Collins de 1945, de la prestigiosa y desaparecida
casa de Hartford, Connecticut, o el utilizado por los cuerpos médicos de la
U.S.M.C., cuya punta redonda le restaba intencionalmente carácter letal, producido
entre otras firmas por Chatillon de New York. No obstante, dice Gilles Bongrain que el mote “machette” procedería
de una voz griega que significa “el sable”, la que apunta específicamente a un
arma blanca muy concreta y no a un útil de trabajo. En cuanto al Dirk Naval y
el Couteaux Castrense, si bien fueron y son armas de combate, devinieron finalmente
en un símbolo de la autoridad militar, para ser portadas en calidad de “dress
dagger” por oficiales y cadetes de institutos militares. El Dirk naval había
sido introducido en Inglaterra a fines del siglo XVIII, en tiempos de la vela, para
su uso a bordo o en tierra firme, aunque su reglamentación fue errática,
haciéndolo Estados Unidos poco después (c. 1802). Las hojas podían ser curvas,
o rectas con uno o dos filos y los cabos de diversos materiales como marfil,
hueso, o skin fish (piel de tiburón o de raya), que por su rugosidad aseguraba
un buen grip. Una alternativa a los cuchillos de hoja fija fueron los
plegables, cuyo origen se remonta al parecer a los romanos, como la navaja, en
su versión específica para afeitar realizada como las tijeras en acero muy templado
ausente de revenido, y que junto a las cortaplumas o cuchillos de bolsillo,
conformarían con las chairas destinadas a asentar filos, el rubro de la
cuchillería. Este incluiría además a las armas blancas cortas como el puñal y la daga. La
voz navaja podría derivar del latín “novaltis” que significa renovación, en
alusión a la renovación diaria del rostro a la que eran afectos los romanos, logrado mediante la acción de afeitarse. Abel
A. Domenech citando a J. B. Himsworth, señala que para este autor los primeros
plegables deben atribuirse a los romanos y datarían del siglo I de la Era
Cristiana. Por su parte W. L. Cassidy entiende que los plegables pueden
proceder de la agricultura (versión de cuchillo que se produce hasta el
presente por varias firmas, para su utilización en injertos), o de una evolución de la navaja de afeitar. (Vid Abel
A. Domenech OC). Por su parte Bernard Levine ilustra un ejemplar de plegable romano que
dataría de los siglos dos a cuatro de nuestra era, cuya empuñadura representa a
un perro persiguiendo a una liebre. En otro ejemplar de origen galo romano (c. siglos
tres a cuatro DC), el motivo es una pareja humana abrazándose. Ambos presentan
empuñadura de bronce y carecen de resortes, por lo que operarían con sólo un
remache en un extremo del cabo, que
permitía a la hoja bascular. En el campo militar los plegables llegarían
a ocupar su lugar, con diseños como el “Navy Pilot’s” de la marina americana
producido por Colonial, provisto con un pouch de lona marcado U.S.N., o el
“Escape Pocket Knife”, un multihojas que prevé entre otras piezas una tenaza en
un extremo del cabo, fabricado para la
Oficina de Servicios Estratégicos de los Estados Unidos. Camillus y Ulster, también
fabricaron oportunamente cortaplumas de cuatro hojas en acero inoxidable, provistas
de una hoja maestra, punzón, abrelatas, destornillador y descapsulador de
botellas, con marcas de ejército (U.S.) o de la marina (U.S.N.), aunque sin duda el diseño mas afamado de esa
tipología fue el “soldier” suizo, producido
por Victorinox y Wenger. El mismo, fue
objeto de sucesivas evoluciones desde su creación a fines del siglo XIX, siendo
reemplazado en 2007 por un “folding knife” multiuso, cuya hoja
maestra posee el nuevo sistema de apertura rápida con una sola mano y filo
aserrado concebido por Spyderco. El nuevo modelo producido por Victorinox, es
alternativamente realizado por esta firma en versiones para el Bundeswehr de Alemania
y la Dutch Marine Air Force Service.
Pocket Knives militares y navales.
8) Entre
los cuchillos preferidos en la guerra de Vietnam y por fabricante, M. W. Silvey
menciona a los siguientes: los modelos 1, 2, 14, 15, 16, 17 y 18 de Randall,
los correspondientes a los nros. 1, 2, 3, 4 y 6 de John Ek, las primeras versiones del “Pilot’s Survival
Knife” realizadas por Marbles y Milpar con mayor longitud de hoja, la versión
del cuchillo no magnético para la marina producido por Imperial Cutlery Co., el
Buck modelo 120 y una versión del Mark 2 con lomo aserrado marcado “Rangers”.
También otros modelos de Randall, con hojas procedentes de Solingen, ya que por
ser esta firma un taller artesanal y por tanto con capacidad de producción
limitada, no podía cumplir con toda su demanda en tiempos de guerra, motivo por
el cual también comercializó dagas F – S
de fabricación inglesa. Como curiosidad
señalaremos que el veterano de origen “mohawks” Peter La Gana titular de
American Tomahawk & Co., produjo un modelo con destino a las tropas en el
frente de batalla; arma de combate que
hoy forma parte del equipo del “soldado del siglo XXI”, previsto en el programa del Pentágono.
9) La
adopción del Predator I supone para esas fuerzas el abandono del corvo chileno,
un cuchillo de hoja curva y doble filo, reglamentario en la
infantería del ejército de Chile desde 1963. Originado al parecer en una
antigua herramienta española conocida como Trinxet o en el cuchillo calabozo de
idéntico origen (Vid Celso Juiz OC), se conocen al menos dos versiones del
mismo: el Atacameño o Garra de Puma y el Pico de Cóndor, los que poseen distinto
grado de curvatura.
Llamadas:
*) Emperador (Imperator Augustus), del
Imperio Franco o Carolingio ubicado en el centro del Mediterráneo (774 – 843 DC),
e hijo del rey Pipino el Breve. Coronado por el Papa León III en Roma en 800,
vivió y murió en la ciudad de Aquisgrán (Alemanía). Combatió entre otros a los
musulmanes que procedían de España, creando la llamada “Marca Hispánica”. Es
considerado una figura prestigiosa, protector del papado y padre de la Europa
occidental.
**)Coronel James Bowie (1796 – 1836), revolucionario
independentista, texano por adopción, muerto en ocasión del asedio y asalto a la
Misión de El Álamo en San Antonio de Béxar, Texas, por las tropas del ejército
de México, comandadas por el Mariscal Antonio López de Santa Anna.
La familia reconoce como antepasado a
John Bowie, un escocés “Highlander” del linaje Campbells de Argyle, radicado en
Maryland en el siglo XVIII. Rezin Bowie, padre de James, combatió en la guerra
de la independencia americana bajo las órdenes del Gral. Marion. Encontrándose
prisionero en Savannah se relacionó y contrajo matrimonio con una dama de la
familia Catesby Jones. El matrimonio que vivió sucesivamente en Georgia, Tenessee
y Louisiana, tuvo siete hijos, cuatro varones y tres mujeres. Rezin (hijo) y
James fueron muy unidos y socios en empresas de agricultura (cultivo de algodón
y caña de azúcar), compra venta de tierras, y tráfico de esclavos en relación
con el pirata de la Barataria y héroe de Nueva Orleáns Jean Lafitte; dominando
ambos hermanos los idiomas francés y español. James Bowie habría arribado a
Louisiana con su familia a los cinco años de edad, instalándose en la Parroquia
de St. Mary en el Bayou Teche (Arroyo de la Serpiente y sitio de la heroína protagonista del poema Evangeline de Longfellow), aunque más tarde se mudaron al Distrito
de Opelousas. En 1831 contrajo matrimonio con María Úrsula de Veramendi, hija
del Vicegobernador de Texas y Coahuila Juan Martín de Veramendi, la que le dio
dos hijos.
***) Hermann y Robert Böker fabricantes
de espadas de Solingen, se establecieron
en Estados Unidos en 1837. Herman fundó H. Boker & Co. en New York, y
Robert la Casa Roberto Boker de México, importando productos del rubro cuchillería
desde Alemanía e Inglaterra. No fue hasta 1869 en que un primo fundó Heinrich Böker & Co., en Solingen, enviándoles
sus productos de la marca “Böker- Tree Brand”, a fin de comercializarlos en el
mercado americano. Las barreras aduaneras de 1891 los obligarían mas tarde a
producir, motivo por el que compraron a la Valley Forge Cutlery Co. de Newark,
New Jersey. Actualmente Böker U.S.A es una sucursal de Heinr. Böker Baumwerk
GmbH. de Solingen. Una nueva filial de la Casa Matriz en China, produjo en 2007
bajo la marca Böker Plus, una réplica
del cuchillo de trinchera M3 de la segunda guerra mundial.
Bibliografía
Abels,
Robert. Collection of Bowie type knives of American interest. (folleto). New York, sin fecha.
Barceló Rubi, Bernardo. Armamento
Portátil Español 1764 – 1939. Librería y Editorial San Martín. Madrid, 1976
Barincou, Robert. Le Bowie Knife. Gazette des Armes. Nro. 51, 1977
Bongrain, Gilles. Machettes (Diccionario de las armas blancas y cuchillos).
Excalibur. Nro. 58 del 2010
Bowie, Lucy
Leigh. The famous Bowie Knife. Its history and origin. En “Bowie Knives of the
Ben Palmer Collection.” (OC)
Cody, W. F. “Buffalo Bill”. Editorial ACME SACI. Segunda Edición y Cuarta
Reimpresión. Buenos Aires, 1986
Cole, M. H.
U. S. Military Knives, bayonets & Machetes. Book III°. Alabama. Birmingham, 1983
Domenech Abel A. y Dr. Antonio
Domenech. El cuchillo táctico. Cuchillos de combate, supervivencia y militares
del siglo XX. Ediciones Internacionales. Buenos Aires, 1996
Domenech, Abel A. Del Facón al
Bowie. 1° Edición. Ediciones El Álamo. Buenos Aires, 1988
Hart, Harold
H. Editor. Weapons & Armor. Dover Publications, Inc. New York, 1982
Hughes, B.
R. (Billy Ray). James Black: Knifemaker for James Bowie. En “Bowies Knives of
the Ben Palmer Collection.” (OC)
Hughes,
Gordon J. German Military Fighting Knives 1914 – 1945. Editado por J. A. Bowman. Imperial Publications. Lancaster, 1992
Juiz, Celso. El Cuchillo de Guerra. De la piedra de silex a los cuchillos
después de Malvinas. Eude & Distal. Buenos
Aires, 2017
Levine, Bernard. Levine’s Guide About Knives
And Their Values. D.B.I. Books, Inc. Northbrook, 1985
Levine, Bernard. Pocket Knives. Apple Press. Londres, 1998
López de Santa Anna, Antonio. Las guerras de Méjico con Tejas y Estados
Unidos. Librería de la Vda. De CH. Bouret. México, 1910
Méry, Christian. Les poignards durant la guerre de 1914/18. Excalibur. Nro.
35 del 2005
Montfaucon, Dom Bernard de. L’Antiquite expliquée et représentée en
figures. Antiquités Militaires. II° Edición. París, 1722. Citado por Dominique Venner en Dagues et couteaux. (OC)
Noiret, Michel. Cuchillos y Navajas. Iberlibro. Editors S. A. Barcelona,
2000
Palmer, Ben,
W. F. Moran, Jim Phillips. Bowie Knives of the Ben Palmer Collection. Phillips
Publications. U.S.A., 1992
Pascal, Dominique. La folie des couteaux de poche. Flamariom. Paris, 2000
Peterson,
Harold L. A History of Knives. Illustrated by Daniel D. Feaser. Charles
Scribner’s and Sons. New York, 1966
Peterson,
Harold L. Daggers and Fighting Knives of the Western World. From Stone age till
1900. Bonanza Books. New York, 1970
Silvey, M.
W. Knives of the United States Military in Vietnam. Sacramento, 1997
Stephens,
Frederick J. Fighting Knives. And Illustrated guide to fighting knives and
military survival weapons of the world. Arco Publishing co. Inc. New York, 1980
Thompson,
Leroy. Commando Dagger. The complete illustrated history of the Fairbairn –
Sykes fighting knife. Boulder (Colorado), 1985
Thorp,
Raymond W. Bowie Knife. The University of New Mexico Press. Albuquerque, 1948
Venner, Dominique & Ch. H. Tavard. Les armes blanches du III° Reich. Jacques Grancher, Editeur. Paris, 1977
Venner, Domonique. Dagues et Couteaux. L’
Encyclopédy du coteau. Jacques Grancher, Editeur. Paris, 1983
Wilkinson. Frederick Armas y Armaduras. Noguer. Barcelona, 1978